domingo, 22 de febrero de 2009

Servicio de conscripción

Ante la falta de límites, descontrol, agresividad y valores ciudadanos por parte de nuestra juventud, algunos sectores de la sociedad se han manifestado expresando el deseo de reinstalar el Servicio Militar.

Por Jorge Cardoso


Las causas por las que se quitó esa institución, que llegó a ser centenaria, se relacionan con el abuso a que fue sometido un conscripto que determinó su muerte, (Caso Carrasco); a la ausencia de una clara política de defensa nacional y al sistema de reclutamiento que favorecía, por obra del azar, que algunos ciudadanos (en verdad unos pocos) sean incorporados y otros, la mayoría no. Estos últimos festejaban y se burlaban de aquellos a los que les tocaba cumplir con el servicio. En tales condiciones, los que eran alistados sentían la obligación militar como una forma injustificada de constreñirlos y privarlos de trabajos rendidores.

En verdad no disgustaba tanto a los conscriptos el oficio de las armas, pero sí el casi nada de aprendizaje en lo militar, pues lo que los deprimía efectivamente del cuartel era la cantidad de plantones, servicios de mozos, camareros, ocupaciones en el Detall y otras actividades no "guerreras" que ocupaban la mayor parte del tiempo. En el fondo los conscriptos no sufrían por estar integrados en el Ejército; lo hacían por no hacer lo que se suponía (prepararse para la guerra) no obstante la sumisión que debían.

Por ello, de avanzar en el sentido de reinstalar el servicio, se debería adoptar una serie de medidas que busquen corporizar su finalidad estrictamente militar: intensificar entrenamientos, generalizar métodos formativos empleados con éxito en las tropas especiales (comandos, paracaidistas, buzos, cazadores de montaña, etc.) que dejan poco lugar a actividades no específicas. Se trata de formar soldados-ciudadanos que sean a la vez, responsables y capaces, gracias a una formación centrada en el desarrollo de aptitudes físicas, cualidades defensivas, virtudes ciudadanas y espíritu de cuerpo.

Tal cumplimiento implica firme voluntad política traducida en hechos; en esfuerzo presupuestario apropiado, vale decir, importante.

Así se podría establecer un servicio militar diferenciado que comprendería un servicio nacional reducido a seis meses para todos los jóvenes argentinos asegurándoles una formación militar con base moral y técnica y un servicio voluntario que aportaría una mayor especificidad en el manejo de los materiales. Tal solución introduciría en la actual sociedad hedonista, desapegada a las normas y permisiva, valores tales como el desinterés, el sacrificio, el espíritu de defensa en la sociedad y civismo. Debemos tener en cuenta que para defenderse no hacen falta sólo medios y entrenamiento. Hace falta voluntad.

El país contaría con adecuadas reservas de ciudadanos capacitados que podrían ser movilizados en caso de que la patria peligre. Hoy no las tenemos.

La institución militar desempeñaría en la sociedad un papel eminentemente ético y defensivo. Escuela de formación ciudadana. Así la Argentina debería esforzarse en dotar a los diferentes componentes de sus fuerzas armadas, de los medios necesarios para el cumplimiento de su misión: contribuir a la defensa de la región y a la paz mundial, asegurar la independencia nacional y salvaguardar los intereses de su extensa plataforma.

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