Este forajido fue visto en Ezeiza el día que regresaba el General Perón. Duró poco. Es el arquetipo del héroe setentista a punto de descubrir el otro agujero del mate. Lo que tiene en la mano no es un una escopeta recortada calibre 12/70 cargada con recortes de cadena. No. Es un termo para cebarle mates calentitos a la gente. Está flanqueado: a su Izquierda por el Virrey Lanusse, el estratega protector, y por el Virrey Cámpora, el entregador canalla.
Carta para los que sufren leyéndome
El que sabe ser buen hijo
a los suyos se parece;
y aquel que a su lado crece
y a los suyos no hace honor,
como castigo merece
de la desdicha el rigor.
Mis queridos amigos y amigas; Viejos Camaradas:
Un encuentro con enseñanza
Un día de esos de Nuestro Señor, que no recuerdo hará cuánto, andaba de paseo por la calle Santa Fe de Buenos Aires. Y fui a darme con un cura jesuita, amigo y Viejo Camarada, a quien hacía mucho tiempo que no veía. Bueno: empezamos a los abrazos y saludos de costumbre. A los pocos minutos me invita a tomar un café. Acepté la oferta, pero lo induzco a que lo bebamos en el Círculo Militar, que no distaba a más de 150 metros del lugar de aquel encuentro. Luego, apoltronados en el salón hicimos una conferencia de unas dos horas o más, sin parar, desde luego. Y como yo andaba un tanto desorientado por algunas cosas que estaban pasando en nuestra Patria (esta escaramuza debe haber sido por 1972 ó 1973), viene este padre y me da el siguiente consejo que, como ustedes ven, lo atesoro entre los más preciados: Mirá –me dijo pachorriento mirando por sobre sus anteojos-, cuando veas un alboroto y no sepas quién es el dueño, no te apresures en descubrirlo, porque él solo lo hará sin que hagas esfuerzo alguno. Por ejemplo: si ocurre un golpe de estado que triunfa, todos se apresuran para saber de quién es semejante genialidad. Pero ese que hacen figurar a la cabeza del desatino, seguramente no es. El dueño o los dueños del zafarrancho aparecen después. Son los aprovechados. Los primeros son cartón pintado. Chala de choclo, que no soportan el calor de una cerilla y se prenden fuego sin dejar cenizas.
Aplicando la enseñanza
Siguiendo esta reglita de oro del querido amigo, se me vino a la cabeza la Involución Libertadora y la conjura novembrina contra el General Lonardi. En una sola noche quedó en claro quiénes fueron los verdaderos propietarios de la Libertadora, que pasó a ser Libertadura, y cuál fue el papel de la Junta Consultiva al caérsele la careta a la británica Alicia Moreau de Justo. Y esto hasta su final. Pero pasando los años traté de aplicar aquel razonamiento al Proceso de Reorganización Nacional. En fin: aquí no me fue tan derechamente, porque el 70% de los 80 mil cargos públicos existentes en el país, fueron ocupados por radicales. Esto es que 56.000 radicales fueron funcionarios del Proceso. Sí. Los que después juzgaron a las Juntas e hiperbólicamente a la Institución Ejército Argentino, fueron sus compañeros de ruta, en la calamidad y en el hundimiento. Una inmoralidad de estas almas percudidas. De acuerdo con los dichos del sacerdote, el Proceso fue eminentemente radical; serían los que derrocaron a Isabel Martínez de Perón, como lo habían hecho diez años atrás con el doctor Illia, poniendo al Chino Balbín, rancio en edad y veterano carcamán sin abuela, a la cabeza de la UCR del Pueblo. Muchachos de la UCR: ¡desmiéntame por favor! Hagan la autocrítica que andan pidiendo. Y aquí les dejo una perlita para que mastiquen: ¿recuerdan el discurso del diputado Raúl Ricardo Alfonsín en la Cámara de Diputados en vísperas de la caída del doctor Illia? Y, ¿qué dijo el perverso? ¡Ah, no, búsquelo ustedes! Si yo de puro milico bruto lo encontré, cuanto más lo harán ustedes que son políticos cultos.
Tropiezos en la aplicación de la enseñanza
Pero en este caso del Proceso, no todo fue tan lineal como parece. Para el advenimiento del Proceso hubo más de una pala excavando el hoyo. A ellas me referiré más adelante. Momentáneamente me quiero dedicar al terrorismo bélico, que no es otra cosa que el crimen organizado y el delito como sistema, a lo que estos satanistas llamaban revolución. Trabajaron con la pala ancha que cavó para la caída de un gobierno constitucional. Bueno, miren: a medida que uno va leyendo el libro de el Tata Yofre, se va asomando la pregunta: ¿de dónde sacaban estos facinerosos las masas de dinero que demandaban sus correrías por todo el país y por el exterior? Es un tema que jamás ha tratado nuestro periodismo, siempre hueco y vano como el roncar de un vacuno. Y no lo hacen porque si lo hicieran los echarían al día siguiente: no hay que poner los dedos en el ventilador o probar un enchufe con la mano mojada.
No faltará alguno que me diga, de buena fe, que ese dinero provenía del latrocinio y de los secuestros extorsionadores. Sí, es verdad, pero no alcanzan mis amigos los Robin Hood setentistas choreando a mansalva. No. Me atrevería a decirles que todo lo robado no llegó jamás al 20% del total invertido, que fueron ingentes sumas de dinero. Cuando en 1972 el General Perón hace pública su intención de regresar a la Patria, se puso en movimiento una máquina monumental movida por Inglaterra y su aliado incondicional, el Estado de Israel. Ello quedó plasmado en una retahíla de hechos, entre los cuales se encuentra el martirio del admirado Ingeniero Jefe Teniente Coronel Larrabure. A él me he referido en otros artículos. Allí actuaron los ingleses y los judíos del Mossad, con la firma de los subversivos asalariados que dieron la cara. Y por la obsesión de volar la Falda del Carmen, donde se fabricaba el misil Cóndor, terminaron volándose ellos mismos: Embajada de Israel, más con AMIA y DAIA. Y aunque el Cóndor era muy versátil, jamás tuvo la forma de una traffic, que además nadie vio, lo que ha quedado evidenciado en las testimoniales de la causa. A esto tampoco lo van a poder borrar con lija, esmeril y amoladora.
Los primeros indicios de la infamia
Hay un periodista uruguayo, Sergio Israel, que en su libro El enigma Trabal (Ed. Trilce, Montevideo, 2002), da a conocer largos años de investigación, donde demuestra la conexión de Tupamaros con Gran Bretaña, la Masonería, el gobierno uruguayo, el presidente chileno Salvador Allende y Fidel Castro, a partir de la liberación del embajador de Su Majestad Geoffrey Jackson (secuestrado desde el 8 de enero de 1971). Pero también lo dice Timerman: en la página 2 de su diario La Opinión del 9 de septiembre de 1971 se puede leer: Crece en Uruguay la certeza de que Londres negocia con los tupamaros. Sin embargo el gobierno uruguayo nunca reconoció ninguna negociación, ya que Pacheco Areco las rechazaba de plano (J. B. Yofre, Volver a matar, Cap. 4, pp. 83, 84 y ss., más nota número 13 en pág. 98). Cabe agregar, por otra parte, que el enigma se llama Trabal por el Jefe de la Inteligencia uruguaya, Coronel Ramón Trabal (asesinado en circunstancias inciertas en París en diciembre de 1974). Lo mismo que le ocurrió al juez Jorge Vicente Quiroga que entendió en la causa CAFEPE número 23/71, asesinado por el ERP-22 el 27 de abril de 1974. He aquí lo que suele ocurrirles a los hombres que saben demasiado: la Pérfida Albión no perdona.
Como están probadas las conexiones del ERP y Montoneros con los Tupamaros, y aquéllos a su vez estaban vinculados con la Masonería (toda las organizaciones subversivas de Argentina tuvieron estructuras masónicas), el comunista Salvador Allende y el empleado del asesino serial Eisenhower, Fidel Castro, alias el Cuco Cubano, que siempre aparece manejando la batuta (aunque prefería el efectivo), me es lícito pensar que estas bandas siniestras estuvieron vinculadas con Inglaterra, desde su concepción para la unidad de acción, pasando por una logística discreta y terminando en la parte ancha de su financiamiento. Y quienes hayan espigado la historia de los anglos, saben que ellos han sido maestros expertos en estas ligaduras con los traidores de adentro, sembrando enojos, discordias y peleas donde nunca debieron existir, a través de su diplomacia, tremendamente eficiente y eficaz. Pruebas al canto: de una Hispanoamérica sólidamente unida por el Imperio Español durante 300 años, Canning hizo 23 cachos de tierra sin destino, ni patas ni cabeza, aunque con nombres diferentes. Y de paso las endeudó hasta el caracú con la banca hebrea de los Rothschild y los hermanitos Baring. A estas dependencias virreinales se las conoce como Estados Americanos, reunidos en el antro diabólico llamado OEA a cargo de Insulza, ex Ministro del Interior de Salvador Allende.
Una guerra civil devastadora
Bueno: pero algunos de ustedes que son tozudos en extremo, me dirán que con esto no alcanza. Vean: en 1972 apareció el segundo tomo de la obra del historiador británico H. S. Ferns sobre la Argentina. En la página 247 leemos lo siguiente: Como no sea mediante una guerra civil devastadora, resulta difícil imaginar cómo puede deshacerse la revolución efectuada por Perón. Y la guerra civil devastadora para nuestra Patria, programada y bien pensada por los estrategas ingleses para deshacer la revolución efectuada por Perón, llegó a nuestras playas. No vino solamente con palabras ni con las consabidas amenazas, vino con armas procedentes de Inglaterra.
Pruebas al canto: por ejemplo, el día 18 de abril de 1974, un diplomático británico de nombre Micke Jhon Bishop, fue detenido imputado de ser el autor material que pretendía introducir al país un contrabando de armas incautado una semana atrás en el puerto de Buenos Aires.
El diario La Nación se hace eco e inicia la reseña de esta gran batahola, en los siguientes términos: La Justicia Federal en lo Criminal y Correccional investiga lo relacionado con el secuestro, efectuado el 10 del actual por personal de Prefectura Naval Argentina, de varios bultos que contenían 17.500 proyectiles calibre 9 mm, munición de guerra, acondicionadas en cajas utilizables para pistola, fusil y ametralladora, que fueron desembarcados del rompehielos de la marina británica Endurance.
Luego de dar detalles asombrosos sobre esta invasión virtual ante las narices de todos, la crónica da cuenta de la inmediata libertad del diplomático involucrado, a la vez que señala, como trascendido, que Gran Bretaña había dado al Poder Ejecutivo las explicaciones del caso: Lamentando no haber cumplido con los trámites que hubiera debido realizar en el caso ante nuestra Cancillería. Nuestra prensa, canalla por vocación y destino, encargada de desinformar al Pueblo y tergiversar a más no poder, jamás dijo el nombre del destinatario de aquel cargamento que traía en sus alforjas el ratoncito Mickey (Jhon Bishop, esbirro de Su Majestad).
Nunca se hicieron públicas las explicaciones que habría dado Gran Bretaña para la gilería. Jamás se conoció la actitud del Ministro de Relaciones Exteriores de aquel entonces. Queda el tema para los revisionistas que vengan detrás, si es que quieren ocuparse de los años trágicos que van de 1973 a 1976. Varias puntas del ovillo se les han dado. Porque Cristo ha dicho en sus invectivas a los fariseos: todo lo que permanece oculto será conocido, y lo que uno diga al oído del otro en voz baja, será proclamado a los gritos desde los techos de las casas. Tomen nota políticos miserables y cuídense de lo que dicen, y antes hagan lo que el Pueblo quiere.
Sigo con esto. Al descubrimiento de ese contrabando inglés de armas siguieron otros dos, de los que sólo informó el diario Mayoría que no pertenecía al régimen: uno interceptado en otro buque inglés y el tercero en una aeronave de la British Caledonian. Si los contrabandos de armas descubiertos en plena guerra fueron tres, ¿cuántos serían los que no se detectaron?
Los cuatro frentes que conformaron la guerra civil devastadora
Nunca lo sabremos, pero sí todos recordamos que la guerra civil devastadora de la que nos vaticinaba un inglés, Ferns, lanzada anónimamente contra el tercer gobierno del General Perón, tenía entonces cuatro frentes bien definidos:
• El terrorismo bélico con el crimen planificado, a cargo de las organizaciones subversivas dedicadas al asesinato, el secuestro extorsionador, al atentado alevoso, las venganzas increíbles y ejecuciones sumarias de sus propios compañeros, más con el ataque artero a donde fuere menester. Es de lamentar que esta ala terrorista sea la única que se recuerda, en injusto desmedro de las otras tres que diré a continuación. Y en verdad digo que no sé cuál de ellas fue la más importante, porque cada una cumplió con lo suyo, así como estos maleantes jamás cumplieron con lo que la Patria manda y demanda. ¿O acaso en algún otro caso se vio puntualidad semejante?
• El terrorismo periodístico con la tergiversación organizada: la operación de prensa montada para la destitución de doña Isabel Martínez de Perón, no debe tener parangón en los países del mundo entero: ni en aquel ayer, ni en nuestro presente de la decadencia abstrusa. Esto está en diarios, revistas y pasquines de aquella época que guardan las hemerotecas. En ellos todo es nauseabundo, podredumbre y cieno. No lo podrán borrar ni con lavandina, creosota y ácido muriático. Periodistas: años ha que ustedes están muertos.
• El terrorismo político con la felonía reiterada: a cargo de la partidocracia con vistas a rasguñar aunque más no sea unos miligramos del erario público para echarlo a morar en sus bolsillos; ladronear descaradamente añejas banderas del Movimiento Nacional haciéndolas propias, y robarle votos al peronismo. Y evoco, ya que estamos en este trajín, que 30 días antes de la caída de Isabel Martínez, ella había expulsado al embajador inglés y retirado al argentino en Londres. ¿Cuál fue la causa? Malvinas. Ningún partido se adhirió a esta justa reclamación de una mujer con más atributos que toda la caterva junta de felones y tartufos. Ni siquiera el peronismo, absolutamente copado por los renovadores, unos traidores de siete suelas, con su abanderado a la cabeza: el famoso doctor Caffiero (al que después también traicionaron). Cámpora, Righi, Menem, de la Sota, Manzano, Ruckauf, los Rodríguez Saá, Carlitos Grosso, Taiana, Marín, Bittel, en fin, es una larga lista, que constituyen la verdadera Salamanca: ustedes tienen la palabra.
• El terrorismo económico: caracterizado por el desabastecimiento, la inflación, los vaciamientos de empresas y el sabotaje a la producción capitaneado por Gelbard (y el resto de la judería, ya deschavada en el sonado caso Aluar, con Lanusse, su Gerente General). Recuerdo de paso, entre otras cosas (casos Graiver, Gelbard y Timerman), y como ejemplo, que 20 días antes del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, la Sociedad Rural hizo una suelta de novillos en la peatonal Córdoba de la Ciudad Anómala de Buenos Aires. ¿O no fue así muchachos? Biolcatti: te autorizo a desmentirme, porque vos ya estaban allí, ¿no? ¡No me digas que ya se te olvidó!
Argentina vuelve al rango de colonia próspera dado por la Incalaperra
Todas estas eran las formas de la guerra civil devastadora, declarada en secreto por los ingleses contra un Perón enfermo y moribundo y luego contra su esposa. Y el Pueblo argentino que aún no ha hecho tronar el escarmiento. El objetivo era muy claro: destruir la industria argentina, aniquilar la tecnología argentina (caso misil Cóndor, como ejemplo), y destruir la ciencia y la inteligencia argentinas (muerte del insigne Coronel Larrabure, como otro ejemplo de la indignidad), aniquilando a la Universidad que, en lugar de egresar individuos para la grandeza de la Patria y la felicidad de su Pueblo, dio ejemplares como el de la fotografía que nos hace de acápite. Desde hace décadas las universidades argentinas no dan flores al Pueblo que los mantiene. Sólo han dado nacos hediondos. Ellas son hijas de la Reforma, masónica, atea y perdularia. Y no hay pilcha que no se parezca al dueño.
Por estos medios, vinculados y corroborados de Gran Bretaña para el Río de la Plata, se buscó reinsertar a la Argentina en el sistema colonial de la división internacional del trabajo en calidad de dependencia pastoril del Imperio.
Exportadores de cerebros talentosos (2.500.000 argentinos emigraron en busca de trabajo entre 1976 y 1982), e importadores de los laosianos y vietnamitas (ahora también los chinos y coreanos, en verdaderos malones), que trajo el ministro Harguindeguy para cumplir el gobernar es poblar, de Alberdi. Comunidades que son muy difíciles de asimilar por el simple hecho de que son asiáticos. Lo que ya nos pasó con la judería, que también es asiática. De manera que dentro de 200 años estas etnias seguirán iguales que hoy en día, salvo su crecimiento vegetativo. Se dice, además, que para el año 2020 habrá unos 15 millones de negros africanos en argentina provenientes, fundamentalmente, de Senegal. Hoy son sólo 15 mil. Es la cabeza del desembarco. Parece que la experiencia de otros países con los negros africanos no sirve, en este caso, para nada. Menos ahora con Obama, el que hizo que los EE. UU. dejaran de ser el Tío Sam para pasar a ser la Cabaña del Tío Tom.
Malvinas, como siempre, fue la cruel madre deschavadora
En nuestra Patria no se pueden dar más de tres pasos sin chocar con la gesta de Malvinas y de estas hermanitas, sus enseñanzas. No. No hay gambeteador que las eluda. A mí me pasa a cada rato. Me pongo a asociar ideas y me viene el naufragio. Como que en ellas se cumplieron las profecías del Contralmirante Storni: Argentina está sola y seguirá así. Sus presuntos amigos (o hermanos como los llama la imbecilidad), figuran en el mapa por una cuestión territorial. Puro arte decorativo. Argentina es una isla que no puede ni debe esperar nada de sus vecinos. Y, ¿quién es el insolente que se atreve a decir tales cosas? Nada menos que la Historia, la madre de la vida, de la que se prendió don Segundo Storni (Los derechos argentinos en el mar), para formular toda su teoría geopolítica. Hoy vigente como en 1916, 1943 y 1949. Argentina con sus vecinos no tiene límites, si no fronteras. Y las fronteras, todas las fronteras de la Patria, como su honor, son sagradas. No se discuten; se defienden. Hay que prepararse para cuando esta madrecita buena nos convoque.
La guerra de las Malvinas enriqueció al país en martirio, heroísmo y experiencia. Allí se derrochó valor como en Suipacha, Salta, la Vuelta de Obligado y Curupaity. En abnegación y en coraje, se regó la turba con la sangre de los santos. Pero también enriqueció al país con documentos decisivos para explicar nuestra tragedia y nuestra frustración permanente.
De ello es altamente significativo el informe de Lord Franks, preparado para el Parlamento Británico por el Consejo de la Corona y dado a conocer en enero de 1983. La confidencia de este empleado de Su Majestad, trae una sinopsis de la inteligencia británica sobre la Argentina que se inicia en el año 1965, esto es, los prolegómenos del Virreinato de Onganía.
Refiriéndose a las relaciones con el Gobierno Peronista este importantísimo documento dice textualmente: Enero 22, 1976: Los comandantes argentinos son contrarios a aprobar cualquier medida militar susceptible de facilitar el mantenimiento en el poder del régimen de la Señora de Perón. Si bien es posible que se establezca una corta tregua, es previsible la toma de nuevas medidas (por parte del Gobierno Peronista) contra los intereses británicos bajo la forma de un aumento de presión hostil, tanto política como económica.
El escrito fue reproducido en el diario La Nación, en su edición del día 2 de abril de 1983, página 9. Como se puede observar, los británicos preanunciaban la caída del Gobierno Constitucional con dos meses de anticipación. Ahora bien: en realidad yo entiendo todo. Y lo comprendo también. Pero alguno de ustedes me pueden decir, ¿qué hacían Videla, Massera y Agosti, con esas caruchas de recios e intransigentes, franeleando en los rincones y oscuridades con los mensajeros de Su Majestad Británica? O por mejor decir: sincerándose con un correveidile.
Habiendo servido este almuerzo, les dejo el postre. ¿Quién fue el Jefe del Estado Mayor del General Adel Edgardo Vilas en las exitosas operaciones de contra insurgencia en el monte tucumano? ¡Ah, no lo saben! Fue el entonces Coronel Mario Benjamín Menéndez. Qué sorpresa, ¿no? Bueno: ¿y qué? Resulta que a este Menéndez se lo envió a Malvinas como su primer gobernador, pero con el grado de General. ¿Para que quedara como un héroe brillante como la estrella matutina? No. Jamás la Sinarquía permitiría esto. Lo mandaron para que sea, ante los ojos de los argentinos y del mundo entero, el que firmase la derrota de la gesta malvinera ante los súbditos de Su Majestad Todopoderosa y con el grado de General para que sea más bochornoso. O sea: el triunfador en la manigua tucumana sobre la guerrilla, montada, armada y financiada por Incalaperra y súbditos de ella, es el mismo que firma la rendición incondicional de Malvinas ante los súbditos de Isabel II. Es que la Pérfida Albión, madre patria de muchísimos degenerados, no perdona.
Este articulillo, montado sobre otro que me mandaron, se terminó de redactar de un solo tirón en el día del aniversario del tránsito a la Inmortalidad del Capitán General y Brigadier General José de San Martín. Que Dios haya, tenga y mantenga a su diestra, porque él veló en la vida para que vivo quede en la muerte. Que así sea.
-Desconocemos el autor-
Los felicito por la nota. Siempre creí que detras de la historia que nos contaban había otra historia, pero la verdad es que jamás se me ocurrió pensar que Inglaterra estaba detras de la guerrilla. Es increible no? que justo aquellos que convirtierona la Argentina en un mar de sangre proclamando la liberacion del imperialismo fueran financiados justamente por la imperialista inglaterra para devolvernos a nuestro estado de colonia.
ResponderEliminary leyendo esto no deja de dar vueltas en mi cabeza un libro que leí hace mas de 20 años, "Gran Bretaña, EEUU y la declinacion Argentina" escrito por Carlos Escudé donde manifestaba que estabamos mal justamente porque habiamos dejado de ser la colonia preferida de iglaterra por obra y gracia de los EEUU.
¡Que razón tenia mi madre cuando decia " estos cipayos van a convertirnos en un pais bananero"!
Cipayos todos, los guerrilleros, los del proceso, y los gobiernos de turno!
silvia
Parece que el del agujero del mate sería usted, o por lo menos cree descubrir el cordón negro.
ResponderEliminarEse personaje en medio de la primera foto, está descrito varias veces como un mercenario,
y hay varias fotos donde aparece, con las ambulancias, luego en el palco.
Aparte de los inentendibles supuestos chascos,
podría ser algo más serio y colocar fuentes de esa imágen?
Por otra parte me parece que debe hacer lo por ley.
El país vendido y manoseado, viene mucho antes de 1914.
Muy interesante el articulo, se que hace años está escrito, pero tiene un par de errores importantes de observar. Menendez de las islas no firmó la rendición incondicional en la batalla de Malvinas 1982, se rehusó a hacerlo, y no es el mismo que combatió en Tucuman con el operativo independencia. un saludo!
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