jueves, 26 de febrero de 2009

LAS FALSAS PLAÑIDERAS DE PLAZA DE MAYO

Hoy se llenan la boca los infames organismos que lucran con los tan falseados “Derechos Humanos” y hablan de estos monstruosos terroristas como de “Jóvenes idealistas”

Por el Prof. Carlos A. Méndez-Thort


23 de Enero de 1989
Ataque contra el Cuartel de La Tablada

M.T.P. (Movimiento Todos por La Patria)
Presidencia del Dr. Raúl R. Alfonsín
Saldo: 9 Militares y conscriptos muertos

El 23 de enero de 1989, se presentaba como un día caluroso y algo nublado. Ese mismo día, a las 6.15 de la mañana, un comando terrorista de 50 criminales subversivos de ambos sexos, profesionalmente entrenados por expertos “Spetnatz” de la entonces KGB en la Base Soviética de “Punto Cero”, Cuba, irrumpieron en los cuarteles del Regimiento 3 de Infantería Mecanizado “General Belgrano” y del vecino Escuadrón de Caballería Blindado 1 de la empobrecida localidad suburbana de La Tablada, Partido de La Matanza.

Ingresaron embistiendo y derribando el portal de entrada de la guarnición, utilizando un Camión perteneciente a la compañía Coca-Cola, que habían robado minutos antes, más una Camioneta Ford Ranchera, tres Renault 12 blancos, un Ford Falcon verde y una Camioneta Toyota, todos estos vehículos robados.

Al ingresar el camión de Coca-Cola, este arrolla al conscripto que estaba de guardia, asesinándolo instantáneamente con máximo sadismo. Debido a que los escasos efectivos profesionales que se encontraban en el cuartel por consecuencia de las vacaciones de verano y debido a la hora en que se produjo el ataque, oportunidad en que el personal profesional restante aún no había regresado del franco de fin de semana, el grupo terrorista logró el macabro copamiento de la unidad militar en un reducido lapso de algo más de quince minutos, explotando el factor sorpresa y la capacidad de fuego del armamento soviético y chino con el que contaban.

Adentro de la unidad militar, los terroristas fueron valientemente repelidos en abrumadora inferioridad de condiciones por el fuego del Mayor Horacio Fernández-Cutiellos y sus inexpertos conscriptos bisoños, quienes luego comienzan la resistencia habitación por habitación hasta agotar el escaso parque de municiones con el que contaban. Momentos después, el Mayor Fernández-Cutiellos moriría cobardemente fusilado de un tiro de escopeta de fabricación soviética por la espalda, a quemarropa, al peor estilo del amanerado “Che” Guevara-Lynch.

La reacción inicial de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que de inmediato estableció un cerco a las unidades invadidas, y el progresivo regreso del personal profesional remanente del franco de fin de semana que pudo acceder a nuestros anticuados vehículos blindados de modesta fabricación argentina, impidieron concretar la parte inicial del plan subversivo previsto que, sintéticamente, consistía en tomar ambas unidades castrenses, apoderarse del parque de armamento y munición, distribuir supuestos panfletos desinformativos falsificados de Seinelddín y Rico, inculpándolos y haciéndolos responsables de todo, y posteriormente retirarse del cuartel, para iniciar la segunda fase: Propaganda de agitación populachera para inventar un estallido sociológico artificial, y la sociólisis final que les llevaría al poder político absoluto.

Al encontrarse cercados los subversivos, el Estado Mayor del Ejército, con la autorización del Presidente Alfonsín, ordenó el traslado, y posterior empleo, de efectivos militares profesionales de comandos y de Gendarmería Nacional bajo las órdenes de un mando unificado. Las acciones militares se llevaron a cabo durante todo el día 23 y hasta las 10.30 horas del 24 de Enero, oportunidad en que, ya abatidos, la mayor parte de los criminales subversivos que todavía siguieron combatiendo hasta la hora indicada, se rindieron cobarde y vergonzosamente: Solo quedaron 14 de ellos,13 hombres y una mujer, y junto con esta grotesca rendición se produjo la liberación de los rehenes, que eran suboficiales profesionales, que mantenían en su poder los integrantes del infame Movimiento de Todos por la Patria, autodenominado como M.T.P.

Por expresa orden del Presidente Alfonsín, el personal detenido fue puesto a disposición del juez federal correspondiente, el Dr. L’Arrambebere, quien de inmediato se hizo presente en el lugar de los hechos. El saldo de bajas de nuestro Ejército Argentino fue de 9, sumados los militares profesionales más los conscriptos, mientras que la Policía de la Provincia de Buenos Aires sufrió 2 bajas. La cantidad de heridos y mutilados de ambas fuerzas legales argentinas alcanzó a treinta y siete hombres, algunos con heridas de suma gravedad y otros con mutilaciones corporales, tales como pérdida de ambas piernas, pérdida de un ojo, etc.

La identificación de muertos y detenidos, el secuestro de documentación, así como del armamento y munición soviéticos utilizados, en su casi totalidad de fabricación rusa, eslovaca y china, y la gran cantidad de bibliografía y material ideológico cubano capturado a los subversivos permitieron determinar fehacientemente que el grupo, integrado en su mayoría por el Movimiento Todos por la Patria(M.T.P.),era un vulgar desprendimiento del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP.),liderado por el payasesco “Malevo” Enrique Gorriarán-Merlo, y con la participación, en este operativo, de elementos pertenecientes al Partido de la Liberación (PL),al Movimiento de Liberación 29 de Mayo (M.L-29) y a la infame Columna Sudoeste de los mismos Montoneros que hoy nos gobiernan junto con el monigote de “Chirolita” Kirchner.

El testimonio de un conscripto, extraído de la Revista “Gente y la Actualidad”, del 2 de febrero de 1989, decía lo siguiente:

…“Eduardo Navascues, tiene 19 años. Parece más chico...Tenía heridas en un brazo, una pierna, y en todo el lado derecho del cuerpo”… Entre varias declaraciones dice:…“El domingo 23 por la tarde la pasé con Roberto Tadeo Taddía, el primero que murió en La Tablada, atropellado por un camión de Coca Cola. Era un flaco fenómeno, diez puntos, que te ayudaba en todo y no jorobaba nunca... Me imaginé que me iban a voltear desde atrás. Corrí desesperadamente, en calzoncillos y descalzo, mientras la mujer me tiraba con la ametralladora cohetazos entre las piernas... A media mañana entra un flaco con un fusil automático liviano, y empieza a gritar de nuevo con ‘¿Adónde estaban las armas?’… Yo le decía que no sabía… El flaco me pateaba al peor estilo Vietnam… Pero eso no era nada, lo peor es que gatillaba y en medio de la habitación chica las balas rebotaban para todos lados... Al rato, no se cómo, apareció un Cabo Primero. Vestía como nosotros, pantaloncitos de gimnasia. Nos tranquilizaba: “No se preocupen, muchachos, nos están apoyando... De tantos impactos, se empezó a prender fuego todo el lugar. ‘La única que nos queda es jugarnos y salir’, me dijo el cabo. Le atamos a un palo de escoba que había por ahí un pedazo de sábana blanca, y esperamos que se acallara un poco el tiroteo. ‘Vos quedate acá, yo me juego’ dijo el cabo. Fue hasta la puerta del Hall del Casino de Oficiales y sacó el trapo blanco… ‘¡Somos soldados!... ¡Somos soldados!’ gritábamos. ‘¡Levanten las manos y caminen hacia aquí!’… Nos gritaron desde unos 200 metros... Teníamos un miedo tremendo que desde arriba los subversivos nos tiraran. Cruzar esos 200 metros fue como cruzar el infierno. Al fin llegamos a la guardia. Ahí recién me quebré, me puse a llorar y a gritar”...

El concepto subversivo de esa operación, planeada y comandada desde afuera de las instalaciones militares por el “Malevo” Enrique Gorriarán-Merlo, fue claramente determinado por la documentación secuestrada, durante y después, de las acciones de recuperación de ambas instalaciones militares, entre la cual se encontraba la proclama inicial que pretendían difundir por emisoras radiales adonde los infraperiodistas izquierdosos eran ‘Jefes de Noticias’, previo copamiento de éstas; una segunda proclama en la cual se instrumentaba un plan de emergencia luego que el gobierno del pueblo accediese al poder absoluto conocido como “Dictadura del Proletariado”.

En dicho plan se incluía la disolución de las Fuerzas Armadas y su reemplazo por las milicias populares terroristas; por último una serie de comunicados en los cuales se detallaban cuales eran las organizaciones políticas, gremiales, estudiantiles, y educacionales, que se adherían al movimiento subversivo y a la toma del poder político absoluto sobre todos los individuos de nuestra población argentina.

Consolidada la primera fase de la operación, que consistía en apoderarse de los cuarteles, comenzaría la fase sociolítica de propaganda de agitación popular con la ayuda de automóviles con altavoces que poseía el grupo de apoyo externo, justificando su actitud de que la toma de la unidad militar era para desalojar a rebeldes adictos al ex-Teniente Coronel Rico y al pasionario converso Coronel Seinelddín que tenían el propósito, según el grupo narcosubversivo del Movimiento Todos por la Patria (M.T.P.),de dar un ilusorio golpe de estado, lo cual era infinitamente imposible luego de la pérdida definitiva de las Islas Malvinas en 1982.

Para ello, los terroristas tenían impreso una gran cantidad de volantes en los cuales los citados militares llamaban a la rebelión contra el Gobierno de Alfonsín. Dichos panfletos también fueron secuestrados al grupo atacante junto con el resto de la documentación ya indicada.

El Diario La Prensa, en su edición del 5 de febrero de 1989, decía en un artículo titulado “Después de la Batalla”, lo siguiente:... “Daba pena ver a políticos y en especial al vocero presidencial recurrir a eufemismos y divagaciones tristes para no llamar a los guerrilleros, lo que eran: Terroristas... Allí estaba, entre los muertos, Jorge Baños, hasta hacía poco perteneciente al C.E.L.S. (Centro de Estudios Legales y Sociales), camarada de ruta de los Zamora, los Mignone, los Parrilli, los Fernández-Meijide, y de otros que ayudaron a condenar a las Fuerzas Armadas argentinas como “Genocidas”, aliados a las infames Madres de Plaza de Mayo, cuyos hijos en muchos casos también sembraron el “Terror Rojo” estaliniano en toda nuestra amada Patria Argentina.

Tanto Baños y muchos otros como él, colaboraron con la infame CONADEP del fracasado escritor Ernesto Sábato y de la hipócrita infraperiodista católica Magdalena Ruiz-Guiñazú, ayudados por el gobierno para lo que fue realmente una “Caza macartista de brujas” teleguiada contra las familias de los militares que desde 1930 hasta 1983 habían usurpado corporativamente el poder dictatorial en nuestra amada Patria Argentina.

Tal como las antiguas plañideras egipcias, las fariseas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo aparentaban llorar a los falsos desaparecidos, quienes luego aparecieron como por arte de magia cuando el terremoto de México, pero no reclamaban por Larrabure, ni por Viola, ni por Quijada, ni por el juez Quiroga, ni, peor aún, por los cientos de conscriptos y agentes de policía muertos desde 1966 hasta 1976.

Todas las acciones subversivas tuvieron siempre como objetivos prioritarios apoderarse de las instalaciones de la unidad de infantería, los casinos de oficiales y suboficiales, y de una o más subunidades, con la finalidad de robar el parque de armamento y municiones.

La Revista “Somos”, en su edición del 1º de febrero de 1989, decía lo siguiente:... “Una de las sorpresas más impactantes se dio al producirse la estimación de los efectivos comprometidos”… Se refiere a los terroristas que participaron en la monstruosa invasión aquí descripta. En la operación propiamente dicha actuaron más de cien criminales entrenados en Cuba, unos sesenta se encargaron del apoyo externo operacional, otros treinta del apoyo logístico externo, más de cincuenta del apoyo externo de propaganda de agitación, y más de cien se constituyeron en reservas externas o remanentes activos. Así el total de la estructura militar ad hoc habría estado constituida por más de 340 efectivos. El de la estructura militar global superó los 700 hombres entrenados por expertos soviéticos. El armamento utilizado fue valorizado en más de 300.000 dólares. El parque de sostén logístico empeñado en todas las fases se pudo calcular así:

1) Entrenamiento U$S 100.000.
2) Racionamiento U$S 80.000.
3) Equipamiento en vestuario y equipo U$S 140.000.
4) Mantenimiento de la estructura U$S 200.000.
5) Sostenimiento salarial o recompensa total U$S 250.000.

Al millón de dólares que surge de la apreciación... y según las fuentes consultadas por la revista “Somos”, estiman que los valores mínimos de esta macabra inversión, en tiempos recesivos también mínimos de desarrollo económico argentino, oscilan entre los 3 y los 5 millones de dólares, necesarios para poner en movimiento y sostener una estructura subterránea de esta envergadura”… Solo el narcotráfico comunista cubano pudo aportar estas cifras multimillonarias.

Respecto de las responsabilidades que tuvo el gobierno del Dr. Alfonsín en este cruento ataque, los políticos de la infame Unión Cívica Radical nunca respondieron por la gravísima responsabilidad que tuvieron, sin embargo, tal vez sabiendo que saldrían impunes, el “Untable” Enrique Nosiglia, Ministro del Interior de ese gobierno, y mandamás de la “Coordinadora”, con cara de “Yo no fui” decía en la Revista “Somos”:…
“- ¿A quién pretendió atacar centralmente el grupo subversivo: Al gobierno alfonsinista o a un sector del Ejército?...
- Aquí ha sido afectado el conjunto de la sociedad argentina...Ningún sector social está hoy en condiciones de especular alrededor de estos episodios que nos han llenado de luto. Con ellos no puede ganar nadie, sino que perdemos todos.
- Sin embargo, no solo Menem, sino también Alsogaray, han hecho y siguen haciendo durísimas acusaciones contra el Gobierno de Alfonsín…
- Mire, nosotros estamos dispuestos a asumir la responsabilidad que nos compete frente a estos hechos. En el caso concreto del Ministerio del Interior no pensamos que existan responsabilidades abstractas. Y los temas que tienen que ver con la seguridad interior, están bajo la órbita de esta cartera. Así que pensamos asumir nuestras responsabilidades…”

El Diario La Nación, muchos años después, ante el juicio que se celebró contra el cabecilla de este ataque terrorista, el tristemente conocido “Malevo” Enrique Gorriarán-Merlo, decía lo siguiente, en su edición del 16 de Junio de 1997:
“- Fue un asalto planeado y llevado a cabo por el sangriento Movimiento Todos por la Patria (M.T.P.), su líder era el criminal Enrique Haroldo Gorriarán-Merlo, más conocido como el “Malevo”,que escapó cobardemente, nunca se supo cómo, del copamiento. Decían que habían procedido de esa manera demencial para prevenir un golpe de Estado que se planeaba dentro del regimiento, y no sólo nunca pudieron probarlo, sino que la Justicia determinó que jamás había existido tal riesgo; algunos terroristas estaban vestidos de militares, con las caras pintadas, para confundir al supuesto enemigo”

Mientras los políticos de entonces, quienes hoy casi son los mismos, discutían sus internas, el fantasma de uno de los hombres más buscados por la Justicia de varios países se hacía cada vez más grande. No era otro que el “Malevo” Enrique Haroldo Gorriarán-Merlo, criminal líder del ERP, uno de los fugados del penal de Trelew en 1972, asesino confeso del ex mandamás nicaragüense Anastasio "Tachito" Somoza en Paraguay, e instigador del copamiento a varios cuarteles del Ejército Argentino desde 1966 hasta 1976, entre otras miserables acciones.

Los primeros indicios sobre la presencia fantasmal del “Malevo Gorriarán” los dieron los propios militantes del M.T.P. cuando fueron interrogados por la policía. La madre de uno de los muertos reconoció la foto publicada por los medios y dijo:…"Este hombre vino a buscar a mi hijo". Los vecinos de la quinta donde se juntaron los integrantes del Movimiento Todos por la Patria, en Moreno, la noche antes del asalto lo describieron como uno de los integrantes del pelotón que hizo base en esa finca.

La leyenda izquierdosa tejida alrededor de este macabro personaje cuenta que el calvo "Malevo" estuvo, junto con su combativa mujer, Ana Sívori, y sus dos subversivas hijas, formando parte del aparato de apoyo externo del asalto al cuartel de La Tablada. Esas primeras versiones llevaron a Interpol a buscarlo pacientemente en las lujosas costas uruguayas de Punta del Este, adonde habría ido a parar en su bien pagada escalada de fuga.

Meses más tarde, durante el juicio por el asalto al regimiento, ninguno de los 20 miembros del M.T.P. reconoció que el “Malevo” Gorriarán-Merlo hubiera estado el 23 de enero de 1989 en La Tablada. "Lo protegen", fue la lectura de la propia Ana Sívori y de algunos de los izquierdistas que siguieron las instancias del juicio. Ahora el “Malevo” Gorriarán-Merlo deberá responder a los delitos que se le imputan, durante un juicio que sus abogados acusan de imparcial. La verdad sólo la sabe él. Nadie apuesta a que la diga completa”…

El padre de 2 de los terroristas muertos, declaraba lo siguiente en la Revista “Gente y la Actualidad” del 2 de febrero de 1989:…“Ángel Horacio Luque, padre de Miguel Ángel y Pedro Horacio, los 2 hermanos muertos en el copamiento al Regimiento de La Tablada. Luque decidió enterrar a sus hijos sin velatorio, sin avisos en los diarios, sin flores. El periodista le pregunta:…“¿Y sus hijos?...y él le contesta:… “Mis hijos... A mis hijos soy el primero en condenarlos. Esa intolerancia, esa violencia”… Y el periodista le contestó...: “¿Cómo se enteró de lo que estaban haciendo?”… A lo que él contestó:… “Estaba construyendo un quincho y escuchaba por la radio lo de La Tablada. Mientras trabajaba, maldecía a los que tomaron el cuartel. Era una vergüenza. Y mire usted...Yo tenía a dos de esas vergüenzas en mi casa”... “No. No quiero flores para mis hijos. Que esas flores vayan a quienes se las merecen. Que las reciban los soldados, los policías...Ellos se las merecen”… “A los padres de los soldados asesinados les diría...tantas cosas... ¿Con qué derecho podría decir algo?...Cuando fui a reconocer los cadáveres, traían en ese momento al Comisario Inspector García-García. Sentí un dolor tremendo. Pensé: ¡Que en paz descanse!... No. Mis hijos buscaron violencia y la encontraron. Ya eran hombres. No se que los llevó a semejante locura, pero se que fueron usados como idiotas-útiles”.

Las Víctimas Inocentes.

Mayor Horacio Fernández-Cutiellos – Casado – Padre de 4 hijos–37 años.
Teniente Ricardo Alberto Rolón – Soltero –25 años.
Sargento Ayudante Ricardo Raúl Esquivel – Casado – Padre de 1 hijo.
Sargento Ramón Bladimiro Orué – Casado.
Cabo Primero José Gustavo Albornoz – Casado – Padre de 1 hijo–24 años.
Conscripto Clase 1969 Héctor Cardozo – Soltero – 19 años.
Conscripto Clase 1969 Martín L. Díaz – Soltero – 19 años.
Conscripto Clase 1969 Roberto T. Taddía – 19 años.
Conscripto Clase 1969 Julio D. Grillo – 19 años.
Comisario Inspector de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Emilio
García-García.
Sargento Primero de la Policía de la Provincia de Buenos Aires José Manuel Soria.

Conclusión
Desde los petardistas trotskistas de 1917 hasta hoy, los sucesores de los culpables del cobarde asesinato de Ramón L. Falcón fueron los mismos que el 23 de Enero de 1989 perpetraron este otro terrible atentado cometido en contra de nuestra democracia argentina, con el luctuoso saldo de 11 vidas de honestos seres humanos cortadas, de raíz y para siempre, por los mismos asesinos de la Guerra Fría de los infames años de la “Era Hippie” que fueron de 1966 a 1976.

Hoy todos estos criminales asesinos están libres, fueron indultados por el inservible Presidente De la Rua, más conocido como “Pan Triste”, a quien, sin embargo, ningún argentino reconoce haber votado. Hoy se llenan la boca los infames organismos que lucran con los tan falseados “Derechos Humanos” y hablan de estos monstruosos terroristas como de “Jóvenes idealistas”…

…¿Acaso pueden ser tan católicamente fariseos, puritanos e hipócritas como para defender con tan clerical descaro a quienes asesinaron a jóvenes conscriptos de 19 y 20 años, a oficiales y suboficiales profesionales de 25 y 24 años?...¿Acaso no hay mayor idealismo encarnado en estos jóvenes conscriptos inexpertos y bisoños que defender a nuestra Patria con sus vidas, a pesar de su supina incapacidad e inhabilidad profesional en el campo de batalla, y a pesar del inservible entrenamiento báltico-prusiano que con tan malos tratos les propinaron?...

Ninguno de los 11 argentinos inocentes muertos defendiendo el Regimiento 3 de Infantería recibió jamás de los posteriores gobiernos democráticos indemnización alguna, ni siquiera un mísero recordatorio, ni se levantó jamás un simple monumento que rinda homenaje a sus memorias…Si los recibieron, en cambio los soldados franceses, británicos, canadienses y norteamericanos que combatieron en Corea de 1950 a 1953,y en Vietnam desde 1945 hasta 1975…contra el mismo enemigo que en 1989 invadió el Regimiento 3 de Infantería de la República Argentina… ¿No suena rara la paradoja?...¿Fue inútil la muerte de Ramón L. Falcón para los argentinos?...

Sin embargo, en estos años infames de la devaluación de nuestros salarios, los terroristas y sus familiares, han recibido millonarias indemnizaciones, importantes cargos públicos de privilegio económico, homenajes y monumentos, carísimos inmuebles, y han sido premiados en todas las formas posibles, a pesar de haber atacado con sus acciones a todo el conjunto sociológico de nuestro pueblo argentino, a pesar de ser los culpables de planear, tan temprano como en 1917,el eterno estancamiento económico que nuestro país sufre desde 1945 hasta hoy, a pesar de ser los artífices de la desunión de nosotros los argentinos…

En el otro extremo, los soldados franceses, británicos, canadienses y norteamericanos que combatieron, contra el mismo enemigo, en Corea y en Vietnam durante 30 largos años, tan solo recibieron una jubilación decorosa, monumentos públicos, y medallitas recordatorias, pero jamás indemnizaciones faraónicas, ni menos lujuriosos cargos de gobierno, tan solo una vejez digna, y nada más…

Por eso, recordemos los nombres de estos 11 valientes argentinos inocentes muertos defendiendo el Regimiento de La Tablada, y recordemos que, no hace muchos años, el “Malevo” Gorriarán-Merlo y sus repugnantes arsácidas, con el apoyo de la infame Unión Cívica Radical pretendieron hacernos regresar a la terrible pesadilla de los años guerrilleros de la “Era Hippie” que fueron de 1966 hasta 1976.

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