Editó:
Diego Mazzieri
“SI EVITA VIVIERA SERÍA COMPAÑERA: EL QUE HACE
EVITISMO, ES ANTI PERONISTA Y "ANTI EVITA"
FRAGMENTO
DEL LIBRO: "NI YANQUIS, NI MARXISTAS ¡PERONISTAS!", ed. Anti
sinárquicas, segunda edición.
Fracasados
los intentos por justificar lo infundado, desde 1973 comenzó una nueva
intentona para ocultar los pelos que heredaron los jóvenes al haber sido hijos
de los más grandes de los primates herbívoros (los gorilas), conato que hasta
el día de hoy siguen esgrimiendo impunemente y sin vergüenzas de pecar en lo
ridículo: crearon el Evitismo. Así pretendieron y pretenden hacernos creer que
ellos fueron Peronistas defensores de las banderas levantadas por Eva Perón.
Sus criminales acciones durante los gobiernos constitucionales de 1973 y casi
dos años y medio subsiguientes, respondían al mandato de Evita que esgrimía
“¡La Vida por Perón!”. Perón, con su astucia discursiva volvió a “bajar línea”
al decirles: “por un lado gritan ¡Viva Perón!; y por el otro están esperando ¡que
se muera Perón!”
Era
una realidad patente imposible de ser mejor sintetizada.
La
única verdad, o sea la realidad según la filosofía aristotélica tan citada por
el General Perón, y que tiene plena vigencia aun en estos días de gobiernos
“cuestionados”, es que “quien hace Evitismo está haciendo antiperonismo”. Una
realidad a secas. Eso no implica significar que quien homenajea a Eva Duarte de
Perón, sea antiperonista desde un análisis puramente tautológico, de ninguna
manera. Quiere decir que los intentos por “divorciar” políticamente a un
matrimonio civil y político con inconfesables fines de tergiversar la historia
del Peronismo y con meras estrategias de “entrismo”, eso es propio de un
sistemático plan gorila que lo venimos experimentando desde hace treinta y nueve
años.
Los
“evitistas” (tal vez subrepticiamente son acólitos del lema “Evita el
Peronismo”, disfrazado de reivindicaciones genuinas a la segunda esposa de
Perón), olvidan el profundo catolicismo de Evita, o sus misiones y
reivindicaciones conexas a la España del Generalísimo Francisco Franco. John
William Cooke, pionero en el “Evitismo”, pedía a Perón que resida
definitivamente en La Habana castro – comunista, porque no estaba bien visto
que conviva en Madrid con el dictatorial régimen franquista. Omitía Cooke
manifestar que Franco al lado de Castro y de todo el genocida régimen marxista
a lo largo de la historia, era un angelito. Nadie puede negar por lo menos,
excepto desde pasiones infundadas, que España siempre fue más popular y democrática
que la totalitaria Cuba o la Unión Soviética. Además Cooke también olvida muy a
propósito, las reivindicaciones y homenajes surgidos de los propios labios de
Eva Perón, sin aparentar su voluntad viciada, hacia la persona de Francisco
Franco.
Por
otra parte, nadie podía negar las constantes y permanentes reivindicaciones,
homenajes y reconocimientos, que hacía Perón cada 12 de octubre.
Asimismo,
hemos relatado anteriormente que Evita, describía
al marxismo como un “peligro”, en 1951 sito en la Escuela Superior de
Guerra: “Ante el peligro comunista y
antes de que el Pueblo lo aceptase como solución desesperada, Perón tomo en sus
manos la tarea inmensa de hacer en la Argentina una cosa nueva, porque Perón es
de los hombres a quienes les gusta andar por los caminos nuevos a diferencia de
otros a quienes les gusta siempre caminar sobre las cosas hechas. El grupo
grande se conforma con un éxito, mientras que el grupo pequeño no se conforma
sino con la gloria...”
Así
también, la por siempre genuina Jefe Espiritual de la Nación, Evita Perón,
opinaba sobre el comunismo:
“un día me asomé
por curiosidad que derivaba de mi inclinación (por la justicia), a la prensa
que se decía del pueblo.
Buscaba una
compañía. ¿No es acaso la verdad que casi siempre en los libros y diarios que
leemos buscamos más una compañía que un camino para recorrer o una guía que nos
conduzca?
Por eso tal vez
leí la prensa de izquierda de nuestro país, pero no encontré en ella ni
compañía, ni camino, ni menos quien me guiase.
Los diarios del
pueblo condenaban, es verdad, al capital y a determinados ricos, ricos con
lenguaje duro y fuerte, señalando los defectos del régimen social oprobioso que
aguantaba en nuestro país.
Pero en los
detalles y aun en el fondo de la prédica que sostenían, se veía fácilmente la
influencia de ideas remotas, muy alejadas de todo lo argentino, sistemas y
fórmulas ajenas de hombre extraños a nuestra tierra y a nuestros sentimientos.
Se veía bien claro que lo que ellos deseaban par el pueblo argentino no vendría
del mismo pueblo. Y esta comprobación me puso de inmediato en guardia…
Me repugnaba
asimismo otra cosa: que la fórmula para la solución de la injusticia social
fuese un sistema igual y común para todos los países y para todos los pueblos y
no podía concebir que para destruir un mal tan grande fuese necesario atacar y
aniquilar algo tan natural y tan grande también como es la Patria.
Quiero aclarar
aquí que hasta no hace muchos años, en este país, muchos dirigentes sindicales
a sueldo consideraban que la Patria y sus símbolos eran prejuicios del
capitalismo, lo mismo que la religión.
Sospeché que
aquella gente trabajaba más que por el bienestar de los obreros, por el
debilitamiento de la nación en sus fuerzas morales.
No me gusto el
remedio para la enfermedad.”
Esto,
sumado a que los izquierdistas contra el mandato de la propia Eva Perón,
combatían los proyectos políticos de su marido, nos revela la única verdad: “SI
EVITA VIVIERA ¡SERÍA COMPAÑERA!”
Decía
también Evita: “Luchamos por la
Independencia y la soberanía de la Patria, por la dignidad de nuestros hijos y
de nuestros padres, por el honor de una bandera, por la felicidad de un pueblo
escarnecido y sacrificado en aras de una avaricia y un egoísmo que no nos han
traído sino dolores y luchas estériles y destructivas. (…)
Soy peronista
por conciencia nacional, por procedencia popular, por convicción personal y por
apasionada solidaridad y gratitud a mi pueblo, vivificado y actuante otra vez
por el renacimiento de sus valores espirituales y la capacidad realizadora de
su Jefe, el General Perón.
Esta es la
definición de un peronismo auténtico, que tiene su raíz en la mística
revolucionaria. (…) Lealtad de todo un
pueblo que siente que en su alma no cabe la traición, y cuando la sospecha pasa
como una sombra hay un solo grito: ¡La vida por Perón!”
Una
vez más, Eva ratificaba seguir el humanismo cristiano, discriminando todo
materialismo dialéctico y toda clase de elitismo propio de minorías iluminadas.
Por ello una vez más, Montoneros
deberían enrolarse en el concepto de traidores. Sin más, sin menos, sin
peros.
No
hay forma de concebir a Evita sin Perón. Ella misma enseñó eso:
"¡Si, soy
peronista!, fanáticamente peronista pero no sabría decir que amo más: si a
Perón o a su causa; que para mí, todo es una sola cosa, todo es un solo amor; y
cuando digo en mis discursos y en mis conversaciones que la causa de Perón es
la causa del pueblo, y que Perón es la Patria y es el pueblo, no hago sino dar
prueba de que todo, en mi vida, está sellado por un solo amor". Es que solamente
los fanáticos -que son idealistas y son sectarios- no se entregan. Los fríos,
los indiferentes, no deben servir al pueblo. No pueden servirlo aunque
quieran.”
Y
Eva anticipadamente terminará por bajar línea a los futuros “entristas” del
Movimiento:
“Para que no
haya luchas de clases, yo no creo, como los comunistas, que sea necesario matar
a todos los oligarcas del mundo. No, porque sería cosa de no acabar jamás, ya
que una vez desaparecidos los de ahora tendríamos que empezar con nuestros
hombres convertidos en oligarcas, en virtud de la ambición, de los honores, del
dinero o del poder. El camino es convertir a todos los oligarcas del mundo:
hacerlos pueblo, de nuestra clase y de nuestra raza. ¿Cómo? Haciéndolos
trabajar para que integren la única clase que reconoce Perón: la de los hombres
que trabajan.
El trabajo es la
gran tarea de los hombres, pero es la gran virtud."
Por
último, Eva Perón deja en claro sobre la distancia metódica entre el marxismo y
el Justicialismo: “Para nosotros Marx es
un propulsor. Ya he dicho que vemos en él a un jefe de ruta que equivocó el
camino, pero jefe al fin.
Como conductor
del movimiento obrero internacional, los pueblos del mundo le deben que les
haya hecho entender que los trabajadores deben unirse.
Es interesante
destacar que Marx, como conductor de las primeras organizaciones obreras,
interpretó el sentir de las masas, y por este hecho le debemos considerar como
un precursor en el mundo.
Su doctrina, en
cambio, es totalmente contraria al sentimiento popular.
Solamente por
desesperación o desconocimiento de la doctrina marxista pudo el comunismo
difundirse tanto en el mundo; se difundió más por lo que iba a destruir que por
lo que prometía construir.”
Una
vez más, se demuestra que Eva es “De Perón”. Porque lo dice su unión marital en
el apellido. Porque lo dice la causa por la que trabajaban. A tal punto esto
era tan notorio, que fue expuesto hasta por los intelectualoides más anodinos:
“La
consigna ‘Si Evita Viviera Sería
Montonera’ es incorrecta. Primero: porque era foquista. Porque
sobrevaloraba la acción de los grupos violentos. Porque los consideraba la
‘vanguardia’ del pueblo peronista. Segundo: porque separaba a Evita de Perón.
Porque era una consigna ‘evitista’. Porque si Evita era montonera, entonces estaba
en Argentina, con los montoneros, y no en Madrid con Perón. Y si ser montonero
era el lugar más arriesgado en la lucha, en la ‘vanguardia, entonces Evita si
lo estaba y no Perón. De aquí a caer en el ‘gorilismo evitista’ había un paso
(…) que muchos dieron.”
Pregunta
1: ¿También la zurda creerá que las palabras de Eva Duarte de Perón al
Generalísimo Francisco Franco, fueron porque
ella estaba “entornada” por Perón?
Pregunta
2: ¿POR QUÉ A DIFERENCIA DEL ANTIGUO BILLETE, AHORA EVA PERÓN APARECE AHORCADA
CON ESTRELLAS DE DAVID SUBLIMINALES? (“SOGA” MÁS ARRIBA DEL PESCUEZO)