DOCUMENTO UNO
MAPA DEL NUEVO PAIS MAPUCHE
DESPUES NOS ASEGURAN QUE NO TENEMOS NINGUNA HIPOTESIS DE CONFLICTO... ¿VOLVEREMOS A LOS TIEMPOS DE LA “ZANJA DE ALSINA”?
ARGENTINA Y CHILE - CONFLICTO MAPUCHE
El conflicto mapuche en Chile continúa su escalada, y no se prevé una solución inmediata. Un conflicto similar, aunque todavía menos violento, se vive al otro lado de la cordillera. La combinación de ambos podría traer gravísimas consecuencias
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El conflicto mapuche en Chile parece haberse intensificado en las últimas semanas, culminando con la muerte de un comunero a manos de un Carabinero. No se intentará aquí un resumen histórico del conflicto, ni mucho menos determinar de qué lado está la razón y la justicia. Simplemente se tratará de analizar lo más objetivamente posible la situación actual y las posibles alternativas futuras.
Según el Gobierno de Chile, la mayoría de las comunidades mapuches están a favor del diálogo y la paz, y sólo una minoría es la responsable de la violencia. Eso podrá ser verdad, pero es irrelevante: la mayor parte de las revoluciones modernas han sido obra de grupos insignificantes en número, pero fanáticos y decididos a usar cualquier medio para obtener sus fines (los bolcheviques en 1917, los nazis en 1925, y los maoístas en 1945 son algunos de los ejemplos que vienen a la memoria).
Estas minorías mapuches estarían comandadas por la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM). Se las han acusado de tener contactos con, y haber recibido entrenamiento de, las FARC y el ETA, aunque las pruebas aún no han mostrado una “pistola humeante”. Lo que es aparente es que estos grupos radicalizados, coordinados o no, estarían realizando una guerra de guerrillas, por el momento de baja intensidad (en comparación con las que realizan las organizaciones terroristas ya nombradas).
¿Cuál sería su propósito? En el corto plazo, el de toda guerrilla: desgastar a un enemigo numérica y materialmente superior (en este caso el estado chileno), evitando enfrentamientos directos, con el objeto de socavar su moral y su voluntad de lucha, y llevarlo a negociar en condiciones favorables para ellos. Así, obtendrían en la mesa de negociaciones el objetivo que nunca podrían obtener por la fuerza.
“Hace bastante que corre el rumor del ingreso de activistas mapuches chilenos para participar en los conflictos en campos argentinos”
¿Y cuál sería el objetivo que buscan estos “grupos minoritarios”? El mapa que se adjunta fue obtenido de una página Web, supuestamente simpatizante con su causa (http://es.5wk.com/viewtopic.php?f=49&t=161726).
El título de la misma era “CREAREMOS EL ESTADO MAPUCHE... desaparecerán Chile y Argentina! [Sic]”.
En otra parte de la misma página declaran “En general, los indígenas chilenos no se sienten parte del Estado, sino que lo consideran una contraparte que defiende a los colonos que han invadido sus tierras ancestrales. ¡¡NOSOTROS LOS MAPUCHE QUEMAMOS LOS TRAPOS CHILENOS POR QUE NOS SOMOS CHILENOS!! [Sic!]. En otros sitios Web pueden hallarse expresiones y mapas semejantes (basta una simple búsqueda en Google para encontrarlos)
Es difícil saber hasta qué punto este alegato representa las verdaderas intenciones de estos grupos, o incluso si sólo se trata de una posición de máxima desde la cual negociar. Sea como fuere, es altamente improbable que un gobierno chileno, cualquiera fuese su ideología o voluntad, acepte otorgar la independencia, autonomía o “gobernanza” a una porción territorial que prácticamente dividiría a Chile en dos partes, cuya comunicación terrestre estaría sujeta a la buena voluntad de “los pueblos originarios”. Si la posición arriba descripta es representativa de la de estos grupos de “acción directa”, la posibilidad de una salida negociada con el estado parece remota. Ello sería una explicación a la creciente ola de violencia en la Araucanía.
Otra causa podría ser la cercanía de las elecciones presidenciales en Chile. Los dirigentes de estos grupos seguramente son concientes que existe una probabilidad realista de que Sebastián Piñera sea el próximo presidente, que esté menos inclinado a negociar, que por el contrario intente un uso a mayor escala de fuerzas de seguridad, y que tenga menos reparos en aplicar la Ley Antiterrorista. De allí que sea factible que estén tratando de presionar al actual gobierno para obtener el máximo de concesiones posibles, y así presentar al próximo gobierno, sea cual fuere, con una política de hechos consumados...
...También es posible que exista un plan B. Es sabido que en Argentina grupos mapuches están aplicando una política similar a sus “hermanos” chilenos, aunque menos agresiva y visible (o no tan mediática). Allí reclaman un total de 15 millones de hectáreas. Según el diario argentino La Nación (16/08/2009), “El resurgimiento del indigenismo puede observarse a simple vista en hogares y establecimientos rurales de Jujuy, Neuquén y Río Negro, donde cada vez más se ve flamear la bandera del Tawantinsuyu (Imperio Inca), en el Norte, y la de los mapuches, en el Sur. Esos símbolos hablan de un anhelo más amplio que un simple lugar donde vivir: se refieren, prácticamente, a una "región independiente". Además, agrega que “Hace bastante que corre el rumor del ingreso de activistas mapuches chilenos para participar en los conflictos en campos argentinos”.
En Neuquén miembros de la Confederación Mapuche Neuquina tomaron un hotel de lujo, cuyo propietario era italiano, para convertirlo en una “universidad intercultural” con el apoyo de las Madres de Plaza de Mayo. Antes habían logrado recuperar unas 2000 hectáreas en Chubut, usadas para maniobras militares. Hace pocos días, una comunidad mapuche impidió la inauguración de una capilla católica recién construida, en las cercanías de San Martín de los Andes, porque “La comunidad plantea que con la capilla en ese lugar se profundiza la invasión cultural”. En Neuquén la Sociedad Rural contabilizó en 50 los campos tomados por grupos mapuches.
A diferencia de lo que sucede en Chile, la actitud de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner ha sido de lejos más permisiva que la de su contraparte chilena, sea por simpatía ideológica y/o por aborrecer el uso de las fuerzas de seguridad. El hecho es que los grupos mapuches gozan de muchísima más libertad de acción en la Argentina que del otro lado de la cordillera. Es improbable que la situación cambie mientras los “K” permanezcan en el gobierno (hasta 2011 como mínimo).
Por lo dicho anteriormente, una hipótesis a considerar sería que si la situación en Chile se pone más insalubre para los grupos de choque mapuches, éstos decidan trasladar su base de operación al otro lado de la cordillera, y desde allí montar ataques “hit and run” contra las fuerzas de seguridad chilenas. Esto pondría al futuro residente de La Moneda ante dos alternativas desagradables: soportar la existencia de un “santuario” fuera de sus fronteras, desde donde los violentistas puedan operar con total impunidad y obligándolo a un interminable conflicto sin “luz al final del túnel”, o lanzar una acción punitiva contra dicho santuario y arriesgar un conflicto armado de consecuencias imprevisibles.
De las anteriores consideraciones, se desprende que, a menos que el estado chileno sea capaz de aislar a las minorías violentas de las mayorías mapuches (que posiblemente estén esperando a ver quién es el ganador antes de otorgar su apoyo), en el mediano plazo sólo cabría esperar la continuación e incluso la profundización n del conflicto, con un aumento en las bajas (incluso fatales) en ambos bandos.
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DOCUMENTO DOS
LA VICTIMIZACIÓN COMO MÉTODO DE SOMETIMIENTO
“Según el Diccionario de la Real Academia Española –dice en un artículo difundido recientemente el Dr. Francisco Pestanha-, "víctima" es aquella persona o animal sacrificado o destinado al sacrificio. Dicho vocablo puede aplicarse también a aquel sujeto o grupo de sujetos que experimentan daño o menoscabo por causa ajena o fortuita. Desde el punto de vista jurídico, la noción de víctima señala a aquella persona o grupo que sufren o han sufrido pérdida o detrimento de sus derechos esenciales.”
“La victimización, por su parte, constituye una estrategia que apunta a señalar un determinado status de sufrimiento, persecución o ensañamiento con el fin de obtener un tratamiento que mejore tal calidad. La victimización constituye en cierto sentido una actitud cuya finalidad es la de revertir una determinada situación de menoscabo.”
“Pero a la vez, suele recurrirse a la victimización (y de hecho así ha acontecido) para neutralizar o anular cualquier conato de crítica respecto del sujeto o grupo victimizado.”
“Tomemos como ejemplo la "teoría del buen salvaje", una concepción a la que suele recurrirse para victimizar a nuestros pueblos originarios. Dicha conjetura presenta al proceso de la colonización hispánica como una epopeya encarada por un sanguinario y genocida contingente de conquistadores que expolió y masacró a diversas etnias ingenuas y pacifistas. Si bien esta estrategia puede resultar en primera instancia apta para despertar conciencias y rescatar el maravilloso acervo étnico - cultural de nuestros antepasados, en cierto sentido la martirización del universo pre - hispánico termina reduciendo culturas tan altamente ricas, poderosas y significativas como la de los Aztecas, Mayas e Incas, a un conjunto de estirpes integradas por inocentes, inofensivos e idealistas seres primitivos. La victimización termina así menoscabando a la víctima y transformándola en un sujeto dócil, indefenso e incapaz de superar los escollos que acontecen en su propio desarrollo evolutivo.”
“La historia y sus protagonistas tienen una función en las sociedades, y tal como lo ha enseñado el mitrismo y sus acólitos, el menoscabo sistemático de lo propio es el mejor instrumento para sostener una situación opresiva. JAURETCHE denominaba a este fenómeno con la expresión "autodenigración".
Francisco Pestanha
VICTIMACIÓN: Un sofisticado mecanismo de manipulación sicológica dirigido a captar la simpatía de la opinión pública. Trata de disfrazar una gran mentira: mostrarse víctima de una situación que uno mismo ha creado.
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DOCUMENTO TRES
LOS LÍMITES ENTRE ARGENTINA Y CHILE
• ALGUNOS DATOS HISTÓRICOS:
La actual república de Chile, de acuerdo con la división político - administrativa establecida por el Imperio Español, durante la época de la colonia, hasta 1818 año en el cual se independizó, formaba parte de la Capitanía General de Chile, ubicada en el borde sur occidental de América del Sur, junto al Océano Pacífico.
Su límite septentrional era el desierto de Atacama y el meridional, la zona al sur del Estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos, hacia la “Terra Australis Incognita” (Tierra austral desconocida - Polo Sur); Su límite occidental, el Océano Pacífico y el oriental, la cordillera de los Andes.
La Argentina, formaba parte del Virreinato del Río de La Plata, hasta la fecha de su independencia.
El límite entre ambos países fue la cordillera de los Andes. Según el Tratado de límites que se firmó en Buenos Aires el 23 de julio de 1881 por Francisco de B. Echeverría, Cónsul General de Chile en Buenos Aires y el Doctor Bernardo de Irigoyen, Ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina en representación de los presidentes de las respectivas naciones, la línea fronteriza se estableció por las cumbres más elevadas de dicha Cordillera que dividan las aguas y pasará por entre las vertientes que se desprenden a un lado y otro. Este tratado continúa siendo válido, ya que no ha sido abrogado por ningún otro posterior. (Ver nota 1)Existieron varios conflictos limítrofes entre ambos países y todavía existen cuestiones pendientes, pero no constituyen el objeto de este trabajo. Lo que nos interesa establecer aquí es que sus conflictos y las guerras entre los chilenos y los araucanos siempre se desarrollaron en territorio chileno; nunca en el argentino.
Los araucanos habitaban Chile; en la Argentina existían otras tribus indígenas de las cuales, la más importante fue la de “Los Tehuelches”.
Los araucanos (hoy denominados mapuches) invadieron la Patagonia Argentina cuando lo tehuelches ya eran argentinos: su último cacique Casimiro Biguá, dueño de esa tierra, recibió, en 1876 un sello de plomo con su nombre y la leyenda "Cacique nombrado por el Gobierno Argentino". Él y el pueblo tehuelche juraron la nuestra bandera. Casimiro ejerció la soberanía de su pueblo en el territorio ancestral de la Patagonia, con lealtad a la tierra misma y a su propia gente.
A los araucanos (hoy denominados “mapuches”), deben considerárselos entonces como invasores del territorio argentino, nunca como pueblo originario. Como consecuencia de su invasión las tribus que habitaban esa parte del nuestro territorio, incluyendo los tehuelches, fueron destruidas y desaparecieron, o sobrevivieron como esclavos, asimilando la cultura (entre ellos, el lenguaje - idioma-) de los invasores. Algunos descendientes de los tehuelches, hoy sobreviven en Tierra del Fuego.
ARNALDO SALVINI
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NOTA (1) El texto completo del Tratado puede ser visto en este enlace:
Tratado de Límites entre Chile y Argentina de 1881.FUENTE DE ESTE ARTÍCULO:
http://es.wikipedia.org/wiki/Patagonia
Difusión: ARNALDO SALVINI para cadenadedifusion@yahoo.com.ar
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ResponderEliminarIn first steps it's really good if somebody supports you, so hope to meet friendly and helpful people here. Let me know if I can help you.
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fuerza a todo el pueblo mapuche que lucha por su independencia del estado chileno, usurpador y esclavo de españa hasta nuestros dias...luz, agua, lo controlan, pero a la gente de la tierra jamas!
ResponderEliminarmarrichiweu!
weche