sábado, 21 de febrero de 2009

Se equivocó Biolcatti, no obstante la Mesa de Enlace salió fortalecida

La Mesa de Enlace ha sabido salir airosa de una puesta a prueba delicada, sus integrantes expresaron lo que tenían que decir en el ámbito que correspondía. La solidaridad, la comprensión y la claridad de objetivos, fueron bálsamos suficientes para restañar el contratiempo.

Por Aldo Norberto Bonaveri


Al no aparecer las soluciones y tampoco verificarse voluntad de encontrarlas, como no podía ser de otra manera, el descontento de los productores de todo el país siguió creciendo durante febrero. Así los reflejaron masivamente las distintas asambleas celebradas a lo largo del territorio nacional, con diferentes matices pero con semejante bronca, más allá proponer una modalidad u otra, el mandato de las bases fue unívoco en lo sustancial; pasar a la acción directa.

La Mesa de Enlace trató con mucha responsabilidad de no precipitar los acontecimientos, más su dirigencia debía procurar mantener el equilibrio; por un parte, sabían cuan importante resultaba no aparecer como intolerante ante la sociedad, pero al mismo tiempo, eran concientes que no podían soslayar el dictamen de las bases, fueran estas afiliadas a cualquiera de las entidades e, incluso los insistentes reclamos de los autoconvocados.

Así es como entre mensajes subliminales cruzados con el gobierno, los popes de las 4 entidades llegaron al jueves 12 del corriente a oficializar en la reunión de la Mesa de Enlace, lo que ya individualmente venían anticipando sus referentes, prácticamente en la reunión de marras lo que se resolvería sería la modalidad de la protesta. En pleno cónclave escucharon el discurso de la presidenta emitido desde Olivos (referenciando lo observado en Tartagal), interpretando que implícitamente el mensaje de la primera mandataria constituía una apertura al diálogo. En virtud de ello y, tras seis horas de deliberaciones, las máximas autoridades del ruralismo, resolvieron posponer las medidas de fuerzas ya consensuadas, ratificando la vocación negociadora del sector.

La postergación, que sorprendió a los periodistas que fueron a cubrir la conferencia de prensa, como a los que aguardaban los anuncios sobre las características del paro, fue una decisión inteligente. Teniendo en cuenta la insinuación presidencial, haber lanzado la protesta en ese momento hubiera dado al gobierno motivos, para endilgar al sector un espíritu confrontativo; al mismo tiempo resultaba un buen justificativo ante sus dirigidos, para conceder 1 semana más de tregua pese al mandato explícito.

De allí en más la cuestión entró en una semana muy movida, declaraciones de ministros, acotaciones de la presidenta, presencia de los principales dirigentes en todos los medios. El tema se había instalado nuevamente en la opinión pública, en tanto la perspectiva despertó expectativas, pese a que Cristina Fernández se había negado a considerar la suspensión de las retenciones propuestas por Binner. No obstante transcurrían los días y la convocatoria no se producía, situación que comenzó a despertar la sospecha de la dirigencia que aquella señal podría ser una chicana más.

Consecuentemente con ello, los dirigentes dispusieron una nueva sesión de la Mesa de Enlace para la víspera (19.02), ante la inminencia del anuncio de la medida de fuerza, a través del vocero presidencial, Miguel Nuñez, el gobierno da a conocer la sucesión de reuniones ocurridas desde el 5 de enero hasta la fecha entre el ministro de planeamiento, Julio de Vido y el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Hugo Luís Biolcatti, lo que ya había sido anticipado por el periodista Horacio Verbisky, en su columna de Página 12 del domingo 15, (Situación que había generado una fuerte crítica, descalificando la versión por parte de la conducción de la FAA) .

La revelación oficial puso en serio aprieto a Biolcatti, produciéndose una serie de dimes y diretes en torno a la situación. El conductor de la SRA, termina reconociendo la existencia de tales contactos, expresando que ante el pedido de confidencialidad por parte de su interlocutor, no comentó a sus pares de la Mesa de Enlace las conversaciones mantenidas, explicando además, que creyó conveniente aceptar las pláticas, que según le expresaron, tenían el propósito de acercar algún entendimiento previo a que se reuniera la presidenta con la cúpula agraria, para evitar así la frustración que significaría un fracaso de la hipotética cumbre.

En el sinceramiento, Biolcatti agregó que el día 16 había dado por finalizadas las conversaciones, puesto que éstas no producían resultados positivos, aduciendo que las presuntas aproximaciones no eran a la postre sino cosmética, que entendía no ameritaban consideración alguna del sector. Referente a la revelación de las reuniones oficiosas, expresó que las mantuvo como titular de la SRA, cuya dirigencia estaba informada de las mismas y, que el propósito era someterlas a consideración de la Mesa de Enlace, cuando se insinuara algún principio de entendimiento. Acotando que al dar a conocer negociaciones confidenciales, el gobierno había roto los códigos, los que normalmente son respetados en este tipo de tratativas.

Para sus colegas de la Mesa de Enlace enterarse de la situación por la contraparte fue un trago amargo, y el disgusto correspondiente así se lo hicieron conocer; empero más allá de algún impulso inicial, ninguno interpreta que ha existido mala intención. Para sus pares Biolcatti equivocó el procedimiento, señalando que el anuncio oficial lleva el objetivo de dividir a las entidades.

Analizando detenidamente el comportamiento del presidente de la SRA, cabe decir que haber aceptado el convite del ministro no merece objeción, hay muchos antecedentes de conflictos complicados que lograron destrabarse, partiendo de gestiones oficiosas. Donde se equivoca es en no comentar el tenor de las gestiones a las conducciones de las otras entidades, la pretendida confidencialidad no puede comprender a sus pares, máxime teniendo en cuenta como viene funcionando la Mesa de Enlace.

Biolcatti paga su imprudencia siendo el más perjudicado de la situación, usado por el gobierno y, aunque sobreseído por sus camaradas, un suceso de estas características siempre deja alguna secuela por mínima que sea. Tal como sucedieron los acontecimientos, el gobierno no hace más que ratificar la desconfianza que ha sabido conseguir, lo que queda reafirmado con el ofrecimiento a Mario Llambias de reunirse embozadamente con Néstor Kirchner, propuesta que el titular de CRA rechaza precisamente por no ser pública.

Por el contrario, la Mesa de Enlace ha sabido salir airosa de una puesta a prueba delicada, sus integrantes expresaron lo que tenían que decir en el ámbito que correspondía. La solidaridad, la comprensión y la claridad de objetivos, fueron bálsamos suficientes para restañar el contratiempo.

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