jueves, 12 de julio de 2012

La televisión y la capacidad histriónica de Cristina


Cuando las cámaras enfocan el rostro de algunos aplaudidores, está todo dicho: hechizados, boquiabiertos; bloqueada la razón por lo emocional. Es la prueba de que el plan maquiavélico dio resultado.

Por Lila Díaz D´Onofrio

Es indudable que la televisión es el principal vehículo de influencia cultural, incluyendo la ideológica. Con el agravante de que llega a millones y millones de personas, acompañando la tremenda dupla: imagen y sonido; por eso mismo se mete bien adentro de los cerebros que ni siquiera advierten que los nutre ya engañándolos, ya confundiéndolos, ya envileciéndolos. Una metáfora: una esponja que tanto absorbe agua pura como la contaminada de un pantano maloliente.

La presidente maneja la cadena nacional de telecomunicaciones con el absolutismo que caracteriza todo lo que hace y lo que no hace.  Se diría que en lugar de presidente del país es capataz de estancia. Además, es buena oradora, con la peligrosa influencia de su TRASTORNO HISTRIÓNICO DE LA PERSONALIDAD: gesticula, mueve manos y cabeza, acomoda su pelo, modifica el volumen y timbre de su voz, todo confluye para calificar su discurso “convincente” para todo el que sea susceptible al nefasto lavado de cerebro.

Acentuando el peso de sus arengas politiqueras, coincide la circunstancia de que el público que la atiende, no escucha o no desea escuchar otra campana. Todo obedece al mismo plan malévolo de distorsión de la realidad: arrear la manada. Y la mente cerrada es tan inútil como un paracaídas que no se abre.

Cuando las cámaras enfocan el rostro de algunos aplaudidores, está todo dicho: hechizados, boquiabiertos; bloqueada la razón por lo emocional.  Es la prueba de que el plan maquiavélico dio resultado.

Y lo dramático, casi trágico, es que esos también votan.

P.D.: Sugiero consultar el DSM IV, “la Biblia” de todo psiquiatra, psicólogo o counselor (ver: Trastorno Histriónico de la Personalidad. Y ya que está, Trastorno Narcisista de la Personalidad)

Más información www.politicaydesarrollo.com.ar


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