El 37,5% de los chicos y jóvenes menores de 18 años que habitan los centros urbanos de la Argentina -es decir, algo más de 6,29 millones-viven en la pobreza.
Por Silvia Stang
La estadística marca la realidad de carencias que sufren las familias que, aun tras seis años de crecimiento de la economía, están hoy al costado del camino. Más preocupante es el dato cuando se tiene en cuenta que la actividad pisa cada vez más fuerte el freno, con las consecuencias negativas que eso trae sobre los niveles de empleo y de ingresos.
El dato citado surge de un informe elaborado por el Instituto de Estudios y Formación de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), que dirige el economista y diputado Claudio Lozano, y basado en datos de técnicos desplazados del Indec. Las estimaciones señalan que entre los menores pobres (viven en hogares donde los ingresos están por debajo del valor de compra de una canasta de bienes y servicios básicos), hay 3,13 millones que, además, son indigentes. Esto significa que el dinero recibido por la familia no llega siquiera a cubrir una canasta de alimentos con la cantidad indispensable de calorías.
Casi la mitad de estos chicos, 1,4 millones, viven en la provincia de Buenos Aires, donde la pobreza entre los menores muestra un índice del 37,7% y la indigencia alcanza el 16,8%, según cálculos a octubre.
Las provincias con una realidad más dramática son las de Chaco, Santiago del Estero y Formosa. En esos territorios, más de la mitad de los menores de 18 años son pobres, y alrededor de un tercio sufre hambre en sus casas. En la ciudad de Buenos Aires, en tanto, las tasas son del 23,9 y del 10,1%, en cada caso.
Los recursos sociales
El trabajo del centro de estudios de la central sindical tiene una fuerte crítica a la distribución de recursos que disponen las políticas públicas. Señala, por caso, que el actual esquema de asignaciones familiares del sistema de seguridad social -en el que los fondos surgen de contribuciones patronales y llegan a los trabajadores en blanco- deja al margen a 9 millones de chicos. Según el informe, los montos de ingreso por hijo otorgados por planes sociales equivalen prácticamente a un tercio de aquellas asignaciones formales. "Y sólo el 44% de los menores en situación de pobreza acceden a ella", advierte el estudio.
Los índices de pobreza e indigencia se calculan sobre la base de datos de ingresos de los hogares y de la evolución de los precios. Como desde enero de 2007 el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) está envuelto en una crisis de credibilidad por manipulación de los datos de evolución de precios, están también cuestionadas las estimaciones oficiales sobre la realidad social. Por eso, el informe comentado se basa en un cálculo propio de la inflación, que determina tasas bastante más moderadas que las calculadas por otras investigaciones privadas.
La Sociedad de Estudios Laborales (SEL) había estimado para el primer semestre del año una pobreza superior al 31% en toda la población urbana. Según la CTA, ese índice es del 26,5%, y el de indigencia, del 11,4 por ciento. Para el Gobierno, las tasas son del 17,8 y del 5,4%, respectivamente.
La Nacion
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