Con las ventajas que le otorga su pasado terrorista, el comandante montonero Roberto Cirilo Perdía (Nombre de Guerra “el Pelado Carlos”), se presentó en el tribunal federal de San Martín para participar del fraudulento “juicio de lesa” que llaman “Contraofensiva Montonera”. Foto: (Maximiliano Luna)
Perdía, quien goza de su libertad y de los “honores” que le otorgan los derechos humanos, y exento de pagar por sus crímenes, fue citado como “testigo” por su rol dentro de la Contraofensiva Montonera, ocurrida entre 1979 y 1980 en Argentina.
Pasaron 40 años y por esos hechos están ilegalmente detenidos 9 prisioneros políticos del Ejército, bajo la acusación de “privación ilegítima de la libertad, tormentos y asesinatos” contra 94 terroristas. Los supuestos hechos, que habrían ocurrido dentro del marco de la lucha contra el terrorismo, fueron caratulados por la justicia prevaricadora y corrupta como “crímenes de lesa humanidad por haberse cometido en el contexto de un 'plan sistemático de represión' desde el aparato estatal”.
Según el comandante montonero Perdía: “El carácter de la Contraofensiva fue “un acto de resistencia para resquebrajar la dictadura”, no era una estrategia novedosa. En nuestra historia hay dos sectores enfrentados desde los albores de la independencia, uno que mira hacia adentro pensando en el desarrollo nacional, y otro que mira hacia el mercado mundial. Y la dictadura obedeció a ser el brazo armado del segundo. Lo que también se repite en nuestra historia es la resistencia de los pueblos”.
La parodia judicial comenzó con demora por la ausencia de dos prisioneros políticos, Roberto Dambrosi y Eduardo Ascheri. El “abogado querellante” Pablo Llonto, integrante de la organizacion política kirchnerista “justicia legítima” dijo que “comprobó, junto a peritos de parte, que Ascheri simula un bronco espasmo para no venir al juicio” y, como un paladín defensor de los terroristas pontificó: “Esto no es un plan vacacional, es un juicio de lesa humanidad”.
La fiscal Gabriela Sosti, “experta en causas de lesa humanidad”, fue más lejos y pidió que la fuerza pública obligue a la concurrencia de los imputados que están bajo prisión domiciliaria y solicitó la revocación de la misma. Pero, los jueces atendieron el pedido de la defensa, y dieron la orden de retirar a los prisioneros de guerra que estaban en la sala, para que fueran llevados a sus domicilios.
Perdía en su RELATO, se pintó a sí mismo como parte del “pueblo argentino” que colaboró con la caída del gobierno cívico militar:
“El golpe militar apuntó a devastar la clase trabajadora pero a partir de 1979 crece la conflictividad. En ese año hay una huelga general y en la fábrica Peugeot de Berazategui se inicia un paro. La dictadura empieza a sentir esa presión y retrocede. En ese marco se da la Contraofensiva Montonera. Es vital entender que la dictadura militar en Uruguay duró 12 años, en Chile 17, en Bolivia 18 y en la Argentina duró 7 años. ¿A qué se debe que duró menos? El pueblo argentino fue el protagonista de esa caída y ése es el fruto conseguido".
Perdía mintió sin ruborizarse: “El episcopado argentino no nos escuchó, teníamos una propuesta de paz (Ver imagen superior ↥). Muchos años después, se lo dije a Jorge Bergoglio, el ahora papa, cuando era Arzobispo de Buenos Aires y él también lo silenció. Sólo se conmovió cuando le hablé del cura Jorge Adur, que se sumó a nuestra lucha y que Bergoglio conocía desde antes, había tomado mates con él en varios encuentros. Nuestra aspiración abarcaba una lucha integral”.
Perdía mostró una revista “Evita Montonera” del año 1978, y leyó en voz alta las propuestas de la organización terrorista tales como “eliminación de los 'centros clandestinos', convocatoria a elecciones generales, destitución de Martínez de Hoz, recuperación de los sindicatos”, pero se cuidó muy bien de leer sólo lo políticamente correcto, omitiendo otras publicaciones de la misma revista en las cuales reivindicaban sus sangrientos crímenes.
Según declaró el “Pelado Carlos”, al reorganizarse la agrupacion terrorista para la Contraofensiva Montonera: “El destino de cada “tarea” era conversado con los compañeros según intereses y objetivos. La mitad llegó al país desde el exterior, sobretodo desde México y España, y la otra mitad fue reclutada de “militantes” que estaban en Argentina”.
Perdía relató que para concretar la Contraofensiva, el Ejército Montonero planeó que sus miembros más “activos” (léase extremistas sanguinarios) se agruparan en dos unidades: las TEI –Tropas Especiales de Infantería-, un grupo comando entrenado en el sur del Líbano “destinado a efectuar operaciones armadas en el país”; y las TEA –Tropas Especiales de Agitación, Prensa y Adoctrinamiento-, que estaban consignadas a tareas de propaganda.
Fingiendo tristeza, Perdía dijo que las bajas en Montoneros ocurrieron por la “tarea política”. “Ése fue un error nuestro de no prever los alcances de la Inteligencia del Ejército. Teníamos “necesidad de estar en nuestra tierra” y a veces nos exponíamos sin dimensionar el “alcance represivo”. No estuvimos equivocados con lo estratégico porque es notorio que había un clima de desestabilización (que el terrorismo había provocado), pero sí erramos en la lectura política, en lo táctico”.
Este asesino terrorista hoy devenido en “ciudadano ilustre” ensayó una falsa congoja y dijo: “Tengo mucho dolor, respeto y agradecimiento por los “compañeros” que lamentablemente fueron cayendo. Sobre todo por Armando Croatto (Montonero, NG: “Petete”), por Jorge Oscar Adur (cura tercermundista “capellán” del ejercito Montonero) y Adriana Lesgart (Montonera, NG: “Patricia”), a los que conocía personalmente”.
Perdía relató que para concretar la Contraofensiva, el Ejército Montonero planeó que sus miembros más “activos” (léase extremistas sanguinarios) se agruparan en dos unidades: las TEI –Tropas Especiales de Infantería-, un grupo comando entrenado en el sur del Líbano “destinado a efectuar operaciones armadas en el país”; y las TEA –Tropas Especiales de Agitación, Prensa y Adoctrinamiento-, que estaban consignadas a tareas de propaganda.
Fingiendo tristeza, Perdía dijo que las bajas en Montoneros ocurrieron por la “tarea política”. “Ése fue un error nuestro de no prever los alcances de la Inteligencia del Ejército. Teníamos “necesidad de estar en nuestra tierra” y a veces nos exponíamos sin dimensionar el “alcance represivo”. No estuvimos equivocados con lo estratégico porque es notorio que había un clima de desestabilización (que el terrorismo había provocado), pero sí erramos en la lectura política, en lo táctico”.
Este asesino terrorista hoy devenido en “ciudadano ilustre” ensayó una falsa congoja y dijo: “Tengo mucho dolor, respeto y agradecimiento por los “compañeros” que lamentablemente fueron cayendo. Sobre todo por Armando Croatto (Montonero, NG: “Petete”), por Jorge Oscar Adur (cura tercermundista “capellán” del ejercito Montonero) y Adriana Lesgart (Montonera, NG: “Patricia”), a los que conocía personalmente”.
La defensa apuntó a cuestionar la decisión de la cúpula montonera, pero cuando Perdía estaba respondiendo, la fiscal interrumpió las palabras del “testigo” y espetó: “No se están juzgando las decisiones de Montoneros hacia el interior de la organización, se está juzgando los “crímenes contra las víctimas” del aparato de inteligencia del Ejército”
El presidente del tribunal (siguiendo la línea del RELATO del curro de los ddhh) dijo: “El accionar de Montoneros escapa al objeto procesal, son inconducentes esos cuestionamientos”.
El ex “joven idealista” finalizó su alocución diciendo:
- “La Contraofensiva no fue un esfuerzo en vano. Tenemos que entender que “a mayor sacrificio de la resistencia popular”, menor duración de la dictadura, y esto debe entenderse como “una memoria del pueblo”. Argentina debe agradecer esa gesta, esas vidas perdidas tienen sentido. Nosotros teníamos máxima convicción en lo que hicieron. Sé que no hay ninguna explicación que valga para los parientes de los asesinados. Pero ellos pusieron el cuerpo para que la dictadura no dure más tiempo y lo lograron”.
Y la muestra final de la decadencia de nuestra sociedad argentina se puso en evidencia claramente al finalizar la actuación de este personaje nefasto. En este país donde los ddhh son una “política de estado”, los villanos son homenajeados como héroes y los verdaderos héroes, están cautivos en las cárceles del pueblo versión 2019.
Selfie con el “Pelado Carlos”. Algunos de los concurrentes a este anticonstitucional “juicio de lesa” lo aplaudieron y otros lo abrazaron a la salida del “evento”. Foto: (Maximiliano Luna) |
Por Cris Yozia
Fuente de la información: Infobae
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