viernes, 15 de junio de 2018

EL CRIMEN DE MARIO ALPERN, EJECUTADO POR TERRORISTAS MONTONEROS


Mario Alpern era un hombre honrado. Ese tipo de personas que priorizan a la familia, al esfuerzo, al trabajo, y que se empeñan en heredarles esos valores a sus hijos. Tan así que cuando su hijo Marcelo quiso una batería, su papá le enseñó que tenía que trabajar para ganarse su plata y poder comprarla por sí mismo. Sólo cuando a Marcelo le faltó la última pieza del instrumento, la más cara, fue Mario quien inmediatamente se encargó de ello.

Mario conocía el valor del esfuerzo en carne propia, porque había empezado a trabajar en una pequeña habitación arreglando televisores y había llegado a tener su propia empresa de electrónica con 450 empleados. Luego vino el negocio de materiales de construcción.

Su hijo Marcelo vio por sí mismo los panfletos en la fábrica de su papá, con amenazas. La empresa estaba infiltrada por terroristas de Montoneros y ERP que amedrentaban al resto del personal. Ni la secretaria ni el hijo de 3 años del capataz se salvaron de dichas amenazas de muerte.

Las complicaciones económicas en la empresa obligaron a Mario a sumar a un socio estadounidense para evitar la quiebra, y esa fue la excusa final para que los terroristas hablaran de "imperialismo yankee".

El 15 de Junio de 1976 Mario y Marcelo estaban yendo a buscar el auto cuando un Peugeot con cuatro terroristas y el techo abierto los interceptó. Los asesinos pusieron a los Alpern contra la pared y le dispararon a Mario en la nuca. Su hijo lo vio sangrar y caer con los ojos abiertos. Las Ithacas y las calibre 45 habían sido efectivas.

Marcelo los reconoció, "¡Fueron los de la fábrica!". Y efectivamente Montoneros se adjudicó el atentado.

No satisfechos con haber asesinado a Mario, los terroristas intentaron secuestrar a Marcelo un mes después. La familia tuvo que mudarse y salir a trabajar. Y todo ese esfuerzo rindió frutos, porque Marcelo se recibió de Arquitecto, su hermana Nora de Abogada y Escribana y su otra hermana, Silvia, de Guía de Turismo. Pero nada se logró sin esfuerzo, y sin tristeza por la falta de Mario.

Hoy acompañamos en su dolor a la familia Alpern y los abrazamos en este arduo camino por Verdad, Justicia y Reparación!

Por La Fuerza de los Dignos




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