jueves, 16 de mayo de 2019

SI QUEREMOS, SE PUEDE


Volvió la esperanza. Los argentinos se manifiestan no solamente por problemas económicos, son capaces de hacerlo por cuestiones más estructurales que hacen a la Patria.


Por Malú Kikuchi

El martes 14/5, terminado el horario judicial, la Corte Suprema de Justicia de la Nación, le pidió al tribunal Oral Federal Nº 2, que le entregara el expediente de la causa sobre la obra pública en la provincia de Santa Cruz. Pidió el original del expediente. El juicio debería comenzar el 21/5.

Los denunciados en esta causa son: Cristina Fernández, Lázaro Báez, Julio De Vido, José López (los bolsos en el convento) y Carlos Kirchner, primo de Néstor. El juicio que debía comenzar en febrero, se postergó por la enfermedad de uno de jueces, que luego murió. Debe comenzar el 21/5.

Hay que aclarar que: la Corte es el último refugio de los ciudadanos. La Corte nunca interviene antes que un tribunal inferior decida en un juicio. De hacerlo (no se debe hacer) se pediría la copia de los expedientes, no el original, sin el cual el tribunal que debe juzgar no puede actuar.

Los denunciados apelaron a la Corte alegando muchas fallas en las denuncias, en particular falta de pruebas. Todas esas “fallas” se pueden dilucidar durante el juico titulado “Vialidad”. Toda persona es inocente hasta que se pruebe lo contrario. Si se es inocente, se exige probarlo.

Pareciera que no es el caso de los denunciados en este juicio. Todos, los militantes K y los que no lo son, esperan que el juicio suceda, para probar inocencia o culpa. Por lo menos eso debería ser lo correcto. Ante la noticia de la Corte, en un claro movimiento muy oscuro, la sociedad se desconcertó. Las redes sociales y los medios, explotaron, de los dos lados.

“El poder es la impunidad”, decía Yabran. Y se pensó que la Argentina no tenía remedio, que la salida pasaba por Ezeiza, que era el fin de la República. Se barajaron todas las probabilidades que pudieran haber dado pie a esta inverosímil medida de la Corte. Las más frecuentes fueron:

La Corte actuó así por odio a Macri, para favorecer a Cristina, por miedo a que Cristina llegara a ser presidente y haga “tronar el escarmiento”. Por odio a Carlos Rosenkrantz (presidente de la Corte que votó en solitaria disidencia) y lo más degradante, se habló de pagos a los jueces de la Corte.

Todas las opciones barajadas son terribles y fuera de cualquier tipo de jurisprudencia. La Corte no tiene tiempos, el juicio se podía parar indeterminadamente. Hasta la próxima presidencia. Si se reelegía a Macri o llegaba una 3ª opción, habría juicio, si se elegía a CFK, desaparecería.

Y en el momento en que la noche de la Patria era más negra, la sociedad reaccionó. A través de las redes se convocó a un cacerolazo a las 21 hs del 15/5 y a firmar un change org contra la medida. Hasta ahora se han conseguido 280.000 firmas y el cacerolazo se dio en todo el país.

La Corte aclaró el 16/5 que el juicio se realizará el 21/5. Dio explicaciones difíciles de entender. No importan, aunque tener una Corte sospechada de militancia o corrupción, es terrible. Pero si la sociedad reacciona demostrando que está compuesta por ciudadanos, todo es posible.

Con ciudadanos, no con habitantes, con personas preocupadas por la justicia de la que carece hasta ahora el poder judicial, se puede. Reconstruir una casa es mucho más engorroso, difícil e incómodo que construirla desde cero. Los arreglos molestan mucho. Hoy son necesarios.

Volvió la esperanza. Los argentinos se manifiestan no solamente por problemas económicos, son capaces de hacerlo por cuestiones más estructurales que hacen a la Patria. Con esta reacción social, seguida de la marcha atrás de la Corte, creer en la República, es posible, se puede.

Se puede, se puede. Sólo de nosotros depende.



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