Esto debe terminarse, esto debe ser gritado a los cuatro vientos para que el mundo se entere de lo que está pasando en Argentina. Esto debemos terminarlo los argentinos y restaurar la seguridad física del inocente, la seguridad jurídica y la previsibilidad política.
El acto supremo de no entregarse con vida a la vindicta montonera.
Después de haber estado con policías, militares y penitenciarios presos políticos, la sensación que percibí de los familiares es justamente la de terror.
El terrorismo de estado, tan meneado por los progres y terros reconvertidos, es efectivamente una caza de brujas, que se aparta de toda juridicidad y de toda justicia y que está siendo llevado a cabo por el Estado Kirchnerista con la complicidad necesaria de jueces y legisladores.
El terror no va dirigido a los que están presos injustamente, no, el terror va dirigido a sus familias que ven que sus hombres, tenían y tienen una formación moral y militar basada en el honor y la disciplina y que esto los pone en riesgo directo de adoptar decisiones extremas como las del Comisario Ferreyra y otros que ya se llevó esta guerra después de la guerra.
Uno de los aspectos que más preocupan, sino el principal, es el estado anímico de los presos políticos de este gobierno, que ha descuidado dos aspectos de esta venganza:
a) Que los prisioneros de guerra son todos mayores de cincuenta años.
b) Que no capacitaron personal apto para tratar penitenciariamente a éstos.
Las cárceles para los uniformados son verdaderos depósitos humanos donde no tienen ninguno de los esfuerzos penitenciarios, como laborterapia, actividades artísticas, actividades de recreación ni esperanza de progresividad del régimen penitenciario.
Si a este cuadro, le agregamos un especial y maligno trato a las familias de los detenidos, ya que se los discrimina en muchos sentidos, que a simple vista no son apreciables, pero que es una manifestación más de la improvisación y falta de especialidad de los agentes encargados del Trato y Tratamiento.
Esta situación se manifiesta en los casos de atenciones médicas, las salidas para laboratorios y estudios médicos especiales para hombres de la franja de edad que se trata, se toman tantas restricciones que son abiertamente discriminatorias.
-Por eso tenemos más de cuarenta muertos entre los prisioneros de guerra y políticos.
¿Y por que pasa esto? Simplemente por Terror.
Los penitenciarios tienen terror de equivocarse, los jueces tienen terror de perder su cargo o que los escrachen, los políticos tienen terror de advertir lo que pasa por terror a perder sus privilegios, la familia tiene terror de que sus padres y esposos mueran por la desidia del estado terrorista o que se suiciden por falta de contención o por indignación.
Esto es un Estado Terrorista, donde, en el afán de venganza, han torcido la Ley y crearon las condiciones para que la impunidad, la injusticia, la inmoralidad y el deshonor campeen.
El Comisario Ferreyra sabía lo que podía esperar de este Estado Terrorista, y decidió no entregarse con vida.
No pudieron corromper sus códigos de honor, y esa es la derrota del montoneraje que hasta con miedo vieron a un hombre disparase antes de entregarse a la parodia judicialera.
Esto debe terminarse, esto debe ser gritado a los cuatro vientos para que el mundo se entere de lo que está pasando en Argentina. Esto debemos terminarlo los argentinos y restaurar la seguridad física del inocente, la seguridad jurídica y la previsibilidad política.
NOTA: ESTO LO ESCRIBIÓ UN ALCAIDE DEL SPF, LO COPIE Y OCULTE EL NOMBRE DEL AUTOR
Contáctenos: politicaydesarrollo@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario