miércoles, 3 de mayo de 2017

EN ARGENTINA LOS DERECHOS HUMANOS SON INCOMPATIBLES CON LA RECONCILIACION

En una clara muestra de su verdadero objetivo, las "organizaciones de ddhh" se oponen al llamado de la Iglesia a la reconciliación. Está más que claro que sólo buscan venganza y las jugosas indemnizaciones monetarias que reclaman del Estado.

Los principales referentes de "organizaciones de derechos humanos" cuestionaron duramente la iniciativa de la Iglesia de convocar a una reconciliación sobre los hechos ocurridos desde el inicio del accionar del terrorismo en nuestro país, hace más de 40 años atrás y ratificaron su compromiso de seguir buscando venganza tras la fachada de su eslogan "memoria, verdad y justicia".



La presidenta de la asociación de abuelas de Plaza de Mayo S.A., Estela de Carlotto, calificó el llamado de la Conferencia Episcopal Argentina como un "disparate" y sostuvo que "es herir susceptibilidades, es abrir una brecha más que cerrarla".



En una clara muestra de su hipocresía, Carlotto afirmó: "Acá no hay odio, no hay rencor, no le deseo el mal a nadie. Nosotros queremos justicia porque acá hubo un genocidio" y evaluó que la iniciativa puede estar "fomentada por algunas familias afectadas por la dictadura que están en un espacio equivocado".

Se referirá seguramente a las familias afectadas por el accionar asesino de los terroristas que ellas trajeron al mundo y que, según su modo de ver 
"están en un espacio equivocado", negando para estas víctimas del terrorismo los derechos humanos de ser al menos RECONOCIDAS, apropiándose así de este monopolio que decide quienes merecen ser considerados víctimas y quienes no encajan con su espurio negocio.

Al ignorarlas, no existen
. Esa es la evidente intención de esta señora.

Para reafirmar el análisis anterior de quien esto escribe Carlotto disparó: "¿Hablar con los familiares de quién? ¿De los que tenían uniforme y un arma y salían a matar porque les pagaban para eso? ¿Cómo vamos a ir a dialogar? ¡Hay que cumplir con la democracia! Por eso pedimos: memoria y justicia".




¿Miedo a la verdad?

Esta lucrativa asociación de ddhh encabezada por Carlotto criticó además el protocolo que presentará la Conferencia Episcopal para acceder a los documentos sobre el último gobierno cívico-militar que se encuentran en poder de la Iglesia y cuya apertura fue ordenada por el Papa Francisco en 2015.

¿Será que lo que realmente preocupa a esta señora es que oficialmente se conozca la documentación sobre las andanzas delictivas de sus descarriados vástagos?

El comunicado de esta rentable organización:

 


El 
defensor de la no-violencia que defiende a los terroristas

Por su parte, Adolfo Pérez Esquivel opinó que "alguna vez las heridas deben de cerrarse, pero no pueden cerrarse de cualquier forma porque quedan infectadas".

Este personaje que mantuvo en el pasado y mantiene en el presente amistosas relaciones con organizaciones terroristas y afines a este sector afirmó: "La reconciliación es necesaria pero hay que dar pasos concretos y varias etapas: primero, el reconocimiento de la culpa, que hasta ahora las Fuerzas Armadas no lo tuvieron; el arrepentimiento; el derecho a la verdad y justicia y, después, puede venir la reconciliación", agregó Pérez Esquivel.

Sobre este punto podemos preguntarnos: ¿hay reconocimiento de culpa por los crímenes cometidos en 
los ex integrantes de organizaciones armadas?, ¿hay  arrepentimiento por tanto terror sembrado, tantos asesinatos, tantas víctimas inocentes, tanto dolor causado?, ¿hay verdad y justicia realmente es los juicios denominados "de lesa humanidad"?



Pareciera ser que es la enfermiza pretensión de estos personajes que las fuerzas legales -que tuvieron el deber de combatir el terrorismo- pidan perdón por haber cumplido su misión al librarnos de estos criminales subversivos.

Pérez Esquivel se preguntó "¿cómo se puede reconciliar una madre que hasta el día de hoy no sabe dónde está su hijo o su nieto"... la respuesta es: de la misma forma que tantas familias mutiladas por el accionar terrorista salieron adelante sin esa persona amada cuya vida sesgaron con saña los hoy denominados "víctimas" o "jóvenes idealistas". 




Por su parte, la líder de madres de Plaza de Mayo línea fundadora, Nora Cortiñas, acusó a la Iglesia de ser "partícipe del horror" y de "hacer de puente para la entrega de los bebés de las mamás cautivas embarazadas que daban a luz y de entregar esos bebés a familias de militares, policías, empresarios".

Cortiñas olvida que quienes peinamos canas fuimos todos partícipes del horror: el miedo a las bombas, a los secuestros, a morir en alguno de atentados perpetrados por sus criminales hijos. También olvida esta señora que esas mujeres que hoy son consideradas "heroínas" eran expertas en armar explosivos, en disparar el fusil y matar; y muchas de ellas escondían arsenales en el mismo hogar que compartían con sus hijos y familiares. Y podría decirse que poco le importaban sus niños cuando los utilizaban como escudos humanos.



Así respondieron 
estos "referentes en materia de derechos humanos" a la iniciativa de la CEA, presidida por el arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, dispuesta a avanzar con un itinerario de trabajo sobre el tema de la reconciliación, para lo cual recibirá testimonios directos de grupos de familiares de desaparecidos y de militares.

Cris Yozía



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