viernes, 24 de diciembre de 2010

¿Armando delincuentes y desarmando policías?

En alguna medida pareciera que la flamante Ministra de Seguridad viniera para proteger a la delincuencia marginal al debilitar el accionar policial y dar mayores garantías a los provocadores sociales.
Por Juana Marco

Sin embargo cabe tener presente que mucha gente honesta también se encuentra en ese segmento y es víctima de los atropellos y ataques de sus propios vecinos.
Los argentinos reclaman desde ya hace varios años “contención”, lo que significa reducir el delito y la impunidad, defender los derechos humanos del ciudadano común que transita en las calles y que habita en su vivienda. Pero esta potestad pareciera que fuera un privilegio solo para algunos que transitan con custodia o cuentan con vigilancia personal.

Habría que tener presente que los delincuentes no proceden así por voluntad propia ni porque quieran vivir en el abismo compartiendo su vida con la violencia, más bien son producto de aquello que han ido tallando en sus vidas estos estigmas y profundizado su soledad sometiéndolos a esta situación extrema, impulsándolos a proceder de tal manera.. .

Ahora bien, cómo se combate esta situación social, se preguntarán algunos. Con tratamientos pertinentes y programas que logren reinsertarlos en la sociedad dándoles una oportunidad de trabajo digno, de capacitación, de estudio…

Sin embargo se percibe en cambio que las autoridades los dan por perdidos y dejan que sus vidas ahonden sobre estos límites tan profundos, en vez de hacerse cargo de ellos como correspondería a través de políticas públicas que les proporcionen oportunidades concretas.

Mientras investigaciones que tratan sobre el tema de la inseguridad y los barrios carenciados siguen destacando un mayor posesión de armas en esos vecindarios, jóvenes y no tanto que sin ningún tipo de reglamentación poseen armas y salen a delinquir con las mismas. Siendo que en situaciones extremas o de descontrol las utilizan impunemente, provocando cada vez más víctimas inocentes entre la población, cuyos destinos quedan truncados y sus hondos dolores sellados en cada familia, no se logra erradicarlos más.

Si toda esta situación tiene solución y se puede revertir aplicando una ordenada reglamentación y cumpliendo la ley por un lado, mientras que por otro se realiza un profundo trabajo social sobre este segmento, ¿por qué no se actúa rápidamente?
El Gobierno ordenó poner límites al uso de armas de fuego para controlar la protesta social. Si esto se traslada también como norma general para la custodia de los ciudadanos quedaría en evidencia que la voluntad es dar más rienda suelta al delito sumando víctimas que no parecen tener “derechos humanos”, con el riesgo de que el país se transforme en “tierra de nadie”, sin instituciones que puedan aplicar debidamente las normas y con más argentinos presos tras rejas dentro de sus hogares.

Cabe preguntarse si la funcionaria ha venido a reordenar la fuerzas de seguridad con la intención de lograr efectos concretos en el área buscando un cambio sustancial dentro de la gran inseguridad imperante en la Argentina o a conducir a los argentinos a un estado de “pánico y terror” aún mayor, para marginarlos de la actuación política del gobierno y tomarse revancha del aborrecimiento, que según se comenta, siente hacia cualquier uniformado.

Es de esperar que sorprenda, en esta oportunidad, con la aplicación de políticas de seguridad que logren revertir la actual situación y que se consagre por haber alcanzado tan importante y compleja misión que tanto reclaman todos los argentinos.

Más información http://www.politicaydesarrollo.com.ar/
Contacto: politicaydesarrollo@gmail.com

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