Relato de un episodio entre el Destructor ARA Bouchard D-26 (DEBU) y un contacto submarino poco tiempo después de la Perdida de el Crucero ARA Gral. Belgrano torpedeado por un submarino ingles.
Por Adalberto D. Álvarez (VGM)
El porqué de este relato surge gracias al incentivo de Mariano Sciaroni, con quien inicié contacto a finales del 2008, debido a una nota suya publicada sobre los submarinos británicos que intervinieron en la Guerra de Malvinas. En ese contacto mi interés se centró exclusivamente en el HMS Onyx, ya que es la unidad británica que el 16 de mayo de 1982 podría haber tenido un encuentro con el ARA Bouchard, aquel viejo y querido destructor que tuve el orgullo de tripular.
El armado de una página web dedicada a este buque de la ARA -a título personal-, ha hecho que me convirtiera en un improvisado recopilador de recuerdos y datos de algunos de mis camaradas, para así poder armar esta parte de la historia de esa guerra, de la que mucho se ha dicho, pero que a su vez poco se sabe. Más allá de mis sospechas por cual fuera la unidad británica afectada a esta misión, sólo me limitaré a mencionar los hechos ocurridos, hechos que han sido armados a modo de rompecabezas luego de tantos años por quienes nos reunimos actualmente para mantener vivo el espíritu de buque del ARA Bouchard.
Seguramente habrá preguntas de parte de quienes se interesen en discutir mis dichos. Por las dudas, aclaro que trato de omitir los supuestos y dejar asentados los hechos. Lo que podría haberse ejecutado se aplicó y lo que no, simplemente no llegó a suceder por lo que discutirlo de mi parte a estas alturas, no tiene mucho sentido. Al no contar con la seguridad o confirmación de ciertos datos, prefiero no citarlos. Mi intención es la de contarle a quien quiera escuchar, de una pequeñísima parte de una guerra de corto aliento pero importante dentro del siglo que se fue. Hay mucho aún para investigar y develar. Hechas las correspondientes aclaraciones, aquí vamos con este fragmento de esa historia…
Luego de la pérdida del crucero ARA General Belgrano, el Destructor ARA "Bouchard” se aboca a patrullar con el ARA Piedrabuena (D-29) cubriendo las aguas del estrecho de Le Mer, comprendidas entre la Isla Grande de la Tierra del Fuego y la Isla de los Estados, y desde el Canal de Beagle hasta la punta norte de Tierra del Fuego. Llegado el momento, se comienzan a cubrir puestos de estación, fondeando en distintos puntos cerca de la costa. A las 06:30 hrs. del 14 de mayo, el DEBU zarpa del puerto de Ushuaia para patrullar el área comprendida entre el Cabo del Medio y el Faro Magallanes. Durante esta patrulla, a las 15:00 hrs. sufre un desperfecto de máquinas por lo que se debe fondear en Puerto Español, no siendo esta la última ni la primera de las fallas mecánicas que ocurrieron durante toda la campaña, en la que acumulaba varias millas recorridas incluso antes del comienzo de las acciones, sumando un total de 78 días de navegación ininterrumpida a partir del 16 de abril. Salvo en las horas posteriores al ataque submarino del 2 de mayo, en que los maquinistas debieron dormir en los pasillos, estos prácticamente vivían en las cubiertas inferiores para poder mantener al viejo Bouchard en movimiento constante. A media máquina aún mientras los mecánicos trabajaban a destajo, el Bouchard no dejaba de navegar para mantener sin interrupción sus misiones de patrulla.
El 15 de mayo a las 09:30 hrs. luego de las reparaciones mencionadas, el Bouchard cambia de fondeadero y ancla en proximidades del Cabo San Pablo. Como remanentes del GT.79.3, los destructores ARA Piedrabuena y ARA Bouchard patrullan la costa del continente turnándose por día en guardias electrónicas pasivas. Por ser un día impar, le corresponde al D-29 permanecer de guardia. Ambos destructores están fondeados en misión de vigilancia costera, separados por pocas millas. De todas maneras, desde las cubiertas de uso común no llego a observar al ARA Piedrabuena. Durante los rondines, cuando con mis compañeros de armas submarinas recorríamos las cubiertas ante posibles contactos con buzos enemigos, cuando aparecía la bruma no se llegaba a ver a diez metros de distancia.
A pesar de los pasamontañas y guantes que llevábamos –algunos del servicio y otros adquiridos en las tiendas de Ushuaia- cada tanto debíamos pararnos debajo de las salidas de ventilación para calentarnos. El olor del chorro de aire viciado era espantoso al principio de la guardia, pero a la mitad de esta resultaba de lo mejor para combatir el frío. Silenciados los instrumentos electrónicos, el D-26 se camufla con los accidentes geográficos de la costa. Ese mismo día comienzan a advertirse contra el casco del Bouchard los ecos inconfundibles de un sonar ajeno a la escuadra e indicadores de la presencia en la zona de un submarino enemigo. El choque de las ondas se podía escuchar contra los mamparos del sollado de popa inclusive, sin necesidad de aparatos especiales. El “PIN” se escuchaba como si golpearan con algo pequeño de metal desde afuera del casco y sin necesidad de apoyar las orejas contra este. Con el camada que estaba a mi lado nos preguntábamos si se trataría del “sub” que nos atacara días antes. Recuerdo que al comentar de estas señales, se nos contestó con comentarios que descartaban esta posibilidad –actualmente se hace mención del “PIN” solamente para el día 16-. A las 22:00 hrs. nuevamente se levan anclas.
16 de mayo a las 10:42 hrs. El ARA Bouchard realiza maniobra de fondeo entre Cabo del Medio y Cabo Domingo, a 2 millas de la costa y al azimut 235º a 7 millas de Cabo Domingo, en latitud 53º 35´S y longitud 64º 55.´5 W . El Piedrabuena fondeó a una distancia de 3.1 millas al azimut 154º. A pocas millas del lugar y tierra adentro, se asientan bases aeronavales que actúan sobre la flota británica y destilerías de YPF. Estas últimas desde varias millas mar adentro se pueden observar durante la noche, por el fuerte resplandor de las antorchas que iluminan el horizonte de la costa contra el cielo oscuro. En este día la guardia electrónica le corresponde al Bouchard. Desde el día anterior continúan sucediéndose cada tanto los ecos inconfundibles del “PIN” de un sonar rebotando contra el casco. La noche invernal ya cubría la zona, mientras tanto los Armas Submarinas (AS) cubríamos en forma alternada guardias de rondines con puestos de combate antisubmarino. Como de costumbre, termino haciéndome cargo de los incómodos teléfonos –por ser el más “tierno” de la división de AS-, lo que en cierta forma agradezco ya que puedo medianamente, estar al tanto de lo que se sabe en otros puestos del buque. Unos cuatro AS pasamos a cubrir en cubierta de popa la jaula de cargas de profundidad. Los muchachos de Mar y Servicios (MS) también cada tanto cubren puestos de maniobra de anclas, por si hay que ponerse en movimiento.
16:30 hrs. El Jefe de AS y otro oficial sienten a popa un “PIN” cada 5/7 segundos por tiempos de 15 a 30 minutos no continuos.
17:00 hrs. Se ordena cubrir maniobra de anclas.
A las 17:10 hrs., se repite el mismo “PIN” y esta vez se logra una escucha hidrofónica de actividad submarina, captándola con el sonar en recepción pasiva ya que este no podía emitir en forma activa por las averías que le provocara el torpedo del 2 de mayo.
Cerca de las 18:00 hrs. comienza a oscurecer. Pasan los minutos y el viento frío nos obliga a buscar refugio bajo los cañones dobles de la torre III.
Ya es de noche cerca de las 19:00 hrs. cuando avisan por los teléfonos que hay señales de submarino en la zona… que por el momento el radar no ha captado nada en superficie pero que hay actividad. A estribor un resplandor anaranjado señala la costa. Se sucede un intercambio de preguntas y dudas con lo que está sucediendo.
Mientras tanto en el CIC (Central de Información de Combate), uno de los radaristas, el CSOP Carlos Pínnola detecta una débil señal en el radar, entre las 19:05 y 19:10 hrs… para las 19:12 hrs. la intermitencia de la señal se convierte en tres ecos nítidos que la pantalla del radar dibuja como puntos con una “V” que se corresponde a botes de goma, lo que es verificado por otros experimentados camaradas… Los ecos comienzan a moverse a una velocidad sostenida de 18 nudos con rumbo 340º, lo que por la sincronización, hace descartar que se trate de fauna marina… los ecos manteniendo la misma formación y velocidad, cruzan frente al DEBU a 1200 yardas de distancia. Estos se van alejando hasta las 3000 yardas del buque en dirección a la costa.
A las 19:14 hrs. se ordena a la dotación cubrir puestos de combate. Y pocos minutos después, a las 19:18 hrs., se detecta un rumor hidrofónico al azimut 070º. En esos momentos los ecos detectados abarcaban un arco de azimut de 350º hasta 010º, y a una distancia de 4000 yardas.
A las 19:22 hrs. el radar de control tiro MK 25 logra fijar los blancos y se solicita al Comandante del Piedrabuena autorización para abrir fuego. Justo en esos momentos en popa, los AS nos despegamos un par de metros de la torre III al escuchar el ruido de motores. La torre comienza a virar rápidamente de banda a banda mientras los artilleros parecen probar el alza de sus cañones… pregunto por los teléfonos qué está pasando y me contestan que algo está emergiendo… que el radar enganchó un submarino en superficie y están desembarcando… los muchachos me preguntan inquietos si van a “tirar” con las torres porque la torre III se sigue moviendo encima de nosotros… pregunto y desde el otro lado de la línea me dicen que SÍ, que van a “tirar”… y mientras a los gritos les comunico a mis compañeros, ya estoy desconectando los teléfonos… ahí uno de ellos grita “¡Al tambucho!” y nos zambullimos por él hacia el sollado de popa. No hay nadie en el sollado… todos cubren puestos de combate. Por los teléfonos me indican de un submarino a corta distancia y botes que se dirigen hacia la costa. El Bouchard da máquinas avante virando a babor estando anclado, mientras los "chafas" de MS tratan con premura de cobrar la cadena del ancla de estribor, que entonces comienza a ser arrastrada. Se puede advertir esa sensación de movimiento y fuerza del buque en las piernas.
19:25 hrs… llega la autorización para abrir fuego con la batería principal –torres I y II de proa-. En esos momentos las torres I y II se encuentran en posición de operación manual, por lo que aquí cuenta la habilidad y rapidez del operador de sincronizar los cañones de manual a automático para ser guiados por el sistema de control tiro. Y es entonces que las baterías abren fuego sobre un blanco real por primera vez dirigiendo las descargas por aleta de babor, aturdiendo a los muchachos de MS que siguen luchando con el ancla que garrea. El sacudón de las descargas en proa parece potenciarse hacia la popa. El CIAS Francisco Funes que cubría el proyector de erizos de esa banda –detrás de la torre II debajo del puente de mando-, no alcanza a alejarse y es lanzado contra una porta por la onda expansiva de la primera descarga de la torre II. Mientras el Bouchard maniobra, los blancos siguen su avance.
Guiados desde el CIC, los piques de los proyectiles que al principio quedaron cortos, comienzan a caer sobre los blancos. El Comandante ordena al timonel poner proa hacia el punto aún con maniobra de levar ancla sin concluir. Uno de los blancos desaparece de la señal de radar en el centro de los impactos y el resto detiene su avance, cambiando el rumbo en dirección al objeto nodriza de donde se desprendieran en principio.
Si bien hasta antes de comenzado el cañoneo se encontraba de guardia la torre I, es la torre II la que inicia el fuego adelantándose a la primera. El entonces CSAR Mario Kelly apunta en forma manual la torre II y sincroniza con el apuntador automático que coordina ambas torres. Al estar ausentes los servidores de proyectiles (no estaban de guardia y se encontraban fuera de la torre), M. Kelly y su compañero corren cubiertas abajo para proveerse de más proyectiles. Al llegar con las municiones al hombro y cargar los cañones, se produce un alto el fuego. Algunos camadas de control tiro recuerdan que la línea de tiro se acercaba peligrosamente a la posición del ARA Piedrabuena, lo que aparentemente influyó en el cese del fuego.
A las 19:55 hrs. el buque se encuentra con las maniobras de ancla concluidas. Los ecos que tratan de mantenerse en el radar se van perdiendo. Fuera del CIC, varios de los tripulantes esperamos el avance para contraatacar… pero inexplicablemente se interrumpe el cañoneo… los cañones se silencian y el Bouchard se mece al garete… nos preguntamos por la acción detenida. Sólo han sido dos descargas por torre y ha durado todo apenas escasos minutos… muy poco para liberar tanta tensión y frustración acumulada.
Aproximadamente un minuto después de la última descarga, dejo los teléfonos y me asomo por el tambucho… la popa del DEBU apunta al resplandor de la costa y se pueden observar los haces de potentes reflectores que se mueven de un lado a otro como buscando algo en el cielo… parecen las imágenes de un viejo documental de la II Guerra ante un ataque aéreo… es una vista un tanto extraña. Por aleta babor noto pequeños puntos luminosos –como proyectiles trazantes- que se desprenden de la costa en dirección al mar, que sólo duran un momento.
Algunos camaradas recuerdan que un banco de niebla impidió una precisa búsqueda inmediata de rastros o restos de balsas, a pesar de la utilización de los potentes reflectores con que contaba el buque. La búsqueda no arroja resultados positivos y a las 20:40 hs. se da por concluido el rastrillaje y se fondea en el punto de inicio de la acción.
Horas más tarde, ya de día, desde el puente de señales observo por los binoculares fijos en la borda, un vehículo recorriendo el lugar (veo el reflejo de lo que parece ser el parabrisas y polvareda)… no recuerdo si es ese mismo día o al siguiente, que alguien comenta de restos de balsas encontrados en la costa, algo que no me consta si fue confirmado. Sí me queda grabada la sensación de bronca e impotencia al no haber contraatacado ni habernos cobrado por lo del crucero, algo compartido con la gran mayoría de los muchachos con los que hablé del tema. También quedó la impresión -por los comentarios de la supuesta orden impartida desde el Piedrabuena de no abandonar la posición- que de haber sido por nuestro Comandante, seguro que esa noche nos “comíamos” (término que se utilizó entre la dotación) un submarino británico… y que nos privó de esa gran oportunidad el hecho de que nuestro comandante no fuera el más antiguo en el mando de ambos destructores.
En cuanto a la utilización de otros medios contra los blancos, camaradas que ocuparon puestos en el CIC y puente mencionan la posible utilización de un misil Exocet, el que fuera descartado finalmente por la proximidad del Piedrabuena. En ningún momento se hizo mención a la utilización de torpedos.
Los resultados negativos en la búsqueda posterior a la acción, hace que oficialmente no se reconozca un blanco efectivo logrado por el Bouchard. Y si bien la ARA no reconoce este impacto en uno de los blancos, hay certeza de haber logrado un blanco en la mayoría de los radaristas, que observaron cómo uno de los puntos desaparecía de pantalla de radar en medio del cañoneo. Seguramente se podrá aducir que elementos existentes en la época, en cuanto a la guerra electrónica pudieron recrear objetos señuelos para desconcertar los sistemas convencionales –y por qué no obsoletos- del DEBU, no puedo obviar que entre la flota contábamos con un muy buen nivel de operadores de radar y sonar, más allá de la diferencia tecnológica entre la ARA y la Royal Navy. Y no es menos importante acotar, que la artillería del Bouchard había ganado en 1978 en los Ejercicios de Combate Radar los premios La Prensa y Armada Argentina. Y en los ejercicios de 1979 el premio Sáenz Valiente. Ese desempeño en tiempos de paz, más allá del tiempo transcurrido hasta ese 16 de mayo, brindó el suficiente aplomo y confianza a la dotación del Bouchard, a la hora de dirigirnos hacia la flota británica el 1ro de mayo.
Se ha echado mano a los recuerdos y aportes varios, tanto desde datos del libro del buque mencionados en bibliografía referida a la ARA, como de anotaciones de oficiales exhibidas en las actuales reuniones de la dotación del D-26. De todas estas fuentes se toman las partes que coinciden en tiempo y situación, con la mayoría de los relatos. En cuanto a la ubicación geográfica, también debo apoyarme en datos mencionados por quienes integraran la Plana Mayor, los que indudablemente por su condición de personal de alto rango, han tenido acceso a datos que al resto de la tripulación le resulta difícil de encontrar por razones –digamos- lógicas.
Tanto los horarios como los datos de posición de las unidades involucradas, fueron extraídas de las siguientes fuentes, según los escritos del oficial que aportara estos datos.
Libro Historial del buque Destructor ARA "Bouchard" pág.467
Datos obtenidos del diario de guerra del Destructor ARA "Bouchard" Folio 77 y subsiguientes del Informe Operaciones Atlántico sur, Carpeta Nº 12, Destructor ARA "Bouchard".
Libro de navegación del Destructor ARA "Bouchard" Singladura 3 de Zona de Operaciones a Río Grande del día 16 de Mayo.
Del informe del Comandante del Destructor ARA "Bouchard".
ARA Bouchard – www.histarmar.com.ar
Con esta acción, para las fuerzas argentinas finalizaba la primera etapa de la Operación Mikado. Y el ARA Bouchard pasaba a ser una pieza importante en el desarrollo de los planes de la operación británica y también del transcurso de la guerra, ya que gracias a esto, las escuadrillas aéreas argentinas de Río Grande –entre ellas principalmente las de Super Etendart- pudieron continuar con sus misiones hasta el alto el fuego. Como bien expreso, esto fue el inicio de la Operación Mikado… el viejo Bouchard por esas cosas del destino se vio involucrado en ella hasta su culminación. Pero bueno, amigos míos… vuestra página está dedicada a los submarinos y aquella historia continúa con protagonistas de otros “estratos”. Un saludo a todos en nombre de http://elgloriosobouchard.com.ar
Adalberto D. Álvarez
MIMS. VGM.
elSnorkel.com
hi, new to the site, thanks.
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