jueves, 5 de febrero de 2009

Sólo le falta el bigote


A Hugo Chávez Frías sólo le falta el bigote para ser el Adolf Hitler caribeño.
Sólo eso.
Todo lo demás está ya condensado en su figura, que desparrama omnipotencia total de dominio sobre la otrora próspera Venezuela

Por Angélica Mora

Chávez celebró a todo dar una década de haber tomado posesión del cargo que maneja con mano de hierro.
Piensa que le faltan solamente otras cuatro para empatar en número con su maestro Fidel Castro.

Como buen emperador, dictaminó que el tiempo estaba maduro para celebrar “calendas” como su homólogo Nerón, el de la lira, y dictaminó que la fecha de su arribo al poder debía marcarse “rojo rojito” en el calendario...
No Habrá Pan, pero sí mucho Circo. Fue así como los venezolanos amanecieron este lunes con un feriado más...”Día de Júbilo”, proclamado para toda la nación.

Hugo Nerón no piensa que con esta disposición es un día menos de trabajo en una economía tambaleante, con los precios del crudo más bajos que nunca.

Rodeado de sus obsequiosos seguidores, venidos de diferentes partes de América Latina a rendirle pleitesía y ver que más pueden llevarse de regreso, Chávez usó la reunión extraordinaria del ALBA para machacar, una y otra vez, la necesidad del SI en la enmienda constitucional que le permitirá su reelección más allá de 2012 y su porfiada determinación de perpetuarse en el poder.

Junto a los mandatarios Daniel Ortega de Nicaragua, Evo Morales de Bolivia y Manuel Zelaya de Honduras, así como el primer "vicepresidente" cubano, José Ramón Machado, y el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, Chávez -envuelto en su capa real- llevó a cabo la ceremonia central de la celebración ante los restos de Simón Bolívar, en el Panteón Nacional, del Paseo Los Próceres. (¡Bolívar debe de haber temblado en su tumba!)

Hugo Chávez, quien tomó posesión del cargo el 2 de febrero de 1999, recibió una réplica de parte de uno de sus acólitos de la espada del héroe de la independencia de Venezuela y otros países de América Latina.

(Tengo entendido que le regaló una igual a su Mentor cubano Fidel Castro no bien llegó a Miraflores, además de cuadros valiosos e irremplazable de pintores venezolanos).

En esta ceremonia Chávez, quien la mayor parte de las veces no comprende bien las cosas o se hace el loco, pronunció un discurso dando a entender que era la espada verdadera, la real y no una copia la que había recibido. Y aprovechó el momento para dar rienda suelta a su demagogia.

"Esta espada vio morir a Bolívar y podemos decir que murió con él. Luego fue sepultada en las mazmorras, nadie más la vio. Hace 10 años, un día como hoy, volvió a salir esta espada, después de casi 200 años. Hace 10 años, Bolívar hecho pueblo volvió con su espada libertadora"(¡¡!!)
(((¿Él es Bolívar?)))

Fue así como este dos de febrero se celebró una triste década de incumplimentos y traición a la Patria. Diez años de siembra de odios y divisiones por parte del mandatario.
Y no paren de contar. El horror, como en los últimos años de Adolf Hitler, aún no ha terminado.

Hoy Chávez usa indiscriminadamente los dineros públicos en su abusiva campaña electoral a favor de la enmienda constitucional.

Fuerza a la población a oírlo en cadenas diarias a favor del SI y obliga a toda la población a acudir a las concentraciones públicas bajo el temor de ésta, de perder los empleos.

Este lunes, para completar el espectáculo del poder absoluto del gobierno, efectivos de la Guardia Nacional patrullaron las calles de Caracas y el interior exigiendo el cierre de locales comerciales grandes y pequeños.

Productos perecederos se descompusieron, debido al calor, en bodegas y contenedores en el Puerto de la Guaira, Puerto Cabello y otros sitios de desembarco, debido a la arbitraria orden de Día Feriado que siguió al largo fin de semana.

Ahora Hugo Chávez Frías sigue en su empeño de tratar de emular Hitler. Para más detalles atacó, lleno de soberbia, al gobierno de Israel, expulsó a sus diplomáticos, respaldó los ataques a las sinagogas y los escritos en contra de la comunidad judía en paredes y pancartas.
Por eso digo, sólo le queda dejarse crecer un bigote pequeño debajo de su rechoncha nariz y ordenar la construcción rápida de un "bunker", porque -le aseguro- el aguante de sus compatriotas se está terminando.

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