La profecía de Winston Churchill
8 fotos que te harán pensar. No hay más palabras que agregar.
Pero W. Churchill lo vio hace años (nota al final)
... Y algunas personas todavía no ven una razón para preocuparse.
Winston Churchill dijo en 1899:
Los musulmanes pueden mostrar cualidades espléndidos, pero la influencia de la religión paraliza el desarrollo social de aquellos que lo siguen. No existe ninguna fuerza retrógrada más fuerte en el mundo.
CHURCHILL sobre el Islam... Increíble, pero el siguiente discurso fue escrito en 1899.
(Haciendo abstracción de su nacionalidad)
El adjunto breve discurso de Winston Churchill, fue entregado por él en 1899 cuando era un joven soldado y periodista.
(Haciendo abstracción de su nacionalidad)
El adjunto breve discurso de Winston Churchill, fue entregado por él en 1899 cuando era un joven soldado y periodista.
Sir Winston Churchill fue, sin duda, uno de los hombres más grandes de los siglos XIX y XX. Era un joven soldado valiente, un brillante periodista, un extraordinario político y estadista, un líder de la gran guerra y primer ministro británico. Estaba como un profeta en su propia época. Él murió el 24 de enero de 1965, a la edad de 90 años y tras una vida de servicio de su país, se le confirió un sepelio de Jefe de Estado.
He aquí el discurso:
¡Qué terribles son las maldiciones que el Mahometismo establece en sus devotos! Además del frenesí fanático, que es tan peligroso en un hombre como la hidrofobia en un perro, hay esa apatía fatalista que es temerosa. Los efectos son evidentes en muchos países, los hábitos imprevistos, desaliñados, sin sistemas para la agricultura, métodos lentos de comercio y la inseguridad de la propiedad existe dondequiera que los seguidores del Profeta se instalen o vivan. Un degradado sensualismo priva a sus vidas de la gracia y el refinamiento, los aleja de su dignidad y santidad. El hecho que en la ley mahometana cada mujer debe pertenecer a un hombre como de su absoluta propiedad, ya sea como un niño, una esposa o una concubina, retrasa la extinción definitiva de la esclavitud y hasta la fe del Islam ha dejado de ser una gran potencia entre los hombres. Los musulmanes individuales pueden mostrar cualidades espléndidas, pero la influencia de la religión paraliza el desarrollo social de aquéllos que lo siguen.
No existe ninguna fuerza retrógrada más fuerte en el mundo. Lejos de ser moribundo, el Mahometismo es un militante y proselitismo de su fe. Ya se ha extendido a lo largo de África Central, crían a guerreros sin miedo a cada paso y si fuera que el cristianismo no está protegido en los fuertes brazos de la ciencia, la ciencia contra la cual han luchado en vano, la civilización de la Europa moderna podría caer, como cayó la civilización de la antigua Roma.
Sir Winston Churchill; (Fuente: "El río de la guerra", primera edición, Vol II, páginas 248-250 London).
Lo vio venir...
He aquí el discurso:
¡Qué terribles son las maldiciones que el Mahometismo establece en sus devotos! Además del frenesí fanático, que es tan peligroso en un hombre como la hidrofobia en un perro, hay esa apatía fatalista que es temerosa. Los efectos son evidentes en muchos países, los hábitos imprevistos, desaliñados, sin sistemas para la agricultura, métodos lentos de comercio y la inseguridad de la propiedad existe dondequiera que los seguidores del Profeta se instalen o vivan. Un degradado sensualismo priva a sus vidas de la gracia y el refinamiento, los aleja de su dignidad y santidad. El hecho que en la ley mahometana cada mujer debe pertenecer a un hombre como de su absoluta propiedad, ya sea como un niño, una esposa o una concubina, retrasa la extinción definitiva de la esclavitud y hasta la fe del Islam ha dejado de ser una gran potencia entre los hombres. Los musulmanes individuales pueden mostrar cualidades espléndidas, pero la influencia de la religión paraliza el desarrollo social de aquéllos que lo siguen.
No existe ninguna fuerza retrógrada más fuerte en el mundo. Lejos de ser moribundo, el Mahometismo es un militante y proselitismo de su fe. Ya se ha extendido a lo largo de África Central, crían a guerreros sin miedo a cada paso y si fuera que el cristianismo no está protegido en los fuertes brazos de la ciencia, la ciencia contra la cual han luchado en vano, la civilización de la Europa moderna podría caer, como cayó la civilización de la antigua Roma.
Sir Winston Churchill; (Fuente: "El río de la guerra", primera edición, Vol II, páginas 248-250 London).
Lo vio venir...
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