domingo, 2 de agosto de 2009

En secreto, Kirchner rearma su poder


De incógnito, Néstor Kirchner comenzó a hacer un trabajo de hormiga para seducir a dirigentes y lograr rearmar el poder perdido. Su retiro táctico de la escena pública, obligado por la dura derrota electoral, no lo dejó al margen de sus andanzas para captar amigos.

Por Mariana Verón

Ya trabaja en acaparar con la promesa de cargos y fondos del gobierno nacional a dirigentes provinciales díscolos que quedaron heridos después de los comicios. Comenzó su estrategia en los extremos alejados del país: Santa Cruz, Chubut y Salta.

En las últimas horas, Kirchner le ofreció un cargo a un enemigo íntimo del gobernador Mario Das Neves. Se trata de su tocayo Néstor Di Pierro, un caudillo chubutense al que le propuso la dirección del Ente Nacional de Regulador de Electricidad (ENRE), una dependencia bajo la órbita del ministro de Planificación, Julio De Vido. Después de su repentina aparición en Puerto Madryn, hace dos semanas, que provocó una durísima reacción del gobernador, el ex presidente pergeñó la jugada. Di Pierro es un hombre fuerte en la provincia, con militantes propios. Ligado a los gremios petroleros, se alineó al proyecto kirchnerista desde 2007, justo cuando Das Neves se lanzó a la carrera presidencial para 2011.

Con la ayuda de su ex chofer y hoy empresario de medios Rudy Ulloa Igor, el ex presidente logró traer a Di Pierro para su lado. "Ese es el trabajo que va a hacer de ahora en más", cuenta un funcionario que lo conoce como pocos. También se reúne con intendentes chubutenses con una única prioridad: promesas de fondos para los municipios a cambio de alineamiento con la gestión de Cristina Kirchner.

Después de su controvertido arribo a Puerto Madryn, donde cenó con un grupo de dirigentes del PJ enemigos de Das Neves, la segunda escala del ex presidente podría ser Comodoro Rivadavia. Sólo una muestra. "La crisis interna en el justicialismo chubutense pareció haber dejado la grieta justa para el desembarco kirchnerista en la provincia, buscando espacios de cara a 2011". La frase salió publicada nada menos que en el diario El Periódico Austral , que dirige Rudy Ulloa, anunciando el desembarco de Kirchner en Comodoro. Ni lerdos ni perezosos, cerca de Das Neves, que puso el grito en el cielo cuando se enteró de la jugada, acusan a Rudy de convocar a militantes a marchas en contra del gobernador.

A las escondidas

La otra ciudad que lo tuvo como visitante fugaz y de incógnito fue la santacruceña Río Gallegos, un lugar que el matrimonio Kirchner abandonó después de la crisis docente de hace dos años. De hecho, vendieron la casona donde residieron históricamente, a una cuadra de la gobernación, y mudaron todas sus cosas a El Calafate. Pero el ex presidente estuvo el lunes y el martes pasado en la ciudad, nada menos que en el mismo momento en que el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, estaba en Buenos Aires. "Me cercioré de que no se reuniera con ninguno de mis adversarios", se lo escuchó decir al gobernador santacruceño a su paso por la Casa Rosada, el martes pasado, para la firma de un acuerdo con las provincias productoras de hidrocarburos. Peralta ya no habla con Kirchner. El gobernador no olvida que la Presidenta justificó en "problemas de gestión" la derrota santacruceña de los últimos comicios.

Kirchner, que todavía tiene a su madre viviendo en Río Gallegos, cenó en la casa de su hijo Máximo hasta las 2 de la madrugada. Allí estuvieron también su socio y amigo Osvaldo Sanfelice y Emilio García Pacheco, su viejo profesor de educación física del colegio secundario y consejero. Peralta, en alerta, ya sabe que, de la mano de Rudy Ulloa, Kirchner intentará retomar el control provincial. La presencia de incógnito lo dice todo. El ex presidente quiere volver a controlar el pago chico.

Otro de los gobernadores que entró en alerta es el salteño Juan Manuel Urtubey. Según confiaron a LA NACION dirigentes provinciales, el ex presidente también mandó emisarios para el Norte nada menos que para reunirse con punteros que responden al ex mandatario Juan Carlos Romero, adversario de Urtubey. Si bien el Gobierno se alejó de Romero, ante la falta de aliados Kirchner intenta reconciliar posiciones.

Mientras rearma el poder en silencio, el ex presidente pidió que le consiguieran el despacho más grande en la Cámara de Diputados para cuando asuma su banca el 10 de diciembre. Los ministros y funcionarios nacionales lo siguen llamando, pero lo ven poco. El que pasa más horas con él es el secretario de Inteligencia, Héctor Icazuriaga. En el tiempo que resta hasta instalarse en el Congreso, Kirchner promete no quedarse quieto.

Estrategia

El ex presidente suma dirigentes provinciales. Para enojar a Mario Das Neves, le ofreció un cargo a un enemigo del gobernador, Néstor Di Pierro.

El lunes y el martes pasado estuvo en Río Gallegos, ciudad a la que no iba desde hacía meses, justo en el mismo momento en el que el mandatario local, Daniel Peralta, estaba en Buenos Aires.

Su idea es recorrer el país para rearmar el poder perdido tras los comicios. Mandó emisarios a Salta para acercar posiciones con Juan Carlos Romero y quiere volver a Chubut, esta vez a Comodoro Rivadavia.

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