Por Luis Daniel de Urquiza
Expongo a continuación, fundamentos dados hace tiempo, ya que la pretensión de obligatoriedad lleva algunos años.
Fecha: jueves, 3 de junio de 2010, 19:29
Situación
El Servicio Militar no se derogó, se ingresa en forma voluntaria. Actualmente, se presentan cincuenta mil ciudadanos por año para cubrir las vacantes que haya dispuesto el Poder Ejecutivo Nacional.
Si dicho Poder Ejecutivo considera que la cantidad es insuficiente, convoca a más ciudadanos a través del Congreso con la ley al caso que corresponda.
Con las Facultades Delegadas que tiene, podría hacerlo por sí mismo.
Los estudiantes son tenidos en cuenta como "Voluntarios Técnicos", siendo asignados a lugares y tareas afines a sus estudios.
Desde los dieciocho años hasta los veintiocho, pueden ser "soldados" y para continuar deben postularse para suboficiales u oficiales, de acuerdo con los requisitos del caso. O irse.
Lo cual, se observa, va dándose de manera paulatina y voluntaria.
El ampliar la cantidad de Soldados Voluntarios es incumbencia del Poder Ejecutivo Nacional.
No hace falta ninguna ley.
Consideraciones
Teniendo en presente al "principio de subsidiariedad", el Estado Nacional tiene Ministerio de Educación, de Salud Pública y de Bienestar Social, en sus Instituciones Públicas, a saber, la nación, la provincia y el municipio.
Quienes deben, por sus propias incumbencias, cumplir las funciones, actividades y tareas propuestas por el Diputado que allega su proyecto de ley., a cumplir por el SMO.
Recorriendo el Gran Buenos Aires, he podido constatar la opinión favorable a la reinstalación del Servicio Militar Obligatorio, en sectores para nada dependientes de alguna ideología. Y humildes.
Quizás porque de tales sectores, suelen salir los voluntarios. E inclusive, los mismos, cuando existía la obligatoriedad ahora reclamada, eran los que carecían de la menor posibilidad de soslayar la exigencia de ley.
En esos sectores, pudo haber una influencia positiva ya que habiendo transitado por el desamparo y la ignominia, se hallaban en un medio donde se los atendía, tenían en cuenta y consideraban.
Y en la vida de los "conscriptos" del sector social mencionado, ahora padres y abuelos, sí hubo o pudo haber habido un "antes" y un "después" positivo.
A pesar de la encuesta, me permito sostener, como mayor la voluntad de regresar al Servicio Militar Obligatorio en el sector mencionado.
Propiciada inclusive, por pastores evangélicos, cuya principal virtud es el contacto que mantienen con los más necesitados, por los cuales sufren.
Y me refiero de los adscritos a la Reina de Inglaterra que -criollos en definitiva- se hacen cargo de sus más que humildes orígenes, vinculados a la izquierda rural militante por las armas de "los años setenta".
Ahora bien, afirmo -y reitero- que la Defensa Nacional principia en la Escuela Pública, siendo su principal agente la "Señorita Maestra" de tiza y pizarrón, que también es agente de la Salud Pública y de la Seguridad Interior al educar, esto es, considerar al alumno un educando, al cual el educador conduce de un estadio a otro cualitativamente superior.
Lo cual, con relación al Fuero Penal, ya lo expuso, Maese de Beccaría, circa 1730, en "De los delitos y las Penas".
En lo referente al Servicio Militar Obligatorio que se añora, en los términos pre opinados, por su carácter de leva forzosa, fue burdamente arbitrario, propició la corrupción y la instaló en el manejo de los fondos asignados, corrompiendo a sus ejecutores.
Desnaturalizado, desnaturalizó por contagio, la misión autoimpuesta de ocupación y desarrollo del ambiente geográfico, que principia en 1932 y se instala el 4 de junio de 1943, con la propuesta política hecha por el Ejército Argentino a la comunidad nacional.
El "principio de subsidiariedad" mencionado, se concreta con el asistencialismo social de raigambre Constitucional a partir de la Constitución de 1949, vigente en el artículo 14 bis, de la reforma de 1956.
Asignarle al Ejército Argentino en forma parcial, funciones, actividades y tareas de "Acción Social", es ignorar las instituciones del país.
Lo mismo con el completamiento de la Escuela Primaria, desde lo cual el Estado Nacional extrema su ausencia manifiesta, arrastrando en el incumplimiento a las demás instituciones públicas (Provincia y Municipio).
El ciudadano debe incorporarse libremente y hay voluntad manifiesta para que así se haga.
Luego de haber prestado el servicio militar, por la elaboración libre de su opción, se constituye como "agente de consolidación", reciclando en el lapso de su vida los considerandos que hubiese asumido como positivos.
En cuanto a la incorporación masiva innecesaria y, fundamentalmente, su carácter de "leva forzosa", la objeto.
Conclusiones
Me permito concluir, que "juan pueblo" del Gran Buenos Aires, zona sur, tercera sección electoral, Florida Oeste (Vicente López) Villa Zagala (San Martín) considera necesario el Servicio Militar Obligatorio.
Y es más, cuanto más extrema es la situación de vida al momento de preguntar o de que se mencione la cuestión, mayor es su adhesión. Me refiero a los encartados en proceso penal.
Quizás buscando un límite, del cual carecieron en la vida, impuesto por alguno que imperfectamente sublimó sus limitaciones a través del servicio en armas a la nación al pié de la Bandera, cantando Aurora, sobre la base de un "orden" sencillo, coherente, lógico y necesario, un baño diario y cinco comidas al día.
Con relación al Fuero Penal, se manifiesta que "no está para solucionar los problemas sociales". Y es cierto. El fuero dista de ser responsable de la marginalidad y el desamparo propiciados desde un "estado ausente" y ¿gestiones de gobierno concupiscente?
Tampoco lo es el Ejército
El espíritu de cuerpo logrado en el servicio de las armas, tiene vigor aglutinante de voluntades.
Asignarle al sector militar de la sociedad, funciones de asistencia social y control social, es transformarlo en un elemento de peso político propio.
Hacerlo partícipe del poder, como poder en sí mismo.
Se ha escrito: el poder "real" pasa por el ejecutivo nacional, el consenso popular y el poder militar.
Inferencia
Si a través de la incorporación masiva de voluntarios se le da injerencia en lo social a las Fuerzas Armadas, en el plazo de diez años -o menos- se hallarían, de manera inevitable, en condiciones - y vocación- de competir por el poder.
Cumpliéndose la fantasía que supo tener más de un Argentino, a saber: Haber hecho el Servicio Militar, con el actual Presidente del país.
Luis Daniel de Urquiza
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