jueves, 12 de julio de 2012

Murió el más malo entre los malos: Suboficial My FAA (R) Gregorio Rafael Molina

Mi Suboficial Mayor, Usted no fue malo. FUE UN SOLDADO. Su martirio fue un ejemplo y compromiso. Difícilmente ejemplo para esos pequeños hombres con grandes uniformes, galones y llenos de chapitas en el pecho pero sin nada en el corazón y muy poco en el cerebro.

Por C. Enrique Alsina

Y así de malo debe haber sido.
¿Qué jerarquía y edad tenía en épocas de la Guerra un Sargento de 29 años?

¡Confiese que era el jefe de todos los malos!
Más malo que el Tte. Gral. Perón que fue su Presidente electo por el Pueblo, Comandante en Jefe de las FFAA, que le ordenó "oponer a la violencia, mas violencia".
Peor que la Sra. Presidente María Estela Martínez de Perón, electa por el Pueblo argentino y Comandante en Jefe de las FFAA que los puso en Operaciones de Guerra, sin darle ningún tipo de explicación ni fundamento.
Mucho más malo que Cafiero, Ruckauf, Luder y todos los Ministros del Gobierno que junto a la Presidente decretaron el estado de Guerra, y hoy dicen que "¡no era para tanto!".
Peor que el Gral. Videla, más perverso que el Almte. Masera, seguramente mucho mas retorcido y pérfido que el Brig. Gral. Agosti, su Cte. en Jefe.
Mas responsable que todos sus jefes que ni a visitarlo fueron, excusas sobran para los egoístas, los pusilánimes, los hipócritas a quienes Newbery, Genta, Ardiles, Guadanini, Bolzán y tantos otros Soldados de la FAA repudiarían.
Si tuviera todas las culpas que le endilgan, ¿porque dejaron que llegara a la máxima jerarquía de su escalafón? ¿quién firmó sus informes de calificación y ascenso? ¿alguno de ellos se acercó?
Culpable de todas las culpas, "pedazo de sinvergüenza" que cumplió el mandato del Pueblo y las órdenes de sus superiores!
Y por eso, sin condena firme quedó hasta el final en las mazmorras, lejos de sus seres queridos y de su hogar, único destino que la Ley prevé para los malos en su estado terminal de salud.
Y como era tan malo pese a tener un cáncer de colon, con metástasis en sus pulmones, desde septiembre no le daban tratamiento alguno, con la excusa que ya no resultaba de utilidad (¡era terminal entonces! ¿y la domiciliaria?).
O como le decían últimamente, que le iban a suministrar tratamiento porque estaba en condiciones de recibirlo, pero nunca se lo dieron, ¡se murió sin la mínima ilusión de estar recibiendo tratamiento!, seguramente por malo.
Como habrá sido de malo que ni calmantes le daban y se retorcía de dolor en su cama mientras se asfixiaba por su incapacidad para respirar.
Y hoy se fue. No soportó más el único tratamiento que merecen los malos: el tratamiento con odio, raciones interminables del más empecinado y profundo odio.
Pero no se fue solo, se fue con el recuerdo permanente de su Familia con la que hablaba casi a diario gracias al apoyo de Jóvenes, Viejos, Abogados, Doctores y Camaradas que día a día, pese a que no permitían verlo se acercaban para apoyarlo, cubrir alguna de sus necesidades, o al menos acercarle un teléfono para que pudiera comunicarse.
Para tranquilidad de quienes pese a su "maldad" lo quisieron, sus últimos minutos no fueron en soledad, un joven Camarada del SPF sin odios y con la humanidad de la que hacen permanente gala pese al deseo de su confeso "negro de m....." jefe, lo acompañó hasta su ultimo respiro, y que según sus manifestaciones realizó con tranquilidad a las 11:15 hs.
Y bueno, los malos como Él no tienen ni merecen Derechos Humanos, solo le dieron justicia (?).
Mi Suboficial Mayor, lo entendemos, Usted no fue malo. FUE UN SOLDADO.
Su martirio fue un ejemplo y compromiso.
Difícilmente ejemplo para esos pequeños hombres con grandes uniformes, galones y llenos de chapitas en el pecho pero sin nada en el corazón y muy poco en el cerebro. Cuanto menos para los que nada saben de vocación militar, disciplina, obediencia, subordinación, abnegación y sentido del deber.
Prepárense los malos, pueden imaginarse lo que les espera y vamos a ver si tienen la Hombría del Suboficial My Molina para terminar presos pero Humanos.

Mi Suboficial Mayor, que Dios, conocedor del sentido de la vocación de Soldado lo tenga en su santa gloria y conforte a su Familia.

Mi Suboficial Mayor, nuestro compromiso no termina con su muerte, su ejemplo nos acompaña y guía, téngalo por seguro.

Mi suboficial Mayor, descanse en paz!

C. Enrique Alsina
Tcnl (R) EA
VGCT

Más información www.politicaydesarrollo.com.ar

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