Por Alberto Buela (*)
Así, Duhalde después del cagadón que se mando con Kirchner sigue hablando y propone a Lavagna; Massa ya viajó a Usa para recibir la bendición a su candidatura; Pichetto se subió al carro triunfal del abortismo, a la sanción de la extinción de domino pero sin tocar los bienes robados y al no desfuero de Cristina; Urtubey, también abortista, pasando por todos los medios que poseen la masonería y el sionismo; Solá, otro abortero, sin recordar que fue él cuando ministro de agricultura de Menem quien entregó las riquezas pesqueras a los barcos chinos, coreanos y españoles; los eternos candidatos como Mussa y Labaqué que no representan a nadie; el partido justicialista, después de la fallida intervención de Barrionuevo, quedó al servicio del partido Unión Ciudadana de la doctora; la CGT sin conducción y partida en varios grupos; las 62 organizaciones peronistas dividida en tres partes y sin constituirse aun.
En fin, un aquelarre.
Todos andan buscando candidatos, pero el poncho no aparece. Yo creo que el sujeto político del peronismo es el pueblo y sus necesidades y no los candidatos, y que, por lo tanto, se tiene que buscar constituir un frente con un programa mínimo de entendimiento que permita la convergencia de distintos sectores. Y el desarrollo posterior de ese programa nos dará el candidato en aquel que mejor lo desarrolle y lo despliegue en sus partes.
Eso sí, yo ya tengo dos candidatos a vicepresidente: la rosarina María Eugenia Bielsa, que fue vicegobernadora de Santa Fe y diputada provincial y a la chaqueña Graciela Camaño, ex ministra de trabajo y diputada nacional.
Reitero, el peronismo no tiene que buscar candidatos a presidente sino, primero converger en un frente con un programa de mínima que tenga al pueblo y sus necesidades como sujeto, y, recién después, sobre el mejor desarrollo de los puntos programáticos, buscar al mejor candidato.
(*) arkegueta, aprendiz constante
buela.alberto@gmail.com