Lejos del estilo de vida opulento, los carros último
modelo, las propiedades, y los "gustos" que caracterizan a otros
mandatarios alrededor de mundo, en tiempos de crisis, el presidente uruguayo se
ha convertido en el mejor referente de la modestia y la austeridad entre la
comunidad internacional.
A sus 75 años, Mujica fue calificado por una publicación
del periódico español El Mundo como el presidente "más pobre".
Sus dos años de Gobierno no han cambiado la promesa que
hizo de vivir en la misma propiedad desde hace años, en la zona Rincón del
Cerro, rodeado de cultivos, que el mismo revisa, su esposa, la senadora Lucía
Topolansky, y su inseparable perra Manuela –que no ostenta ninguna raza o
abolengo canino-.
Proporcionar seguridad al presidente fue un verdadero
lío, según la publicación de El Mundo y medios uruguayos, debido a que el
fundador del Movimiento de Liberación Nacional –MLN– Tupamaros se resistió a
habitar otra vivienda lejos de sus campos y a contar con un séquito de policías
persiguiéndolo día y noche.
Si esto parece sorprendente en un funcionario de primer
nivel, lo es más que done el 90% de su salario, establecido en $12,500, al
Fondo Raúl Sendic, administrado por su partido, y que ayuda a emprendimientos
productivos, y a ONG que colaboran con viviendas.
Para sí, Mujica guarda $1,250. "Con ese dinero me
alcanza, y me tiene que alcanzar porque hay otros uruguayos que viven con mucho
menos", afirma Mujica, quien ha propuesto donar las jubilaciones
presidenciales.
A pesar su origen e historia en el Movimiento de
Liberación Nacional, el presidente mantiene una relación fluida con los Estados
Unidos, con las Fuerzas Armadas, las mismas que lo encarcelaron durante 14 años
en condiciones infrahumanas durante la dictadura, y convocó a la oposición para
que ocupe cargos en su gobierno.
Sin anuncios publicitarios y proselitismo, el
exguerrillero tupamaro, instaló un modo campechano de hacer política y los
números muestran que su gestión es aprobada por el 60 por ciento de los
uruguayos.
De la sencillez de Mujica también hay anécdotas, la
última ocurrió después de que el mandatario acudiera a una ferretería del
barrio Paso de la Arena a comprar una tapa para inodoro.
Como cualquier uruguayo fue por su cuenta al
establecimiento, y acto seguido aceptó una invitación informal de los jóvenes
de la zona, reunidos en el humilde club de fútbol Huracán.
Sin seguridad, sin eufemismos, Mujica brindó una sencilla
charla de aliento a los futbolistas que participan en el torneo de la Segunda
División Profesional, aferrado a la tapa del inodoro recién adquirida.
De repente un Volkswagen Fusca, celeste, muy bien
conservado, llegó a estacionarse frente al gimnasio del club.
De alpargatas, con equipo deportivo, el Presidente dedicó
varios minutos a los jóvenes deportistas, y prometió mayor atención a la
institución además de convenir en "comer un asadito si el club asciende a
Primera".
Mujica se tomó fotografías, concedió abrazos y se fue con
el aplauso de todos, acompañado de Manuela que a estas alturas ya entiende de
absolutamente todos los temas.
De acuerdo con la última declaración jurada que presentó
a la Junta de Transparencia y Ética Pública, Mujica sólo es dueño del coche,
mientras la hacienda figura a nombre de la primera Dama y senadora Topolansky,
la cual también dona parte de su salario.
Sin cuentas bancarias, sin deudas, el hombre dice dormir
tranquilo, y asegura que espera culminar su mandato para descansar, más
tranquilo aún, en su chacra de Rincón del Cerro.
Más
información www.politicaydesarrollo.com.ar
Contacto:
politicaydesarrollo@gmail.com
todo muy lindo pero mientras tanto sigue bancando un paraíso fiscal que guarda la plata sucia de muchos poderosos que necesariamente no viven como el. Es pura pantomima.
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