Bajo estricto secreto se llevan adelante los preparativos en el Congreso y la Casa Rosada para la apertura del período 127 de sesiones legislativas a celebrarse este domingo 1 de marzo. El rol que los Kirchner le permitirán a Julio Cobos es todo un misterio. ¿Se animarán a romper el protocolo que se respeta desde 1983, el retorno de la democracia?
En la Casa Rosada y el Congreso de la Nación se preparan a contra reloj y en el más hermético de los secretos los preparativos para la apertura del período 127 de sesiones legislativas a celebrarse este domingo 1 de marzo.
Se trata del encuentro obligado entre Cristina de Kirchner y el vicepresidente Julio Cobos, con quien no se cruza desde fin de año, cuando coincidieron en un acto en la Basílica de Luján por el aniversario de la mediación en el Canal de Beagle y, pese a estar ubicados muy cerca, ni se saludaron.
Según establece la Constitución Nacional el titular del Senado recibe a las 11:00 a la mandataria en las escalinatas ubicadas sobre la avenida Entre Ríos y, posteriormente, la acompañará hasta el recinto para que realice frente a los invitados y ambas cámaras el discurso que formulará ante la Asamblea Legislativa. Se trata de un gesto simbólico: el nexo entre el Ejecutivo y el Legislativo acompaña al Presidente al salón azul. Esta es una ceremonia que los primeros mandatarios respetan desde el regreso de la democracia en 1983. ¿Lo respetarán los Kirchner esta vez?
Luego, ya en el recinto, el titular del Senado -en este caso Cobos- se sienta a la derecha del representante del Ejecutivo, y el titular de Diputados -en este caso Eduardo Fellner- se sienta a la izquierda del Presidente. ¿Habrá una postal de los tres sentados juntos, como sucedió el año pasado?
Aún no se sabe. Es que en el Congreso el clima está caldeado. Porque según se supo, Cobos -como responsable del Senado- no recibió hasta la fecha la orden emitir las invitaciones para los distintos representantes de la sociedad que suelen asistir.
Tampoco recibió el discurso de la Presidente para emitir copias en la imprenta del Congreso que habitualmente son repartidos entre los presentes.
Al parecer, quien se estaría ocupando de los detalles por pedido de la Presidente sería el titular de la Cámara de Diputados, Eduardo Fellner. Sin embargo no hay información oficial acerca de los preparativos, lo que levanta suspicacias de todo tipo dentro del Congreso.
Este será el segundo discurso que brinde la mandataria a los legisladores tras asumir el 10 de diciembre de 2007, en el que seguramente realizará un balance del último año de gestión y planteará los ejes centrales de la política del Gobierno para los próximos meses.
Hace un año atrás, -aún no se había desatado el conflicto con el campo- la Presidente convocó al "Acuerdo del Bicentenario" en su discurso inaugural del Congreso, con sectores de la política y la economía, representantes sociales y empresarios, entre otros. El acuerdo es todavía una promesa incumplida.
Además, Cristina se parará frente a un Congreso complicado. El panorama para el kirchnerismo comenzó a complicarse luego de que cuatro senadores y tres diputados abandonaran las bancadas kirchneristas, de cara a las elecciones Legislativas en octubre.
En los últimos días quedó conformado un nuevo bloque en el Senado de la Nación. Se llama “Justicialista 8 de octubre” y es integrado, por el momento, por los senadores Juan Carlos Romero y Sonia Escudero, ambos representantes de la provincia de Salta.
Nunca antes -ni en los difíciles tiempo de Carlos Menem y Carlos Ruckauf- se vivió un clima tan hostil es este tipo de ceremonias protocolares. Vale recordar cuando en su primera inauguración Kirchner, peleado con Daniel Scioli, evitó darle la mano.
El interrogante es: ¿Van a violar los Kirchner el protocolo? y además, ¿Qué lugar le van a dar al vicepresidente de la Nación?
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