Por Alfredo Leuco
Macri, pese a todos los problemas que todavía faltan por resolver, tuvo un discurso tranquilo, sin agresiones ni insultos para nadie. Expuso lo que piensa y se dirigió básicamente al ciudadano común.
Cristina, vomitó otro gesto antidemocrático de profundo resentimiento y de desprecio hasta por sus propios compañeros de bancada. Resolvió faltar a su compromiso republicano de concurrir a la Asamblea Legislativa porque, según hizo trascender, ya sabe las mentiras que el presidente va a decir. Tiene la cara de acero. Primero ya sabe: es adivina del futuro. Pitonisa además de exitosa abogada y arquitecta egipcia. Segundo: Macri va a decir mentiras. Justo ella, que fue la reina del relato y la falsedad. Y tercero, repitió su gesto autoritario de creerse la dueña del estado y la Casa Rosada. En su momento ni siquiera se dignó a entregar el bastón de mando y la banda presidencial, algo repudiable que no tiene antecedentes desde la recuperación de las instituciones en 1983. Ultima reflexión: le avisó a Máximo que no vaya porque ya sabía las mentiras que iba a decir Macri pero dejó que fueran el resto de los diputados y los senadores que la apoyan. Cristina es maltratadora con todos y todas. Con los que la critican y también con sus colaboradores: trató de pelotudo e hijo de puta al mayordomo Parrilli, al anímicamente frágil Taiana, a los militantes del movimiento Evita, a Remo Carlotto y siguen las firmas.
Macri aseguró que ahora vamos a crecer con mayor intensidad. Venimos de poco menos del 3%. Aseguró que la inflación va a ser menor que la del 2017 y que la del 2019 todavía menor a la del 2018. Son esperanzas que despierta. Pero lo cierto es que la inflación todavía es un hueso muy duro de roer, que baja demasiado lentamente y que el gobierno no utiliza todo su poder para que los precios no aumenten con tanta facilidad. Otro de los anuncios positivos es el empuje que le dio a la ley de extinción de dominio. Traducido al castellano esto significa cumplir con el deseo de tanta gente: que los funcionarios K devuelvan lo que robaron. Y que vayan presos.
En ese sentido, Cristina también está a las antípodas. Las causas que tiene por corrupción lentamente van convergiendo hacia el juicio oral unificado. Eso la puede dejar en las puertas de Ezeiza. Pero no del aeropuerto para ir a Europa a dar conferencias. En la de la cárcel de Ezeiza donde residen muchos de los integrantes de su gabinete y dos de sus socios, testaferros o cómplices más importantes: Lázaro y Cristóbal. Como si esto fuera poco el juez Ercolini dispuso la intervención durante seis meses de Hotesur lo que abre la posibilidad del decomiso de su cadena de hoteles.
Macri, sin sobreactuar anunciando nuevas doctrinas, tuvo sentido común respecto de que no quiere ni mano dura ni abolicionismo. Gatillo y muerte fácil para nadie. Ni para los delincuentes con o sin uniforme. Pero si respeto hacia aquellos servidores públicos honestos y democráticos que se juegan la vida por nosotros. En ese rubro pudo exhibir que en la madre de todas las batallas que es contra los narcos, hubo este año que pasó un record en el decomiso de droga.
Cristina también tiene problemas en ese rubro. Las diferencias son abismales porque su gurú jurídico, Eugenio Zaffaroni pregona la libertad de todos los que violan la ley y Hebe de Bonafini elogió a los pibes chorros que matan trabajadores para robarles una campera y Amado Boudou hizo ayer un acto con el hijo del Pata Medina pidiendo la libertad de quien calificó como “preso político”. Si el Pata Medina, ladrón, estafador, mafioso y patotero es un preso político yo soy García Marquez. Y encima tiene como abogado a Boudou que más temprano que tarde va a regresar a la cárcel porque todavía falta que lo juzguen por las causas más importantes de enriquecimiento ilícito y de intento de apropiarse de la fábrica de hacer billetes.
¿Qué pensarán los que de verdad fueron presos políticos como Zannini y Taiana durante la dictadura, cuando Boudou califica de esa manera al Pata Medina? Ya lo dije alguna vez. Los K en su fanatismo tienen una característica: profanan o vacían de contenido aún los temas o las causas más sagradas. Y como si esto fuera poco, el contador de Cristina, Máximo y Florencia, harto de comerse el garrón de la cárcel, quiere ampliar su declaración para prender el ventilador y contar la verdad. Seguramente es la persona que sabe más de como se hizo y como se compone la fortuna de la familia Kirchner. ¿Será un arrepentido?
Otra mala noticia para Cristina fue política. Ya no tiene tanto poder ni tantos senadores. Designó a Juliana Di Tullio para un cargo importante y perdió la votación 44 a 18 y eso que sumó varios votos porque por una cuestión de género algunos eligieron a Di Tullio. Cristina es senadora por la minoría y su fuerza real está detrás de Cambiemos y del peronismo no kirchnerista. En el mismo sentido de la estampida de las fuerzas del que ahora podríamos llamar “Frente para la derrota” hay que sumar la renuncia de la jueza Garrigó de Rébori, jefa espiritual de Justicia Legítima y la inhibición de los bienes de Lázaro Báez.
Macri en la apertura de las Sesiones Ordinarias planteó el tema de la despenalización del aborto aunque él no está de acuerdo y eso también muestra la cara y cruz de lo que fue con Cristina. Ella impuso en forma vertical que no se tratara nunca ese tema pese a tener mayorías parlamentarias. Ella está en contra, igual que Macri, pero censuró a todos y todas las legisladoras de su bloque que no se atrevieron ni a decir una palabra del tema. Macri está en contra pero, por ejemplo el diputado radical Fabio Quetglas, en un gesto de honradez intelectual y de libertad se colocó el pañuelo verde en su cuello dejando en claro que su postura es a favor de la despenalización, a contramano de casi todo el gobierno y de Elisa Carrió. Y nadie lo va a sancionar por eso. Es el ejercicio de la libertad de conciencia en temas tan delicados.
Macri bajó en su imagen positiva producto de tarifazos castigadores de la clase media y de un par de casos de conflicto de intereses o de sospechas de corrupción como la que dejó afuera del gobierno a Díaz Guilligan. Pero el presidente sigue siendo el que mayor imagen positiva tiene entre sus pares de América Latina. Hay algunos puntos que son muy preocupantes y en contra y otros muy luminosos: el record histórico de obra pública, trabajo registrado y créditos hipotecarios. El gradualismo tiene aciertos y virtudes pero es una táctica que llegó para quedarse y de la cual el presidente no se va a mover. Por eso les dijo a los que quieren un shock de ajuste desde la derecha insensible que van a respetar la promesa de bajar la pobreza y terminar con el hambre en la Argentina. Les pasó la factura a los dirigentes docentes kirchneristas con el reclamo que le hacen los ciudadanos comunes: no hagan política con la educación de nuestros hijos y está todo dicho. El blanqueo laboral va en el mejor de los caminos y el crecimiento del turismo demuestra que el consumo empieza a despertar. Enero de 2018 marcó un record en la exportación de carne vacuna desde hace 8 años. Fueron 33.700 toneladas, es decir un 45% más que en enero del 2017.
Y la gran noticia financiera es que el gobierno en dos meses ya consiguió la mitad del dinero que necesita para todo el año. Y que Templeton, uno de los fondos de inversión más importantes de Wall Street comenzó a operar hoy en Argentina. Confían en el futuro próximo del país y le creen al presidente cuando dice: “Lo peor ya pasó”. Insisto con el tema. Ver para creer. Soy periodista y por definición siempre miro con cierta desconfianza. Necesito ver para creer que lo peor ya pasó. Ojalá. De lo que no tengo dudas es que para Cristina, lo peor, aún está por venir.
Macri, pese a todos los problemas que todavía faltan por resolver, tuvo un discurso tranquilo, sin agresiones ni insultos para nadie. Expuso lo que piensa y se dirigió básicamente al ciudadano común.
Cristina, vomitó otro gesto antidemocrático de profundo resentimiento y de desprecio hasta por sus propios compañeros de bancada. Resolvió faltar a su compromiso republicano de concurrir a la Asamblea Legislativa porque, según hizo trascender, ya sabe las mentiras que el presidente va a decir. Tiene la cara de acero. Primero ya sabe: es adivina del futuro. Pitonisa además de exitosa abogada y arquitecta egipcia. Segundo: Macri va a decir mentiras. Justo ella, que fue la reina del relato y la falsedad. Y tercero, repitió su gesto autoritario de creerse la dueña del estado y la Casa Rosada. En su momento ni siquiera se dignó a entregar el bastón de mando y la banda presidencial, algo repudiable que no tiene antecedentes desde la recuperación de las instituciones en 1983. Ultima reflexión: le avisó a Máximo que no vaya porque ya sabía las mentiras que iba a decir Macri pero dejó que fueran el resto de los diputados y los senadores que la apoyan. Cristina es maltratadora con todos y todas. Con los que la critican y también con sus colaboradores: trató de pelotudo e hijo de puta al mayordomo Parrilli, al anímicamente frágil Taiana, a los militantes del movimiento Evita, a Remo Carlotto y siguen las firmas.
Macri aseguró que ahora vamos a crecer con mayor intensidad. Venimos de poco menos del 3%. Aseguró que la inflación va a ser menor que la del 2017 y que la del 2019 todavía menor a la del 2018. Son esperanzas que despierta. Pero lo cierto es que la inflación todavía es un hueso muy duro de roer, que baja demasiado lentamente y que el gobierno no utiliza todo su poder para que los precios no aumenten con tanta facilidad. Otro de los anuncios positivos es el empuje que le dio a la ley de extinción de dominio. Traducido al castellano esto significa cumplir con el deseo de tanta gente: que los funcionarios K devuelvan lo que robaron. Y que vayan presos.
En ese sentido, Cristina también está a las antípodas. Las causas que tiene por corrupción lentamente van convergiendo hacia el juicio oral unificado. Eso la puede dejar en las puertas de Ezeiza. Pero no del aeropuerto para ir a Europa a dar conferencias. En la de la cárcel de Ezeiza donde residen muchos de los integrantes de su gabinete y dos de sus socios, testaferros o cómplices más importantes: Lázaro y Cristóbal. Como si esto fuera poco el juez Ercolini dispuso la intervención durante seis meses de Hotesur lo que abre la posibilidad del decomiso de su cadena de hoteles.
Macri, sin sobreactuar anunciando nuevas doctrinas, tuvo sentido común respecto de que no quiere ni mano dura ni abolicionismo. Gatillo y muerte fácil para nadie. Ni para los delincuentes con o sin uniforme. Pero si respeto hacia aquellos servidores públicos honestos y democráticos que se juegan la vida por nosotros. En ese rubro pudo exhibir que en la madre de todas las batallas que es contra los narcos, hubo este año que pasó un record en el decomiso de droga.
Cristina también tiene problemas en ese rubro. Las diferencias son abismales porque su gurú jurídico, Eugenio Zaffaroni pregona la libertad de todos los que violan la ley y Hebe de Bonafini elogió a los pibes chorros que matan trabajadores para robarles una campera y Amado Boudou hizo ayer un acto con el hijo del Pata Medina pidiendo la libertad de quien calificó como “preso político”. Si el Pata Medina, ladrón, estafador, mafioso y patotero es un preso político yo soy García Marquez. Y encima tiene como abogado a Boudou que más temprano que tarde va a regresar a la cárcel porque todavía falta que lo juzguen por las causas más importantes de enriquecimiento ilícito y de intento de apropiarse de la fábrica de hacer billetes.
¿Qué pensarán los que de verdad fueron presos políticos como Zannini y Taiana durante la dictadura, cuando Boudou califica de esa manera al Pata Medina? Ya lo dije alguna vez. Los K en su fanatismo tienen una característica: profanan o vacían de contenido aún los temas o las causas más sagradas. Y como si esto fuera poco, el contador de Cristina, Máximo y Florencia, harto de comerse el garrón de la cárcel, quiere ampliar su declaración para prender el ventilador y contar la verdad. Seguramente es la persona que sabe más de como se hizo y como se compone la fortuna de la familia Kirchner. ¿Será un arrepentido?
Otra mala noticia para Cristina fue política. Ya no tiene tanto poder ni tantos senadores. Designó a Juliana Di Tullio para un cargo importante y perdió la votación 44 a 18 y eso que sumó varios votos porque por una cuestión de género algunos eligieron a Di Tullio. Cristina es senadora por la minoría y su fuerza real está detrás de Cambiemos y del peronismo no kirchnerista. En el mismo sentido de la estampida de las fuerzas del que ahora podríamos llamar “Frente para la derrota” hay que sumar la renuncia de la jueza Garrigó de Rébori, jefa espiritual de Justicia Legítima y la inhibición de los bienes de Lázaro Báez.
Macri en la apertura de las Sesiones Ordinarias planteó el tema de la despenalización del aborto aunque él no está de acuerdo y eso también muestra la cara y cruz de lo que fue con Cristina. Ella impuso en forma vertical que no se tratara nunca ese tema pese a tener mayorías parlamentarias. Ella está en contra, igual que Macri, pero censuró a todos y todas las legisladoras de su bloque que no se atrevieron ni a decir una palabra del tema. Macri está en contra pero, por ejemplo el diputado radical Fabio Quetglas, en un gesto de honradez intelectual y de libertad se colocó el pañuelo verde en su cuello dejando en claro que su postura es a favor de la despenalización, a contramano de casi todo el gobierno y de Elisa Carrió. Y nadie lo va a sancionar por eso. Es el ejercicio de la libertad de conciencia en temas tan delicados.
Macri bajó en su imagen positiva producto de tarifazos castigadores de la clase media y de un par de casos de conflicto de intereses o de sospechas de corrupción como la que dejó afuera del gobierno a Díaz Guilligan. Pero el presidente sigue siendo el que mayor imagen positiva tiene entre sus pares de América Latina. Hay algunos puntos que son muy preocupantes y en contra y otros muy luminosos: el record histórico de obra pública, trabajo registrado y créditos hipotecarios. El gradualismo tiene aciertos y virtudes pero es una táctica que llegó para quedarse y de la cual el presidente no se va a mover. Por eso les dijo a los que quieren un shock de ajuste desde la derecha insensible que van a respetar la promesa de bajar la pobreza y terminar con el hambre en la Argentina. Les pasó la factura a los dirigentes docentes kirchneristas con el reclamo que le hacen los ciudadanos comunes: no hagan política con la educación de nuestros hijos y está todo dicho. El blanqueo laboral va en el mejor de los caminos y el crecimiento del turismo demuestra que el consumo empieza a despertar. Enero de 2018 marcó un record en la exportación de carne vacuna desde hace 8 años. Fueron 33.700 toneladas, es decir un 45% más que en enero del 2017.
Y la gran noticia financiera es que el gobierno en dos meses ya consiguió la mitad del dinero que necesita para todo el año. Y que Templeton, uno de los fondos de inversión más importantes de Wall Street comenzó a operar hoy en Argentina. Confían en el futuro próximo del país y le creen al presidente cuando dice: “Lo peor ya pasó”. Insisto con el tema. Ver para creer. Soy periodista y por definición siempre miro con cierta desconfianza. Necesito ver para creer que lo peor ya pasó. Ojalá. De lo que no tengo dudas es que para Cristina, lo peor, aún está por venir.
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