Por
Malú Kikuchi
No
es necesario que las cadenas sean, como dice el *DRAE: “serie de muchos eslabones enlazados entre sí, que pueden ser de
metales”. O pueden ser de insultos, enojos, autoelogios y/o relatos. Esta
es la versión moderna y argentina. Le podemos sumar otra acepción del DRAE: “opresión o poder absoluto”. Esta
también es una versión actual y argentina.
Nuestras
cadenas son nacionales. En este punto, todos somos iguales ante la ley,
respetando el artículo 16 de la Constitución Nacional, lo que no es habitual
por parte del gobierno. El gobierno K ignora la CN, por falta de conocimiento,
o a propósito, porque no coincide con sus propósitos.
Las
cadenas nacionales, las sufrimos todos… y todas. La ley de servicios de
comunicación audiovisual N° 26.522, en su artículo 75 dice: “El *PE nacional y los PE provinciales,
podrán en situaciones GRAVES, EXCEPCIONALES, o de TRASCENDENCIA
INSTITUCIONAL, disponer la integración de la cadena de radiodifusión
nacional o provincial, según el caso, que será obligatoria para todas los
licenciatarias.”
Este
año, en 7 meses de 28 semanas, la presidente usó la cadena nacional VEINTISIETE
(27) veces. Casi una vez por semana. Recordando que en enero se operó y se tomó
3 semanas de vacaciones, y que en lo que va del 2012, viajó mucho. La semana
pasada usó la cadena nacional tres (3) veces.
Ejemplos.
El 27/6, para evitar el acto de Moyano en Plaza de Mayo, se trasladó a San
Luis, 1° vez en 9 años, para reinaugurar un criadero de chanchos (ya se había hecho
el 7/4/2011) y ahí dijo: “Recuerdo a Babe (filme sobre un
chanchito), me da cosita. Son tan tiernos (los lechones)”, y con su
enciclopédica cultura nos ilustró diciendo que: “los chanchitos nacen con su
mamá”. Yo no lo sabía, estoy segura que Usted, tampoco.
El
9/7, desde San Miguel de Tucumán, cuna de nuestra independencia, gesta heroica
y única, nos enteramos que la patria
había nacido el 25/5/2003, de la mano de “ÉL”, y de ella. A los
firmantes del acta del 9/7/1816 los ignoró. Pero retó mal y a los gritos, a un
camarógrafo de la TV pública: “¡corré la cámara, ché, que no me pueden
ver!”
El
12/7 inaugurando Tecnópolis II, en un lapsus digno de ser estudiado por un
simposio de siquiatras, dijo: “los jóvenes que se ilusionan con un país
con mayor INFLUACIÓN (¿quiso decir inclusión, educación… o inflación?).
También
nos informó, y yo estoy agradecida porque no lo sabía, que “las vísceras no tienen neuronas”.
No se permite preguntar por el estado de las
neuronas de Cristina, es una pregunta destituyente.
También
podemos recordar algunas memorables clases de cristinglish, “nou house” por “Know how”; o “uine tu uine”
por “win to win”, o “lady in ques” por “leading case”. Pero todo esto es “too much” y “very good”.
¿No le recuerda el brutinglish del Gaturro de Nik?
Y
por si todo esto fuera poco, de riguroso luto lujoso, ¡la presidente baila por
cadena nacional! ¡Y llama “pelado” al
ministro de economía español!
Imposible
hablar tanto, largo y seguido, sin cometer errores, que a veces son horrores. Y
sólo comentamos las formas, porque el fondo de los discursos, donde es visible
que va por todo, da escalofríos. Si consigue cambiar la CN, Cuba es nuestro
destino final. Final en todo sentido.
Mientras,
usa la cadena nacional para inaugurar mojones, cabinas telefónicas y esa
compulsiva manía de hablar de chanchitos y de lechones, ¿alguien puede explicar la TRASCENDENCIA INSTITUCIONAL, la GRAVEDAD, o
la EXCEPCIONALIDAD que ameritan estos eternos discursos? Parecería que el FVP cree que la ley ha sido
hecha para ser violada. Y la violan.
Hace
ya mucho tiempo, un tiempo histórico y real, sucedió de verdad y no forma parte
del relato oficial, en que los argentinos fuimos capaces de escribir, cantar,
sentir y hacer propias las palabras del Himno Nacional.
“Oíd mortales el grito sagrado, Libertad, Libertad,
Libertad. Oíd el ruido de ROTAS CADENAS […[”.
Parodiando
a Juan Manuel Abal Medina, jefe de gabinete de ministros que, ante la cámara de
diputados y refiriéndose al ANSES, dijo,
“¡termínenla!”,
nosotros agreguemos: “con las cadenas nacionales para decir
pavadas y mentiras.” Rompamos las cadenas antes que terminen de
rompernos la paciencia. Todo tiene un límite. Gritemos en voz bien alta, para
que llegue hasta Olivos, la Rosada y el Calafate, ¡Basta!
P.D. Datos. El 11/7, en Gral. Rodríguez, a los 10´ de
iniciada la cadena nacional, 500.000 televidentes cambiaron de canal. Al
finalizar la transmisión, que duró 45´, los televidentes que cambiaron de canal
sumaban 970.000. ¿No hay un valiente que se anime a decírselo?
• DRAE: Diccionario de la Real Academia
Española
• PE: Poder Ejecutivo
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