Se cumplen 41 años del golpe cívico militar de 1976, fecha estigmatizada si las hay.
Por Jorge Gustavo Taboada
Producto del ataque y revanchismo de la izquierda, y los medios y políticos que han salido a la luz a partir de 1983. Víctimas voluntarias e involuntarias de la infiltración marxista y la estupidez humana.
Primero, acusando a los militares como si fueran extraterrestres que un día se levantaron con sed de sangre y resolvieron asesinar a miles de argentinos, víctimas inocentes de esos salvajes.
Segundo, escondiendo a los verdaderos responsables, que a partir de 1973 incendiaron el país con bombas y atentados e ignorando sistemáticamente a sus víctimas, haciéndolas desaparecer de la memoria colectiva.
Tercero, instalando un relato mentiroso que falseó cifras, inventó víctimas e historias teatralizadas sin sustento, y motorizó el peor fraude de la historia argentina, el curro de los derechos humanos, que hizo desaparecer de las arcas del Estado y la mágica suma de 2000 millones de dólares.
Sólo hay soldados, policías y agentes civiles octogenarios, presos en las cárceles de este país, con menos derechos que el peor de los delincuentes por el sólo hecho de salvar a la Nación de las garras del marxismo, víctimas de los denominados juicios de lesa humanidad, un circo repleto de irregularidades, donde los jueces son los oponentes de antaño y no hay ni políticos ni terroristas en esa situación.
No fueron los militares los responsables del 24 de marzo de 1976, fue la ineptitud de la clase política, que no tuvo respuesta al caos que se desataba en el país. Triste destino el de un país en el que sus dirigentes en lugar de asumir sus responsabilidades y culpas buscan sistemáticamente chivos expiatorios a los que hacen responsables de todo lo pasado.
Sólo hay soldados, policías y agentes civiles octogenarios, presos en las cárceles de este país, con menos derechos que el peor de los delincuentes por el sólo hecho de salvar a la Nación de las garras del marxismo, víctimas de los denominados juicios de lesa humanidad, un circo repleto de irregularidades, donde los jueces son los oponentes de antaño y no hay ni políticos ni terroristas en esa situación.
No fueron los militares los responsables del 24 de marzo de 1976, fue la ineptitud de la clase política, que no tuvo respuesta al caos que se desataba en el país. Triste destino el de un país en el que sus dirigentes en lugar de asumir sus responsabilidades y culpas buscan sistemáticamente chivos expiatorios a los que hacen responsables de todo lo pasado.
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