Por Damián Nabot
Sandra Arroyo Salgado atraviesa las últimas horas de vacaciones junto a sus dos hijas en una cabaña en Punta del Este, desde donde intercambia mails que la llevan de regreso a dos años atrás, a una pequeña habitación de un hotel en París donde recibió el llamado de Marina Pettis, la secretaria de Alberto Nisman. Aquella voz le advirtió con excesiva calma que el fiscal no respondía los llamados y la empujó al primer paso de la caída en un torbellino, a la certeza de la muerte del fiscal, a las amenazas a sus hijas Iara y Kala, a una crisis de confianza de las personas que la rodeaban y a un enfrentamiento con sectores de la Justicia y la política. Dos años después, Arroyo Salgado afianzó su convencimiento de que el padre de sus hijas fue víctima de un “homicidio” y contestó a las preguntas de este diario. A continuación, una síntesis de sus respuestas:
—¿Qué expectativas tiene frente a la junta de expertos convocada para analizar los motivos de la muerte?
—La expectativa que tengo es que dictaminen con valentía, independencia y rigor científico la verdad: que Alberto Nisman fue víctima de un homicidio. En definitiva, lo que espero es que quienes integren esta junta –que no es “nueva” sino la “primera” que oficialmente se constituye en el expediente– cumplan con el trabajo encomendado por el juez Ercolini y el fiscal Taiano con estricto apego a su leal saber y entender en la ciencia, como a los elementos de prueba de la escena del crimen, del cuerpo de Alberto Nisman y demás constancias del expediente, lo que inevitablemente conduce a la afirmación de que este hecho se trató de un asesinato. Tal como lo afirmó y probó esta querella desde marzo de 2015, a través del trabajo, serio y responsable, realizado por nuestros peritos de parte, los médicos legistas doctores Osvaldo Raffo y Julio Ravioli y el licenciado en criminalística Daniel Salcedo.
—Dos años después sigue convencida de que fue un asesinato. ¿Ordenado por quién? ¿Por qué?
—Que Alberto Nisman fue víctima de un asesinato es un hecho de la realidad científicamente probado en el expediente por esta querella, como le dije, desde el mes de marzo del año 2015 y no de un convencimiento mío. Con respecto a quiénes fueron los responsables, no tengo dudas de la participación de Diego Lagomarsino por múltiples elementos de juicio, algunos de ellos obrantes en el expediente y otros que la querella procurará acreditar en el momento procesal oportuno, esto es, luego de que la junta interdisciplinaria confirme oficialmente en la causa el asesinato. En este punto, no puedo dejar de señalar que una valoración integral de los elementos de prueba reunidos no sólo en la investigación de la muerte de Nisman sino también en otros expedientes impone profundizar la pesquisa sobre la presunta participación en el homicidio y su pretendido encubrimiento ulterior de funcionarios del gobierno anterior, de otros referentes y dirigentes del ámbito político y social y, fundamentalmente, de miembros del servicio de inteligencia, de las fuerzas de seguridad y de otros integrantes del Poder Judicial; cuanto menos, en el orden local. Como dije en otras oportunidades, el contexto en que esta muerte violenta tuvo lugar, sumado al desempeño funcional de Alberto Nisman en la investigación del atentado terrorista en la AMIA, las múltiples amenazas recibidas y el entramado de complicidades anteriores y posteriores, conjugado con el impacto político e institucional, que su muerte como su denuncia continúan provocando desde el momento mismo en que ocurrió hasta el día de hoy, demuestran que estamos ante un magnicidio sin precedentes en la historia democrática de nuestro país. Finalmente, la respuesta al porqué de este hecho criminal entiendo que debe buscarse en la historia del trabajo y el desempeño funcional de Alberto Nisman y su impacto político e institucional tanto a nivel nacional como en el orden geopolítico mundial.
—Que Alberto Nisman fue víctima de un asesinato es un hecho de la realidad científicamente probado en el expediente por esta querella, como le dije, desde el mes de marzo del año 2015 y no de un convencimiento mío. Con respecto a quiénes fueron los responsables, no tengo dudas de la participación de Diego Lagomarsino por múltiples elementos de juicio, algunos de ellos obrantes en el expediente y otros que la querella procurará acreditar en el momento procesal oportuno, esto es, luego de que la junta interdisciplinaria confirme oficialmente en la causa el asesinato. En este punto, no puedo dejar de señalar que una valoración integral de los elementos de prueba reunidos no sólo en la investigación de la muerte de Nisman sino también en otros expedientes impone profundizar la pesquisa sobre la presunta participación en el homicidio y su pretendido encubrimiento ulterior de funcionarios del gobierno anterior, de otros referentes y dirigentes del ámbito político y social y, fundamentalmente, de miembros del servicio de inteligencia, de las fuerzas de seguridad y de otros integrantes del Poder Judicial; cuanto menos, en el orden local. Como dije en otras oportunidades, el contexto en que esta muerte violenta tuvo lugar, sumado al desempeño funcional de Alberto Nisman en la investigación del atentado terrorista en la AMIA, las múltiples amenazas recibidas y el entramado de complicidades anteriores y posteriores, conjugado con el impacto político e institucional, que su muerte como su denuncia continúan provocando desde el momento mismo en que ocurrió hasta el día de hoy, demuestran que estamos ante un magnicidio sin precedentes en la historia democrática de nuestro país. Finalmente, la respuesta al porqué de este hecho criminal entiendo que debe buscarse en la historia del trabajo y el desempeño funcional de Alberto Nisman y su impacto político e institucional tanto a nivel nacional como en el orden geopolítico mundial.
—¿Qué papel tuvo el gobierno de Cristina Kirchner?
—Desconozco qué papel tuvo el gobierno de Cristina Kirchner en el magnicidio de Alberto Nisman porque, como todos los argentinos bien sabemos, la investigación de esta muerte estuvo plagada de irregularidades que empantanaron hasta el día de hoy la verdad. De lo que sí te puedo hablar es del triste y vergonzoso papel que tuvo el gobierno de Cristina Kirchner los días previos y posteriores a la muerte de Alberto Nisman. En los días que discurrieron entre la denuncia y el momento de su muerte, el papel del gobierno anterior fue más propio de una dictadura que de una república. Avasalló por completo la división de poderes, movió todos sus alfiles del Ejecutivo y Legislativo, a los que se sumaron otros colegas del mismo Poder Judicial, para atacar de forma deliberada e indebida el trabajo y la persona de Nisman; transformándose ya en ese momento en el ejemplo y la muestra viviente de lo que le podía pasar a cualquier otro fiscal o funcionario judicial que intentara cumplir su deber de investigar al poder vigente. Luego de su muerte, el papel del gobierno de Cristina Kirchner fue más triste y vergonzoso aún, pues, además de seguir atacando cobardemente el trabajo y la memoria de Nisman sabiendo que él no se podía defender; motorizó una campaña de desprestigio público y mediático introduciendo, incluso, aspectos de su vida privada que, al término de un largo tiempo y pasadas ya las elecciones presidenciales, se esclareció que eran mentiras despiadadas tendientes a ensuciar su imagen para, a su vez, restarle valor a su valentía y trabajo. En esto último no puedo dejar de recordar los tristes momentos vividos por mis hijas Iara y Kala –en ese momento de 15 y 8 años de edad–, cada vez que algunas de todas esas inmorales descalificaciones se difundían atacando la imagen de su papá, en lo que particularmente recuerdo las sucesivas declaraciones de la entonces presidenta, de Aníbal Fernández, Daniel Scioli, Diego Bossio, Diana Conti, Kunkel y Sergio Berni, entre otros. No sólo Nisman, sino también, su familia, y en especial sus hijas, nos convertimos de repente en víctimas de todo el aparato del poder vigente.
—Desconozco qué papel tuvo el gobierno de Cristina Kirchner en el magnicidio de Alberto Nisman porque, como todos los argentinos bien sabemos, la investigación de esta muerte estuvo plagada de irregularidades que empantanaron hasta el día de hoy la verdad. De lo que sí te puedo hablar es del triste y vergonzoso papel que tuvo el gobierno de Cristina Kirchner los días previos y posteriores a la muerte de Alberto Nisman. En los días que discurrieron entre la denuncia y el momento de su muerte, el papel del gobierno anterior fue más propio de una dictadura que de una república. Avasalló por completo la división de poderes, movió todos sus alfiles del Ejecutivo y Legislativo, a los que se sumaron otros colegas del mismo Poder Judicial, para atacar de forma deliberada e indebida el trabajo y la persona de Nisman; transformándose ya en ese momento en el ejemplo y la muestra viviente de lo que le podía pasar a cualquier otro fiscal o funcionario judicial que intentara cumplir su deber de investigar al poder vigente. Luego de su muerte, el papel del gobierno de Cristina Kirchner fue más triste y vergonzoso aún, pues, además de seguir atacando cobardemente el trabajo y la memoria de Nisman sabiendo que él no se podía defender; motorizó una campaña de desprestigio público y mediático introduciendo, incluso, aspectos de su vida privada que, al término de un largo tiempo y pasadas ya las elecciones presidenciales, se esclareció que eran mentiras despiadadas tendientes a ensuciar su imagen para, a su vez, restarle valor a su valentía y trabajo. En esto último no puedo dejar de recordar los tristes momentos vividos por mis hijas Iara y Kala –en ese momento de 15 y 8 años de edad–, cada vez que algunas de todas esas inmorales descalificaciones se difundían atacando la imagen de su papá, en lo que particularmente recuerdo las sucesivas declaraciones de la entonces presidenta, de Aníbal Fernández, Daniel Scioli, Diego Bossio, Diana Conti, Kunkel y Sergio Berni, entre otros. No sólo Nisman, sino también, su familia, y en especial sus hijas, nos convertimos de repente en víctimas de todo el aparato del poder vigente.
—¿Por qué se empantanó la investigación?
—Porque hubo una importante cantidad de funcionarios del entonces Poder Ejecutivo, Judicial y del Ministerio Fiscal que se ocuparon de ello. De hecho, hay en curso una investigación penal en la que varios de los responsables se encuentran denunciados por encubrimiento. La familia no descarta presentarse como querellante para denunciar otros hechos y a otras personas que merecen ser investigadas.
—Porque hubo una importante cantidad de funcionarios del entonces Poder Ejecutivo, Judicial y del Ministerio Fiscal que se ocuparon de ello. De hecho, hay en curso una investigación penal en la que varios de los responsables se encuentran denunciados por encubrimiento. La familia no descarta presentarse como querellante para denunciar otros hechos y a otras personas que merecen ser investigadas.
—¿Qué fue a hacer Sergio Berni al departamento?
—En algún medio leí que fue a “embarrar la cancha”. Otros dicen que tenía los zapatos llenos de barro. Hay que tener en cuenta que es una de las personas penalmente denunciadas por el fiscal Taiano y que, en el marco de esa investigación llegado el momento procesal oportuno, deberá dar explicaciones de todo lo que hizo y lo que omitió, porque no nos olvidemos de que además de médico, dice ser abogado, contando además con conocimientos militares dado el rango de coronel (RE) que inviste. También, entiendo, deberá dar respuesta por las acciones y omisiones del personal de las fuerzas de seguridad involucrado en la muerte de Nisman, porque recordemos que Berni tenía una responsabilidad funcional sobre todos ellos por ser el secretario de Seguridad en ese entonces, que ambicionaba ser el ministro de Seguridad de Daniel Scioli.
—¿Qué falta en la investigación?
—La tarea que hay todavía por hacer es descomunal. Hay que ir paso a paso. Imagínese que todavía no comenzó la junta interdisciplinaria que yo pedí hace casi dos años. Espero que se cumpla con profesionalismo el cronograma de trabajo que presentó la Gendarmería Nacional al juez de la causa y que no nos depare nuevas sorpresas.
—¿Cómo están sus hijas?
—Mis hijas están bien y son felices pese a todo lo que les tocó vivir. Y ello es gracias a la contención que diariamente reciben no sólo de su círculo íntimo que integra la familia, los amigos, el colegio y el club, sino también por el afecto y apoyo que la gente les hace llegar de distinto modo, aun sin conocerlas. Son chicas muy positivas y, como tales, recuerdan a su papá en los lindos momentos compartidos con él, valorando su pasión por el trabajo, como también la valentía que demostró en todos sus actos.
—En algún medio leí que fue a “embarrar la cancha”. Otros dicen que tenía los zapatos llenos de barro. Hay que tener en cuenta que es una de las personas penalmente denunciadas por el fiscal Taiano y que, en el marco de esa investigación llegado el momento procesal oportuno, deberá dar explicaciones de todo lo que hizo y lo que omitió, porque no nos olvidemos de que además de médico, dice ser abogado, contando además con conocimientos militares dado el rango de coronel (RE) que inviste. También, entiendo, deberá dar respuesta por las acciones y omisiones del personal de las fuerzas de seguridad involucrado en la muerte de Nisman, porque recordemos que Berni tenía una responsabilidad funcional sobre todos ellos por ser el secretario de Seguridad en ese entonces, que ambicionaba ser el ministro de Seguridad de Daniel Scioli.
—¿Qué falta en la investigación?
—La tarea que hay todavía por hacer es descomunal. Hay que ir paso a paso. Imagínese que todavía no comenzó la junta interdisciplinaria que yo pedí hace casi dos años. Espero que se cumpla con profesionalismo el cronograma de trabajo que presentó la Gendarmería Nacional al juez de la causa y que no nos depare nuevas sorpresas.
—¿Cómo están sus hijas?
—Mis hijas están bien y son felices pese a todo lo que les tocó vivir. Y ello es gracias a la contención que diariamente reciben no sólo de su círculo íntimo que integra la familia, los amigos, el colegio y el club, sino también por el afecto y apoyo que la gente les hace llegar de distinto modo, aun sin conocerlas. Son chicas muy positivas y, como tales, recuerdan a su papá en los lindos momentos compartidos con él, valorando su pasión por el trabajo, como también la valentía que demostró en todos sus actos.
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