El chavismo se mueve a la vista de todos. Y hace sentir su presencia en la Argentina en tres campos: ideológico, financiero y social.
Por Daniel Gallo
No es azaroso el orden en el cual se consignaron los tres teatros de operaciones en el que se tejieron las alianzas locales del eje que lleva a Caracas. Cada etapa cumplida permite a la red transnacional influir sobre más actores argentinos que, en principio, estaban fuera de los círculos de lealtades bolivarianas. Hoy los hechos, y lo que admiten los chavistas locales, demuestran que el presidente Hugo Chávez cuenta con una estructura propia en la Argentina capaz de movilizar a 30.000 militantes, puede complicar decisiones de política exterior argentina, colocar en carrera a cargos electivos a hombres que le responden, aferrar al Gobierno a su asistencia financiera y ser la puerta de entrada a negocios para empresas grandes y pequeñas. De a poco, todos los caminos conducen a Venezuela.
La burbuja chavista se encuentra en expansión en la Argentina. Para conocer su sentido habrá que detenerse en la información que la propia embajada de Venezuela entrega en su página web. "En un sentido estratégico se trata de la ruptura de tres monopolios: el ideológico, el mediático y el financiero, creando un estado de cosas que de opciones más amplias a los gobiernos aliados y a las fuerzas sociales y populares". A la definición oficial le siguen las acciones, la diplomacia activa de su embajada.
En el Foro Social de Porto Alegre los chavistas contactaron a Patria Libre (PL), un partido de izquierda radicalizado de mínima expresión electoral a comienzos de esta década, a la Federación Tierra y Vivienda (FTV), conducida por Luis D'Elía, quien encabezaba las protestas con cortes de rutas, y a las Madres de Plaza de Mayo, cuyo sector liderado por Hebe de Bonafini tiene fuerte inserción en el pensamiento del progresismo argentino.
Luego se sumó orgánicamente el Partido Comunista (PC). Ese es el núcleo que aún hoy lleva el peso de la prédica bolivariana, por más que Caracas ya influya también sobre la peronista Confederación General del Trabajo (CGT), en cuya sede de organizan debates impulsados por Venezuela, como el ciclo "Ejército y Pueblo" el año último, los gobiernos provinciales, las entidades agrarias y empiece a acercarse a las Fuerzas Armadas, con intercambios de más de 50 oficiales y visitas reservadas de generales, según confirman fuentes castrenses.
Un golpe táctico favoreció al chavismo. El presidente Néstor Kirchner llegó al poder en mayo de 2003 con una endeble base social propia y los primeros acuerdos los estableció justamente con los grupos ya cooptados (contactados) por Chávez. En las segundas y terceras líneas del Estado se ubicaron rápido hombres relacionados con el chavismo. D'Elía se transformó en un caso emblemático al tener que abandonar su cargo de subsecretario de Tierras por obedecer una orden de Chávez contraria al Gobierno. Después de reunirse en noviembre último con el embajador venezolano Roger Capella, el funcionario-piquetero llevó su apoyo a la embajada de Irán en momentos en que la Justicia pedía la captura internacional de dirigentes de ese país por el atentado de 1994 en Buenos Aires a la mutual judía de la AMIA. D'Elía volvió a sustentar la posición iraní con un viaje a Teherán en febrero último. Al regresar inició gestiones comerciales en favor de Irán, suspendidas debido a la investigación del atentado, con la Federación Agraria Argentina, como lo admitió a La Nacion el titular de esa entidad, Eduardo Buzzi. Este hecho puede marcar el nivel de autoridad y control de Chávez sobre sus redes locales.
Sin embargo, la relación más intensa se da con Patria Libre y sus diferentes desprendimientos, como Barrios de Pie. Dirigentes de ese movimiento argentino están integrados al gobierno venezolano. Uno de sus principales líderes, Jorge Ceballos, es secretario de Estado en el Ministerio de Desarrollo Social argentino y también integra el secretariado del Congreso Bolivariano de los Pueblos. Y presentó su candidatura como intendente del municipio de La Matanza, con una población superior al millón de habitantes. Los miembros de Patria Libre son los promotores de los capítulos locales de las misiones Milagros y Yo También Puedo, que bajo control venezolano abarcan por un lado operaciones oftalmológicas y por otro la alfabetización de adultos. Esa situación fue denunciada por el Consejo Argentino de Oftalmología en una presentación al Ministerio de Salud.
En esas ayudas sociales se encuentran las bases de movilización del aparato chavista argentino, cuyo último acto fue la convocatoria de 30.000 personas para escuchar la gira antiBush de Chávez en el estadio porteño de Ferro. Por esa manifestación el Gobierno recibió una reprimenda pública de parte del Departamento de Estado. Algo similar ocurrió en noviembre de 2005 durante la cumbre de las Américas en Mar del Plata. Ningún otro líder extranjero tiene capacidad propia de movilización como la que demuestra poseer Chávez cada vez que llega a la Argentina.
Luego del último acto chavista en Buenos Aires, el prestigioso columnista político Mariano Grondona analizó en La Nacion el significado de ese acontecimiento: "Al invitar al presidente boliviano, Evo Morales, al acto de Ferro, si bien no logró al fin traerlo a tiempo desde Japón, el caudillo venezolano dio la señal que quería dar: que en la Argentina se siente tan a gusto que puede darse el lujo de invitar a otros mandatarios extranjeros como si él, y no Kirchner, fuera el dueño de casa".
Para contar con el sostén doctrinario, la revolución bolivariana sostiene públicamente a la imprenta de las Madres de Plaza de Mayo, donde se publican miles de ejemplares del pensamiento de Chávez, base de los debates bolivarianos en universidades públicas, en forma de cátedras libres. El Canal 7, la televisora oficial, hizo acuerdos para conformar Telesur, aunque todavía no tiene una decisiva inserción en la comunicación argentina.
El Partido Comunista envía a Venezuela permanentemente a sus afiliados en la forma de brigadistas. La información hecha pública por La Nación sobre el viaje a Caracas de una brigada piquetera del PC, a partir de las declaraciones de sus propios dirigentes, derivó en un escándalo y el cambio del embajador venezolano Capella a pedido de Kirchner.
La embajadora argentina en Venezuela, Alicia Castro, es una dirigente sindical del gremio de aeronavegantes y ex diputada nacional, que fue una de las iniciadoras del apoyo político a la revolución bolivariana, y que firmó varias solicitadas en favor de Chávez.A medida que se incrementó la base ideológica, el chavismo ocupó el campo financiero. Con la Argentina en cesación de pagos desde la crisis de 2001/02, Kirchner encontró la forma de quitarse la presión del FMI financiándose mediante Venezuela. Chávez compró más de 5000 millones de dólares en bonos argentinos. Ese paso le permitió al chavismo avanzar más rápido al no tener frenos oficiales. Y contar además con el aval argentino para los megaproyectos como el Banco del Sur y el gasoducto continental.
La relación con Caracas es monitoreada por el ministro de Planificación, Julio De Vido, reconocen importantes funcionarios del Gobierno. Las exportaciones argentinas tuvieron un salto mayúsculo de los menos de 100 millones de dólares en 2003 a los 867 millones de dólares del año último, según cifras oficiales. En 2006 la Argentina sólo hizo compras en Venezuela por poco más de 23 millones de dólares. Hacia Caracas parten delegaciones empresariales y gubernamentales de todas las provincias en procura de esos acuerdos comerciales, que incluyen con asistencias especiales para fábricas en quiebra.
Dos convenios en especial llaman la atención: los firmados con el banco Credicoop y con el astillero Río Santiago. El titular del Credicoop es Carlos Heller, quien se presenta como candidato a vicejefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como compañero en la fórmula oficialista del ministro de Educación, Daniel Filmus. El presidente del astillero Río Santiago es Julio Urien, uno de los candidatos a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Ambos pronuncian discursos públicos sobre las ventajas de la revolución bolivariana y se presentan en los actos de Chávez en nuestro país.
La afinidad ideológica abrió el camino en la Argentina. Al ampliarse esa estructura de base, el chavismo avanzó sobre otros campos para retroalimentar su constante expansión. Como se consignó, hoy Chávez puede tomar decisiones que afecten a la realidad argentina, pero no se dan características similares para que determinaciones tomadas en Buenos Aires influyan en Venezuela.
Informe Uruguay
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