Por Malú Kikuchi
Esta semana se dedicaron 2 días a la evaluación educativa “Aprender 2016”. ¿Alguien puede oponerse a una evaluación que pretende averiguar cuáles son las falencias y los logros de un sistema de educación? La lógica diría que no, pero la Argentina ha dejado de ser lógica.
Los gremios docentes se opusieron, algunos padres, también. Se tomaron escuelas y colegios al grito de: “el gobierno quiere terminar con la escuela pública”. La frase en sí, implica una respuesta: la educación pública (la privada en muchos casos también), es mala, no le sirve ni a los chicos, ni al país.
“Aprender 2016” se hizo en escuelas y colegios públicos y privados, con chicos de 3° y 6° grados y de 3° y 5° años. Fue anónima y los resultados se conocerán recién los primeros meses de 2017. Se tuvieron en cuenta las relaciones maestro/alumno y el contexto social y familiar de los mismos.
De acuerdo a las pruebas PISA (internacionales, se efectúan cada 3 años, con chicos de 15 años), la Argentina está situada en 7° lugar… en Latinoamérica!!! El país de Sarmiento, pionera en alfabetizar a nivel mundial, está 7° entre sus pares de Latinoamérica. ¿Qué nos pasó?
Mientras Finlandia está 1° en las PISA y Japón sigue siendo un ejemplo en educación, nosotros retrocedemos hacia la ignorancia. Finlandia está casi en el polo norte y nosotros somos vecinos del polo sur. Japón está en las antípodas de Argentina. Entre Finlandia y Japón lo único en común es que los 2 países tienen una educación de excelencia, con resultados ídem.
Esa excelente educación tiene algunos puntos esenciales en común y en otros, son muy diferentes. ¿Pero por qué ellos sí saben educar a sus chicos y nosotros, no?
Finlandia: La educación es gratuita desde los 7 años hasta los 16, el estado provee libros, material escolar, transporte y comida caliente. Los chicos no son calificados hasta 5°. Se los evalúa descriptivamente. No se les enseña a ser competitivos, tienen pocas horas de clase y no llevan tarea a la casa. La educación es personalizada y se apoya a los que lo necesitan. No cambian de maestro en toda la primaria, para darles seguridad. Tienen tiempo para todo, educarse, jugar y descansar. Le dan mucha importancia a la imaginación y los emprendimientos personales.
Los maestros (universitarios, entran a la carrera sólo con promedios de 9 sobre 10) están altamente calificados, no sólo en conocimientos, también en sensibilidad social y empatía. Están muy bien pagos y es un honor ser maestro en Finlandia.
La educación es un tema que compete a todos, padres, estado y sociedad.
Japón: el 99% de la educación primaria es pública y gratuita, desde los 6 años hasta los 15. Los contenidos los establecen el Ministerio de Educación, Cultura, Deporte y Tecnología (con asistencia de profesores universitarios) y el Consejo Central de Educación (es la suma de los Consejos de cada prefectura) y se revisa cada 10 años.
Los chicos no son calificados en los primeros años. Se les enseña meritocracia, a trabajar en equipo, disciplina, respeto por las normas, eficiencia y moral. Están muchas horas en la escuela, los libros y el material escolar, los provee el estado. Tienen muchas actividades extracurriculares, poesía, caligrafía japonesa, artes marciales, salidas a museos, conciertos…
Maestros y alumnos al terminar las clases deben limpiar las aulas y en la hora del almuerzo ayudar a servir la comida. Se turnan por equipos para hacerlo. Se prioriza la resolución de los problemas para que los alumnos puedan resolver lo que les suceda, donde y cuando sea necesario.
Los maestros, universitarios muy bien calificados, deben apoyar a aquellos que lo necesitan. Están muy bien pagos y es un honor ser maestro en Japón.
La educación es un tema que compete a todos, padres, estado y sociedad.
Está muy claro por qué ellos sí, y nosotros, no.
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