martes, 25 de noviembre de 2008

Bienvenido al mundo real

No se hagan ilusiones, en Venezuela no hay –ni habrá– salida electoral a la crisis, al menos mientras existan inhabilitaciones, máquinas electrónicas de votación, conteo parcial de los votos, capta huellas, un padrón tergiversado, uso de los recursos del Estado para el PSUV y un CNE chavista.

Por Alejandro Peña Esclusa

Mientras se escriben estas líneas, está llegando a nuestras costas una flota de cruceros rusos, compuesta por destructores de propulsión nuclear, naves escoltas, y barcos de apoyo logístico, con el propósito –según el Comandante de Operaciones de la Armada Venezolana– de “fortalecer los lazos entre la flota rusa y la Fuerza Armada Boliviariana”. Además, mañana llega el Presidente de Rusia, Dimitri Medvedev, para firmar con Chávez “acuerdos de cooperación nuclear con fines (presuntamente) civiles”.

Tal como declaré esta mañana a una cadena de televisión colombiana, estos acuerdos constituyen una amenaza para la paz y la estabilidad de toda la región, porque Chávez –quien es un aliado declarado de las FARC– le abrirá las puertas a los militares rusos no solamente de Venezuela, sino de Ecuador, Bolivia y Nicaragua, como ya lo ha hecho con el régimen fundamentalista de Irán.

La visita ocurre en medio de un cambio de gobierno en los Estados Unidos y de una crisis financiera internacional, que dejará espacios vacíos en nuestra región, y que los rusos querrán aprovechar al máximo, con el apoyo que les ofrece Chávez.

Dentro de este contexto, los dirigentes opositores pretenden que nos alegremos, por el supuesto triunfo obtenido en las elecciones regionales. Digo “supuesto” porque 80% de las alcaldías teñidas de rojo no constituye precisamente un triunfo. Claro, me baso en los resultados oficiales, porque no es cierto que el PSUV haya ganado en estados como, por ejemplo, Barinas, Vargas y Guárico. Pero no me corresponde a mí reclamar el fraude, sino a los candidatos que le robaron las elecciones, y que por algún motivo no reclaman, excepto el de Barinas. Otros, como Salas Feo en Carabobo, ganaron por un margen muy superior al que admite el CNE.

En Venezuela no existen elecciones libres y transparentes, pero Chávez accedió de mala gana a concederle algunos espacios a la oposición, para mantener el frente interno tranquilo –es decir, para evitar protestas – mientras él se dedica a mover sus piezas en el tablero internacional.

Chávez cuenta con cuatro largos años –hasta diciembre de 2012– para armarse hasta los dientes, y para consolidar sus alianzas con Rusia, Irán, China y Corea del Norte. Dado que ya cuenta con el apoyo de 14 gobiernos latinoamericanos, pertenecientes al Foro de Sao Paulo, Chávez podrá más adelante darle un “palo a la lámpara” y decretar su reelección permanente, con el visto bueno de Insulza y de Unasur.

Asumo, una vez más, la desagradable responsabilidad de advertir a los venezolanos que no celebren demasiado. Que la oposición controle el 20% de las gobernaciones y alcaldías, en nada cambia el panorama arriba descrito. Hace un año, todos celebramos la derrota de la reforma constitucional; sin embargo, Chávez se encargó de aprobarla meses más tarde, decretando ilegalmente las conocidas 26 leyes totalitarias.

Insisto: no se hagan ilusiones, en Venezuela no hay –ni habrá– salida electoral a la crisis, al menos mientras existan inhabilitaciones, máquinas electrónicas de votación, conteo parcial de los votos, capta huellas, un padrón tergiversado, uso de los recursos del Estado para el PSUV y un CNE chavista.

Más información www.politicaydesarrollo.com.ar

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