El próximo 2 de julio se cumplen 36 años del atentado Montonero en instalaciones de Seguridad Federal, donde asesinaron cobardemente a 23 efectivos de la Policía Federal.
El mismo día del hecho (2 de julio de 1976), Montoneros emitía un "parte de guerra":
"Buenos
Aires, 2 de julio de 1976
A
nuestro pueblo:
En
la mañana del día de la fecha, el pelotón de combate “Sergio Puiggros” del Ejército Montonero, aprovechando una
falla en el dispositivo de vigilancia y control de la Superintendencia de
Seguridad Federal (ex Coordinación Federal), colocó en su sede central un
artefacto explosivo.
Cumplida
su misión, los compañeros se retiraron sin novedades y, posteriormente, tal
como estaba planificado, el artefacto detonó a las 13.20 en el comedor de esa
dependencia.
Los
medios de información del Ejército
Montonero estiman en 85 el número de bajas causadas al enemigo, de los
cuales 25 son muertos. No se descarta el que esta cifra pueda llegar a ser superior.
Los
daños causados al edificio son importantes, estimándose que la capacidad
operativa de este centro represivo quedó seriamente afectada por un lapso de
tres meses.
Este
hecho de guerra demuestra -como lo
demostraron en su momento, las ejecuciones de los torturadores Villar y Cardozo-
que no puede haber lugar seguro para los que responden a la resistencia de los
trabajadores con el secuestro, el asesinato y la tortura.
Viva
la patria. Hasta la victoria final.
MONTONEROS”
Las víctimas
fueron:
Oficial
ayudante Alejandro Castro
Cabo
Ernesto Agustín Suani
Cabo
Primero Carlos Shand
Sargento
Juan Paulik
Sargento
Rafael Modesto Muñoz
Sargento
Bernardo Roberto Tapia
Supernumerario
David Ezequiel Di Nuncio
Oficial
Inspector David Ron
Suboficial
auxiliar José Hilario Carrasco
Sargento
María Esther Pérez Canto
Sargento
(R) Romualdo Rodríguez
Sargento
Bernardo Roberto Zapi
Agente
José Roberto Iacovello
Agente
Juan Carlos Blanco
Agente
Alicia Esther Lunati
Agente
Ernesto Alberto Martinzo
Cabo
Genaro Bartolomé Rodríguez
Sargento
Adolfo Chiarini
Cabo
Elba Hilda Gazpio
Cabo
Vicente Iore.
En los días
siguientes a la explosión murieron las siguientes personas:
Supernumerario
Ramón Arias, el 7 de julio de 1976.
Sargento
Marta Olga Pérez de Bravo, el 9 de julio de 1976.
Oficial
ayudante Héctor Castro, el 11 de julio de 1976.
El
Tratado de Roma -http://www.derechos.net/doc/tpi.html-(que forma parte del derecho argentino a partir del 2001) señala que:
Artículo 7
Crímenes de lesa
humanidad
1.
A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por "crimen de lesa humanidad" cualquiera de los actos
siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil y con
conocimiento de dicho ataque:
a)
Asesinato; etc.-
2.
A los efectos del párrafo 1:
a)
Por "ataque contra una población
civil" se entenderá una línea de conducta que implique la comisión
múltiple de actos mencionados en el párrafo 1 contra una población civil, de
conformidad con la política de un Estado o de una organización de cometer esos actos o para promover esa política;
El
Diccionario de la Real Academia Española (http://dle.rae.es/?id=RBkqiJI),
define ORGANIZACIÓN como "Asociación de personas regulada por
un conjunto de normas en función de determinados fines."
Es
así que en base a ello entendemos que los delitos
de Lesa Humanidad, pueden ser realizados tanto por el Estado como por
una Organización y MONTONEROS era
una organización.
La
Justicia Argentina no lo quiere así entender y de esta forma solo son enjuiciados los miembros del
Estado.
El
Papa BENEDICTO XVI en Setiembre de 2011,
en el Reichstag de Berlín dijo sabiamente:
“El éxito puede
ser también una seducción y, de esta forma, abre la puerta a la desvirtuación
del derecho, a la destrucción de la justicia. ‘Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda
de bandidos?’, dijo en cierta ocasión San Agustín.
Nosotros, los
alemanes, sabemos por experiencia que estas palabras no son una mera quimera.
Hemos experimentado cómo el poder se separó del derecho, se enfrentó contra él;
cómo se pisoteó el derecho, de manera que el Estado se convirtió en el
instrumento para la destrucción del derecho; se transformó en una cuadrilla de
bandidos muy bien organizada, que podía amenazar el mundo entero y llevarlo
hasta el borde del abismo”.
Un Estado sin
justicia no es Estado
Es
sabido que no habrá acto alguno de parte ni del Gobierno ni de la propia fuerza
para recordar a estos y otros tantos caídos en manos del terrorismo.
Seguramente
pronto veremos como cambian el nombre de alguna calle, recordando si, a quienes
sumergieron a nuestra Patria en la barbarie, ejemplo Santucho, Arrostito, Luis
Duhalde, u otros tristes personajes.
Para
ellos todo el honor de haber sido jóvenes
idealistas…
Que
no nos ganen la memoria, por lo menos, para no perder la dignidad que nos
queda.
Un
envío de Heriberto J. Auel
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