Hay un temor generalizado que pueda ocurrir en cualquier momento un estallido social provocado por el mismo Chávez para tener motivos y suspender la consulta popular y las garantías constitucionales y por último declarar el estado de sitio.
Por Angélica Mora
Los venezolanos de la oposición están luchando contra un Goliat dispuesto a todo para perpetuarse en el poder.
Lo están haciendo profundamente divididos en cuanto a la manera más eficaz para enfrentar al Presidente Hugo Chávez en su ambición de quedarse en forma indefinida en Miraflores.
Numerosos activistas de los partidos políticos están rogándole a los electores que acudan en masa a votar en la consulta popular del próximo 15 de febrero y una vez más hagan ganar el NO frente a las pretensiones de Chávez.
La violencia se ha hecho presente estos últimos días en las calles de la capital y el interior del país.
El buzón de mi computadora está lleno de mensajes electrónicos provenientes de la otrora próspera patria de Bolívar, desde donde hoy amigos y desconocidos me narran hechos que presagian tiempos aún peores en las próximas horas.
Hugo Chávez ha jurado emplear todos los recursos a su alcance para no perder esta vez, como sucedió el 2 de diciembre del 2007, en que ganó el No en la consulta popular de si debían cambiar varios artículos de la Constitución.
La Carta Magna, gracias a ese referendo, permanece sin cambios y sigue estableciendo que el Presidente de la República no puede ser reelegido para un tercer término.
Chávez está cada vez más enajenado porque las encuestas privadas pedidas por él, muestran que va a perder.
Aconsejado por funcionarios cubanos proporcionados por el régimen de La Habana que le dicen que no puede aflojar y permitir manifestaciones públicas, Chávez ha recurrido estos días a ordenar la violencia contra los que protestan sus órdenes dictatoriales.
El mandatario dio “chipe libre” al empleo de gas, “gas del bueno”.
(Debe haber entonces dos clase de gas, bueno y malo. ¿En qué categoría estará el gas que no tienen los cubanos en sus cocinas o el gas que mató a millones de personas durante el Holocausto?)
Bueno, Chávez ordena que se emplee "gas del bueno" contra los manifestantes, sin importarle que estas acciones puedan provocar víctimas fatales o abrir la puerta al caos absoluto y la guerra civil.
Los ataques más directos han sido contra los estudiantes, que protestan por la forma en que se está preparando esta consulta y más aún el hecho de que no se haya respetado el resultado del No del referendo llevado a cabo hace dos años.
Con el beneplácito del gobierno, desconocidos en motoneta lanzaron artefactos incendiarios contra la camioneta del presidente de la Federación del Centro de Estudiantes de la Universidad Central de Venezuela, Ricardo Sánchez
Sánchez explicó que su camioneta se encontraba estacionada en la Plaza del Rectorado cuando le rompieron los vidrios y la incendiaron por dentro con una bomba molotov.
El dirigente responsabilizó directamente al presidente Chávez por lo que pueda ocurrirle a él o a otros miembros del movimiento estudiantil.
“Por cualquier cosa que me pase a mí o a cualquier estudiante del país, quiero hacer responsable al Presidente de la República, por las declaraciones que dio contra los estudiantes. Que digan qué fue lo que hicimos, por qué nos tienen tanto odio”
Los estudiantes han prometido no seguir siendo “carne de cañón”.
“...Guarden a sus locos -advirtió Sánchez- porque no vamos a permitir que esto siga pasando. Las agresiones han pasado de lo verbal a lo físico".
La rectora de esa casa de estudios, Cecilia García Arocha, se trasladó a la sede de la Federación estudiantil al saber del atentado, en compañía de las demás autoridades universitarias y del presidente de la Asociación de Profesores.
Les aseguró a los jóvenes que hay gran solidaridad para su causa:
”Ustedes no están solos, están con nosotros. Seguiremos juntos haciendo llamados para la paz, a la tolerancia".
Subrayó la rectora que los estudiantes tienen derecho a la protesta pacífica y responsabilizó al presidente Chávez por llamar a perseguir y encarcelar a los estudiantes.
"El sector estudiantil va a seguir protestando por un país libre y en paz. Rechazamos contundentemente las palabras que se dijeron desde la voz presidencial. Estamos indignados con que se persiga a un estudiante y se intente meterlo preso. Ni ayer, ni hoy, ni nunca lo vamos a permitir”.
Con respecto a las investigaciones del hecho, dijo que aunque requieren del apoyo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, no permitirán la entrada de organismos de seguridad a la casa de estudios.
"No vamos a autorizar la entrada de la policía, pero desde lo externo tienen que ayudar a lo interno. Con nuestra vida vamos a defender a nuestros estudiantes".
Exhortó al Presidente de la República y al ministro de Educación Superior a poner fin a la persecución estudiantil y que hagan llamados a la paz y a la democracia.
Otros ataques, instigados directamente por el presidente Chávez, han sido contra el gremio de la prensa independiente, con dos periodistas muertos.
Atentados con bombas lacrimógenas se han producido contra las sedes de Globovision y la residencia de Marcel Grenier, director general de RCTV, Radio Caracas Televisión.
Granier culpó también, directamente a Chávez de ordenar los ataques.
Para el ejecutivo del canal que Chávez clausuró el año pasado, las recientes palabras del mandatario, cuando pidió rociar con “gas del bueno” a los estudiantes, fomentaron los ataques ocurridos en los últimos días.
Dijo Granier: “Fíjense cómo el presidente arremete contra los estudiantes y al día siguiente le queman la camioneta a Ricardo Sánchez”.
Por otro lado, se refirió a la muerte del periodista Orel Sambrano y atribuyó su muerte a las denuncias que éste hizo contra los carteles de la droga que operan en el país, que, a su juicio actúan con la anuencia del gobierno.
Por otra parte, los alcaldes y gobernadores de la oposición que ganaron en las elecciones del 23 de noviembre han tenido enormes dificultades para hacerse cargo de sus puestos de trabajo.
A muchos se les ha saboteado la labor ante la mirada impasible de funcionarios policiales y de gobierno.
Sin ir más lejos el alcalde de la zona metropolitana de Caracas, Antonio Ledezma, no ha podido entrar a sus oficinas, debido a que activistas del oficialismo se tomaron las instalaciones.
Los calificó de "paramilitares", puesto que portan armas de guerra y actúan encapuchados, con total impunidad, "como lo hicieron anoche ante la presencia cómplice de los cuerpos policiales adscritos al Ejecutivo Nacional".
Por ello, el alcalde pidió al presidente Chávez que responda por esos grupos vandálicos y que respete su gestión.
"A mí me eligió el pueblo de Caracas, soy tan alcalde como usted es Presidente; respete para que lo respeten".
Según Ledezma, estos militantes violentos pretenden evitar que se sigan denunciando las arbitrariedades de la gestión del ex alcalde Juan Barreto, quien estaría involucrado en "innegables hechos de corrupción" y habría emitido una orden para pagar alrededor de 400 millones de bolívares fuertes en el periodo del 24 de noviembre al 7 de diciembre.
"Ahora sale el alcalde Barreto diciendo que la Alcaldía Metropolitana es un cascarón vacío, que hay que cerrarla, ¿Por qué no responde por todo el dinero que falta en la alcaldía?".
Ledezma advirtió que, pese a las amenazas, no permitirá que "saboteen" su gestión ni dejará de denunciar los hechos de corrupción del gobierno de Barreto. "Resulta que aquí hubo un gentío que cobraba sin trabajar; yo no voy a aceptar esa vagabundería. Si aquí hay gente que cumple su trabajo, aunque sea simpatizante del Presidente, se le va a respetar".
Anunció que organismos internacionales que se encuentran en el país conocen de las "maniobras" oficialistas para generar violencia y perjudicar la gestión de las autoridades electas, por lo que adelantó que "realizará acciones de calle para repudiar estos hechos y el presunto plan en contra de su gobierno".
La situación política en Venezuela se agrava con el paso de las horas.
La oposición está siendo apabullada por un régimen que quiere a toda costa mantenerse en el poder en forma indefinida.
Hay un temor generalizado que pueda ocurrir en cualquier momento un estallido social provocado por el mismo Chávez para tener motivos y suspender la consulta popular y las garantías constitucionales y por último declarar el estado de sitio.
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