martes, 3 de septiembre de 2019

LOS K EXTREMOS ESPANTAN

Hay por lo menos 8 y tal vez más de 9 millones de personas que están preocupadas por la posible vuelta de Cristina al poder y aquella provocación del “vamos por todo”.

Por Alfredo Leuco

Hoy, la exitosa abogada que nunca ganó un juicio pero lo perdió varias veces, está oculta detrás de la marioneta de Alberto y ambos fingen ser moderados y prudentes. Veremos cuanto les dura.

Le han ordenado a los más salvajes y fanáticos que se queden callados y no digan una palabra para que no se conviertan en piantavotos. Algunos no pueden con su genio. No se aguantan y se les escapa algún exabrupto antidemocrático y discriminador.

Juan Grabois y Marcelo Parrilli, por ejemplo, insultaron a las miles y miles de personas que marcharon en defensa de la justicia y la República y obligaron a Macri a salir al balcón de la Casa Rosada, acusándolos de “viejos”, como si la edad fuera un delito o como si ellos no fueran futuros viejos.

Muchos consideran peligrosos a los kirchneristas extremos por más que ahora estén calladitos y esperando para integrar el Ministerio de la Venganza el 27 de octubre a la noche si es que las urnas le dan el triunfo.

Hablo de Luis D’Elía, Fernando Esteche, Guillermo Moreno y Hebe de Bonafini, entre otros aunque la jefa de las Madres de Plaza de mayo no se privó de calificar de rata a Rodríguez Larreta y a los jueces que – según dijo – no se le van a escapar. Pero estos militantes del odio son piezas menores del ajedrez de Cristina. Son la infantería que pone el cuerpo en el desembarco.

Lo que más inquieta a los ciudadanos republicanos y pacíficos es la propia comandante en jefe. Es que no creen en ese personaje de la Cristina buena, de la Cristina que cambió y ahora es tolerante y democrática.

Es difícil que la gente cambie tan de raíz su temperamento y Cristina es maltratadora hasta de sus propios colaboradores como ha quedado grabado en la memoria colectiva con aquel “pelotudo” serial con el que humilló a Oscar Parrilli.

José Manuel de la Sota, el ex gobernador peronista de Córdoba que tuvo la dignidad de no arrodillarse frente al autoritarismo de Cristina dejó en los archivos una clase magistral que define a la ex presidenta como nadie.

De la Sota, fallecido trágicamente, dijo que Cristina concibe solo dos categorías políticas: los enemigos o los esclavos. Y que le quiso dar un castigo ejemplar a los cordobeses. Lo más importante es cuando asegura que Cristina “no va a cambiar nunca y que no hay manera digna de tener una relación con ella”.

Eso es lo que más asusta. Siempre es el látigo o la chequera. Siempre las extorsiones y los agravios. Y no lo digo yo. Lo dijo un peronista al que nadie le puede cuestionar esa histórica militancia.

Entre los que más inquietud generan, están, además de Cristina, las eternas patotas sindicales vinculadas al peronismo, muchos de las que tienen a sus capos mafiosos presos por enriquecerse ilícitamente con el dinero de los afiliados. Hablo de Marcelo Balcedo, el Pata Medina, el Caballo Suárez, Herme Juárez, que hoy goza de prisión domiciliaria y ahora la nueva estrella de los malandras, el cordobés Mauricio Saillén.

Tiene mandato hasta el 2022 pero hoy está detenido en la cárcel de Bouwer. Comenzó como chofer de un camión recolector de residuos y llegó a ser un millonario que ostentaba su riqueza con viajes al Caribe o a Japón.

Cuatro de sus hijos se encuentran imputados en la causa por asociación ilícita y lavado de dinero de la mutual: Micaela, Mauricio hijo, Darío y Franco, actual legislador K y candidato a diputado nacional en la lista de Alberto y Cristina.

Mauricio, es tan pesado que, se peleó en el 2013 con Hugo Moyano. Tuvieron varios enfrentamientos a balazos con causas que se están tramitando en la justicia. Los 30 trabajadores que se animaron a armar una lista opositora fueron despedidos de las empresas recolectoras y algunos de ellos agredidos tan ferozmente que terminaron en terapia intensiva. Pablo Carrasco incluso sufrió un intento de asesinato en 2019.

La legisladora Laura Sesma de Cambiemos hizo una de las denuncias y el trabajo de los periodistas Sergio Carreras y Federico Tolchinsky sumó investigación rigurosa y coraje profesional.

A Saillén y su mano ultra derecha Pascual Catrambone le encontraron un verdadero arsenal, pistolas y escopetas de varios calibres, joyas, 11 vehículos, y más de un millón de dólares en efectivo. Estos muchachos llenaron el estadio Orfeo para apoyar la candidatura de los Fernández.

Saillén, desde la cárcel tuvo la caradurez histórica de compararse con el gringo, Agustín Tosco, un dirigente clasista, honrado y combativo que jamás fue peronista. Por supuesto que la máxima expresión de este tipo de gremialismo magnate con gran capacidad de daño es el clan Moyano.

Tanto Hugo como su hijo Pablo tienen varias causas abiertas en la justicia por enriquecimiento ilícito y por el manejo corrupto tanto de su gremio como del club Independiente. Antes de viajar a España, el candidato a presidente más votado, Alberto, pese a ser hincha de los bichos colorados de la Paternal, Argentinos Juniors, se sacó una foto con la camiseta de los rojos de Avellaneda y los patrones del mal.

Fue una manera de apoyarlos y de mantenerlo tranquilo porque sabe que si gana Alberto le van a dar el manejo de las obras sociales y varios de sus hombres ocuparán lugares claves en el posible gobierno. Por eso Moyano hoy está manso y tranquilo y dice que aunque “gobiernan los peores, no tiene sentido hacer un paro”.

De todos modos, kirchneristas de ultraderecha como el para periodista Santiago Cúneo, que es muy compañero de Moyano, no tienen problemas en tirar nafta al fuego de un golpe de estado civil que, mediante una rebelión callejera tumbe al gobierno democrático de Mauricio Macri. A las pruebas me remito.

En su lenguaje cargado de groserías e insultos dice que le tienen las pelotas llenas los que pregonan respetar los tiempos de la Constitución y pide que se la metan en donde usted ya sabe. Dice que es tiempo de que el gobierno de Macri se vaya ahora mismo. Este antiguo militante de los carapintadas de Aldo Rico, caracteriza a Macri como genocida, llama cachivache a Luis Brandoni e impulsa “terminar con el gobierno”.

Le recuerdo que es el mismo personaje acusado por las instituciones judías por sus provocaciones antisemitas y se siente con suficiente impunidad para proponer “sacar a esta lacra del gobierno antes del 27”. Es el mismo que se sacó una foto con Máximo Kirchner en el mismísimo Instituto Patria. El general de La Cámpora, jamás dio una explicación al respecto.

Cúneo, con una nula representatividad convoca a no tener paciencia, habla del fin de las instituciones y trata de “bolsa de pus” a los jueces. Como candidato a gobernador bonaerense sacó apenas 20.500 votos, el 0,21% del padrón y su candidato a diputado, Julio de Vido, otro nacional populista amigo de Guillermo Moreno, sacó casi 200 votos menos. Sin embargo habla en nombre del pueblo.

En uno de sus últimos programas, saludó con admiración a Moreno convocó a las multitudes peronistas a poner fin al gobierno de Macri y ni el propio Moreno se sumó a ese delirio golpista. Le dijo que él puede integrar el próximo gobierno de Alberto porque todavía no llegó a la edad de bombero.

¿Sería Cúneo funcionario de los Fernández si ganan? ¿Moreno ya confesó que no lo quieren? Pero Saintout puede ser intendenta de La Plata, el camporista Andrés Larroque , jefe de la policía bonaerense, Hugo Moyano ministro de trabajo y sigue la lista. Son los que yo llamo el kirchnerismo extremo. Son los que provocan espanto y son un verdadero peligro para la democracia. Que nadie diga que no sabía.



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