Es que Analía ha sido una de las gestoras de la agrupación de izquierda denominada “Historias Desobedientes”, integrada por hijos e hijas de miembros de las Fuerzas de Seguridad que lucharon contra el terrorismo en los años '70. Estos vástagos aviesos han “rechazado” a sus padres llegando algunos incluso a cambiar su apellido. Para el ex Comisario Kalinec esto es motivo para iniciar una causa con el objeto de desheredar a su “hija”.
En su demanda, el ex Comisario manifestó que Analía ha cometido injurias y calumnias tanto contra él como contra su difunta esposa. “Ha atentado contra el honor de su madre y del cónyuge de su madre, o sea, yo”, alegó.
La abogada de la denunciada, Cristina Montserrat Hendrickse, explicó que “según la ley argentina, nadie puede ser desheredado. Existe la figura de indignidad para casos extremos, como el abandono de un hijo o si un cónyuge mata a otro. En ese caso no puede heredarlo, pero no es para resolver este tipo de diferencias”, agregó.
Por su parte, Analía ha alegado que todo lo que ella ha dicho a la prensa “no fue usado para condenar a su padre. Principalmente porque la ley argentina lo prohíbe”.
Además de rechazar todas las acusaciones, esta “hija” ha declarado: “Niego el honor de mi padre ya que no me consta el honor de una persona con condena judicial firme por 'crímenes de lesa humanidad'. Pero sobre todo niego que repudiar 'crímenes de lesa humanidad' constituya un accionar ilegítimo que acarree consecuencias patrimoniales”, agregó.
Naturalmente, sus colegas de “Historias Desobedientes” respaldaron a esta mujer. En un “comunicado” sostuvieron que “en una nueva e inédita demostración de la falta de arrepentimiento, negacionismo y ausencia de responsabilidad subjetiva se observa el cinismo y el descaro con que se pretende penalizar a una hija en el fuero civil por distanciarse del pensamiento genocida del padre”.
EL RELATO
Según la parodia judicial en la que fue condenado a prisión perpetua, Kalinec “llevó a cabo secuestros, torturas y homicidios en tres centros clandestinos de detención”.
Tras el regreso de la democracia su apellido no apareció en la lista de perseguidos políticos, pero tiempo después, los integrantes del “curro” de los ddhh habrían deducido que era la misma persona que varios subversivos detenidos identificaban como el “Doctor K”.
Según la parodia judicial en la que fue condenado a prisión perpetua, Kalinec “llevó a cabo secuestros, torturas y homicidios en tres centros clandestinos de detención”.
Tras el regreso de la democracia su apellido no apareció en la lista de perseguidos políticos, pero tiempo después, los integrantes del “curro” de los ddhh habrían deducido que era la misma persona que varios subversivos detenidos identificaban como el “Doctor K”.
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