martes, 28 de noviembre de 2017

¿QUIEN FUE GONZALO GUERRERO, EL PADRE DEL MESTIZAJE?


En 1510 un barco de la flota de Diego de Nicuesa, al mando de Pedro de Valdivia (no confundir con Pedro de Valdivia el conquistador de Chile), a bordo del navío Santa María de la Barca que regresaba a la isla La Española, después de explorar la costa centroamericana, naufragó cerca de las costas de Yucatán, y algunos de sus ocupantes consiguieron salvarse, hubo unos veinte sobrevivientes del naufragio, entre ellos: el Capitán Valdivia, el fraile Gerónimo de Aguilar y el marinero Gonzalo Guerrero.

Cuenta la historia que los supervivientes, que consiguieron alcanzar la costa de la Península del Yucatán, tuvieron el primer encuentro con los grupos mayas predominantes en la zona, un encuentro inicialmente violento, arribaron a Ecab (poblado que dependía de un cacicazgo maya que abarcaba entre otras poblaciones Cancún, Cozumel e Isla Mujeres). Allí fueron tomados prisioneros por los nativos y los presentaron ante Halach Uinik, cacique maya de Ecab, quien decidió sacrificar a cuatro de ellos a sus dioses.

Gerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero de algún modo lograron escapar hacia la selva. En su vagar lograron dejar atrás a sus perseguidores. Sin embargo días después fueron nuevamente capturados por guerreros mayas de otra tribu más benévola y convertidos en esclavos del cacique de Xamanhá.



Los españoles no volvieron a tener noticias de los ocupantes de aquel barco, dándolos por muertos; sin embargo, en 1519, es decir, nueve años después, Cortés en su exitoso proceso de conquista, llegó al lugar, y se enteró de que dos españoles vivían allí, junto a los indios, desconocían cómo podían haber llegado a aquel desconocido entorno.

Sólo dos personas sobrevivieron a aquel naufragio y a la hostilidad inicial de los mayas, y fueron los protagonistas de esta pequeña historia de la historia, Gonzalo Guerrero y Jerónimo de Aguilar.

Gonzalo Guerrero



Jerónimo de Aguilar


Don Jerónimo de Aguilar era un fraile, en esos nueve años sobrevivió como esclavo de un cacique (jefe) local. Al saber de su existencia, en 1519 Hernán Cortés le envió una carta para que se reuniese con su ejército, consciente de la importancia de contar con un hombre con sus conocimientos.

Aguilar tuvo que pedir permiso a su cacique para acudir al encuentro con los otros españoles, y no sólo lo obtuvo, sino que su amo hizo que un grupo de indios lo acompañase y pidiesen la paz con los españoles (cosa que a posteriori no sería concedida).

Sus conocimientos de la lengua local y costumbres fueron fundamentales en el proceso de conquista de América; durante toda su estancia como esclavo, tuvo siempre muy presente su cultura, y volvió sin pensárselo a su primera oportunidad.


El caso de Gonzalo Guerrero: Un guerrero Maya especial

Diferente fue el caso de Gonzalo Guerrero, el otro superviviente, inicialmente tuvo que soportar las duras condiciones de esclavo, igual que su compañero español, pero en las batallas contra otras tribus tomaba partido, mostrando sus dotes para la estrategia bélica y contribuyendo con ello a la victoria.

Un día, acompañando a uno de sus amos atravesando un río, el amo fue atacado por un caimán, y Gonzalo, con valentía, dio muerte al animal, cuando tenía una posibilidad muy fácil para escaparse, lo que le valió el reconocimiento y la libertad.

Su integración en la cultura local fue tan grande que llegó a liderar múltiples expediciones bélicas con éxito, tatuarse y mutilarse la zonas propias de un guerrero de su rango, y como colofón, se casó con una princesa, para convertirse en uno de los líderes de aquella población, que ya era su pueblo.

Su conversión era tan férrea que incluso aceptó el sacrificio humano de su primera hija, para terminar con la plaga de la langosta, Guerrero pasó de conquistador español, a jefe maya.

Transformación de Gonzalo Guerrero


Cuando en 1519 recibe la carta de Hernán Cortés, su antiguo compañero de naufragio, Jerónimo de Aguilar, temía ya la respuesta de Gonzalo, pues sabía que al culturizarse como maya, había perdido ya su identidad española, y efectivamente Gonzalo rechazó volver con los españoles para quedarse en el Yucatán, pues allí estaban su familia y su vida.
Entonces, Gonzalo Guerrero se dedicó a entrenar a los indios para repeler a los conquistadores españoles que sabía que iban a llegar, les enseñó a no tener miedo de los caballos (en esa zona nunca los había visto), ni de las armas de fuego, para intentar salvar el paraíso en el que vivía, que hoy constituye el parque de Champotón.

Sin embargo, Gonzalo Guerrero tenía que ser consciente de la superioridad bélica de los españoles, pero aún así decidió luchar, y por ello, Francisco de Montejo, encargado de conquistar la zona junto a un ejército en cuatro navíos, relató la especial resistencia que encontró en el Yucatán.

Y es que Gonzalo Guerrero dedicó todos sus esfuerzos a ayudar y combatir a los españoles en diferentes zonas y colaborando con diversas poblaciones mayas, convirtiéndose así en una especie de leyenda entre los mayas, y en uno de los hombres más buscados por los propios españoles.

En cada nuevo territorio conquistado los españoles interrogaban a los guerreros para averiguar su paradero, y a esto respondían con mentiras, como que había muerto de forma natural o que se encontraba en un lugar incorrecto.

La muerte de Gonzalo Guerrero llegó en el año 1536, mientras ayudaba al cacique de Ticamaya con 50 canoas, debido a una flecha que lo atravesó a la altura del ombligo, y un arcabuz lo remató, algo irónico, pues en España Gonzalo era arcabucero.
 
Los historiadores españoles intentaron hacer pasar a Gonzalo Guerrero como un traidor, un hereje (ya que negó a Cristo) y un enemigo de la patria, el propio Jerónimo de Aguilar, fraile que siempre fue fiel a su Fe, se encargó de decirlo.

Sin embargo, las cosas cambiaron cuando Méjico fue por fin liberado en el siglo XIX, entonces los libertadores mejicanos, muchos de ellos descendientes de esos antiguos conquistadores, comenzaron a sentir respeto y pasión por la antigua cultura maya, que en sus días luchó por su tierra.

Y Gonzalo Guerrero encarnó como ninguno la lucha contra la opresión y el colonialismo, pasando a convertirse en un verdadero símbolo de la lucha por la libertad, y han utilizado su nombre en lagos, himnos y calles, y han construido estatuas que lo recuerden, al hombre que representa el mestizaje, y que pasó de ser un villano a convertirse en el héroe de un país.

Estatua a Gonzalo Guerrero


Grandes Colombinos



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