sábado, 21 de febrero de 2009

Amenazas (I)

El régimen, en su afán mediático de demostrar que sirve, cuando la realidad lo desmiente, ha cambiado hasta las formas y maneras de llevar estadísticas e índices y alega que todo ha bajado. A simple vista luce como una falacia.

Por Nelson Maica C

El presente gobierno llego al poder en 1999 basándose principalmente, según sus propios discursos y afirmaciones, en los votos de los “desposeídos”, de los “marginados”; en el voto de los “pobres”, de los “abandonados”, de los “resentidos” de la cuarta republica; en una supuesta “clase social desmejorada y olvidada”; en “una parte de la población dejada a un lado” por la maquinaria política y económica de la cuarta republica.

A diez años de gestión del presente régimen, 1999-2009, supuesto salvador de los abandonados y con todos los dineros y recursos del mundo, no debería haber, en estos momentos, abandonados de ningún tipo. Ni excluidos. Ni listas tascon. Ni listas de ningún otro tipo. Ahora, hay, además, firmantes.

¿De donde han salido, entonces, luego de diez años los actuales y presentes abandonados? ¿Se siente amenazado el gobierno actual, luego de diez años de gestión a favor de los abandonados, por los actuales abandonados? ¿Se siente la sociedad civilizada amenazada por los actuales “abandonados”? ¿Acaso el gobierno de turno es una maquina de producir “abandonados”? ¿Según reciente mensaje, 13/01/09, a la AN y/o sesión de cuenta cuentos, aquí no hay abandonados ni niños en la calle? ¿Los que están hoy en la calle deben ser virtuales y/o mediáticos, entonces? ¿Los que protestan y trancan las vías en todo el territorio nacional casi todos los días con reclamos al gobierno también son virtuales, mediáticos, alienígenos?

¿Quiénes son los abandonados, ahora? Son todos aquellos ciudadanos, todas aquellas personas, todos aquellos individuos a los cuales el gobierno no atiende, no les sirve, no les facilita, de acuerdo a los principios universales, constitucionales y legales, todas las posibilidades de vivir, de vivir con libertad, tener seguridad y paz, adquirir, disfrutar y usar sus propiedades, comerciar libremente y pleno derecho a acceder a todos los cargos de gobierno y representación popular, alternar periódicamente el gobierno y resistir y oponerse a la represión, dictadura, usurpación y a la tiranía.

¿Dónde están y cuantos son los abandonados de ahora? Bajo este régimen unipersonal (porque decide y ordena una sola persona) y dictatorial (porque las ramas del poder publico le obedecen ciegamente) y mediático (porque es dueño de la mayoría de medios de comunicación masiva y controla y emite señal en cadena cada vez que le da la “puntada”) es casi imposible tener una cifra con cierta credibilidad. Todo dato es adulterado en beneficio y provecho de la propaganda a favor del régimen. Hasta tiene encuestadoras para tratar de validar sus guarismos. ¿Vamos en igualdad de condiciones a elecciones?

Datos anteriores al régimen y extrapolaciones hacen suponer que los abandonados ahora están por el orden del 45 % de la población. Regados por todo el país, pero en mayor proporción en los centros más poblados, donde se han concentrado en busca de oportunidades. Grandes ciudades, grandes mercados informales, grandes depósitos de basura y gran cantidad de abandonados deambulando por las calles y durmiendo en cualquier sitio.

Los niños de la calle, luego de 10 años de gestión del gobierno en su favor, ahora son adultos; ahora, aparentemente en Caracas, observamos adultos vagando y durmiendo en las aceras y hasta son entrevistados por radio y televisión. Crecieron los niños. Aquellos cuya edad hace 10 años era de 10 años, ahora tienen 20 años; pero siguen en la calle.

¿A dónde fue a parar el dinero que supuestamente se destinó para sacarlos de la calle porque sino el gobernante de turno se quitaba el nombre y/o renunciaba? ¿Quién y en dónde se llevan esas cuentas? ¿Dónde se pueden constatar esos gastos? ¿Dónde están y quien es el responsable de los registros correspondientes? ¿A quien le toca verificarlos e informarlos al pueblo? El pueblo tiene todo el derecho de exigirlos y de conocerlos y de constatarlos. El gobernante de turno cuenta cuentos no los ve por ninguna parte pero el pueblo convive con ellos.

El régimen, en su afán mediático de demostrar que sirve, cuando la realidad lo desmiente, ha cambiado hasta las formas y maneras de llevar estadísticas e índices y alega que todo ha bajado. A simple vista luce como una falacia.

Con un argumento intimidatorio y ayudado por la dictadura mediática y cadenas de todos los medios de comunicación, hace piruetas para mostrar lo contrario; incluso, ayudado por gráficos y cifras de organismos y técnicos, sumando extranjeros, como todos sabemos, cuyos sueldos tienen un significativo e inmediato componente en dólares provenientes del petróleo venezolano.

El cinismo, además, es mayúsculo: va a misa y lee salmos; pero tiene presos políticos, permite la matanza diaria de personas, presuntamente protege a la guerrilla y al narcotráfico y, supuestamente, a los del medio oriente; no respeta el triunfo de sus oponentes, es intolerante, envía a sus “falanges” impunes a atacar a los medios de comunicación privados (caso globovisión el 01/01/09) y a los periodistas y opositores (caso AN, caso alcaldía metropolitana, casos en la plaza bolívar en caracas, etc.) e Iglesias; pero va a misa y encadena los medios para que “el mundo” lo vea en misa, quiere evitar la sanción moral de la iglesia católica y sus fieles. Cínico. Se presenta como el dueño de la verdad. Poco le falta para decir que es también Jesucristo, el hijo de Dios, pues. Aparentemente se esta pareciendo y/o esta tratando de imitar a Stalin, Hitler, Mao, Fidel, Gómez, PJ, etc. Sobre todo a Mao hasta en lo de agente externo.

Otra impresión, vista la frecuencia y extensión de las manifestaciones protagonizadas por los supuestos abandonados y, además, su vestimenta roja y consignas, es que el gobierno ha perdido control sobre esos supuestos abandonados; pero por su simbología externa y cabezas visibles, incluyendo extranjeros con acento cubano y vehículos oficiales y “vista gorda” de toda la fuerza bruta, lucen, en algunos casos, como “mandados y pagados” por el propio gobierno. ¿?

Pero, independientemente de esas impresiones, eso coloca a los supuestos abandonados de hoy como una especie de “bomba humana” de tiempo, cuyas manifestaciones se han incrementado, en los últimos diez años, como se ha podido observar en las “trancas”, sobre todo en autopistas, que de seguir creciendo, de seguro, en corto tiempo, colapsarían el país. ¿Es un ensayo para los mecanismos de control ordenados desde la isla? ¿Se prepara un significativo aumento de la tiranía, tipo comunista?

A esto hay que sumarle la complacencia de todos los organismos de fuerza bruta publica; antes de 1999 para reprimir y, ahora en 2008, para no reprimir el crimen, de todo tipo, la impunidad, la presencia guerrillera y terrorista mundial, la asociación con países cuna y exportadores de criminalidad, droga, el eje del mal mundial y, desafortunadamente e inexplicablemente a simple vista, la ausencia de una “autentica” reacción de la población (todos los grupos y fuerzas sociales y económicas) y su “dirigencia” (todo aquel que ejerce liderazgo) e “inteligencia” (todos sus pensadores, creadores y maestros), de esta supuesta sociedad civilizada.

Cabe la pregunta: ¿es una bomba humana de doble propósito? ¿Le servirá al gobierno para justificar en un momento dado alguna medida extrema comunista, la excusa conveniente y necesaria? ¿Es una política del gobierno, tal como se hizo en la Urss, Alemania nazi y en la China de Mao y en la Cuba de Fidel, aliarse con los “bandidos”, usar a los “bandidos” para eliminar a los líderes opositores, intimidar y chantajear a la población e imponer el socialismo, comunismo-marxismo, colectivismo, mas rápido y luego “salvar” a la sociedad eliminando a los “bandidos”? ¿Es un entrenamiento? ¿Es para medir la reacción de la población? ¿Se acerca la declaratoria del país comunista, opresor, esclavista, despótico, usurpador y tiránico, mas de cuanto ya es?

Ese conjunto de “cosas”, como dice el pueblo, el ciudadano, la persona, para hacerse entender sin comprometerse, ha trasmitido a la sociedad, en su conjunto, en general, una fuerte sensación de inseguridad que coloca, actualmente, a los ciudadanos, a esta sociedad civilizada, en una especie de “estado permanente de zozobra”, muy peligroso y, al gobierno, visto por la población, como un gobierno tránsfuga, traidor y de fracaso; fracaso total, incapaz, incluso de no garantizar la seguridad de la vida y la paz de la Republica mucho menos de recoger y procesar la basura. Un gran fracaso.

¿Qué actitud puede asumir un venezolano ante un gobierno de diez años y fracasado y que lo encamina hacia la ruina, hacia la esclavitud?
Siente miedo, le produce miedo, lo paraliza, de primera mano. Luego, mas calmado, piensa en ¿que hacer? y en los gobiernos de los países limítrofes y se pregunta ¿también son un fracaso? ¿Para donde voy si tengo que salir de aquí para conservar la vida? ¿Todavía duda y se pregunta a cada momento: si este gobierno hará lo mismo que hizo la guerrilla socialista, comunista, colectivista, fidelista, que acabó con Cuba hasta el punto de vivir, hoy, de la dadiva internacional y de explotar la población alquilándola a otros países como esclavos, como los antiguos “negreros”, bajo el disfraz de misión humanitaria y solidaria, pero quien cobra esos servicios es el gobierno y en dólares norteamericanos? ¿Habrá conflicto bélico interno y externo? ¿Se convertirá Venezuela en un refugio y plataforma de la delincuencia de todo tipo y calaña, del terrorismo y de la droga y en manos de una pandilla delincuencial o ya lo es? ¿Estamos ante una seria y/o simple amenaza? Al final tendrá, necesariamente que concluir: debe agruparse y salir a combatir, con todo, a la “pandilla” que pretende esclavizarnos y “negociarnos” con la “canalla mundial”.

“Me afecta cualquier amenaza contra el hombre, contra la familia y la nación. Amenazas que tienen siempre su origen en nuestra debilidad humana, en la forma superficial de considerar la vida”
Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia católica.


Caracas, Venezuela

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