Por
Cosme Beccar Varela
Cuando
una crisis económica ocurre a pesar de los esfuerzos de un gobierno normal para
contrarrestarla, es posible que el pueblo se indigne contra el gobierno y haya,
además una crisis política, como vemos en España en donde Rajoy está asediado
por el derrumbe de la economía española, se empeña por evitarla y precisamente
por eso es el blanco del odio de casi todos, atizado por la izquierda.
Sin
embargo, cuando la crisis es causada por el propio gobierno porque es marxista
y quiere imponer su ideología y su dominio absoluto, como en Cuba, entonces la
crisis no sólo no lo debilita sino que lo fortalece.
La
prueba de eso es que Cuba gime bajo la tiranía comunista desde hace 53 años,
padece la más espantosa miseria desde hace la misma cantidad de años pero esa
hambruna ni siquiera ha servido para obligar a la camarilla de malvados que
oprime a ese pueblo hermano a cambiar al máximo culpable, que como todos saben,
es Fidel Castro. Y cuando al parecer Dios mismo acabó con él (porque yo creo
que está muerto desde hace años y el que aparece en las fotos es uno de los
varios "dobles" que usaba en vida), ni siquiera entonces la gente
tiene ánimo para discutir a su valetudinario hermano como sucesor.
Y
conste que el pueblo cubano es ejemplarmente valiente puesto que para imponerse
el comunismo en la isla, fusiló miles de cubanos y aún así hubo levantamientos
heroicos durante tres o cuatro años después de que Castro se declaró
marxista-leninista.
* * *
¿Y
por qué lo fortalece? Por tres razones, fundamentalmente:
1)
Porque la miseria hace que la gente no piense en política sino en sobrevivir
cada uno como puede y los pocos héroes que todavía resisten, no tienen eco en
la población y son eliminados o encarcelados. Y los que están en la miseria son
fácilmente sobornables, como lo hace esta tiranía, con un subsidio y hasta con
un “sandwich” y una botella de alguna bebida.
2)
Porque en todo gobierno estatista, como lo es el comunismo, la riqueza del país
se concentra en los funcionarios deshonestos del régimen, en sus amigos, en los
ricos consentidos (porque colaboran) y en una clase media (empresarios medios,
profesionales, artistas, periodistas, sindicalistas entre otros) que apoya al
régimen porque goza de un bienestar económico relacionado con ese apoyo. En
este momento, mucha gente de campo, la que goza de los altos precios de la
soja, integra con entusiasmo esta clase de privilegiados. Esa capa superior de un país comunista o
pre-comunista es un sólido sostén de la tiranía.
3)
Porque el comunismo además de una ideología es una "praxis"
revolucionaria, que ha estudiado y usado siempre el arte de destruir las
instituciones y las clases que podrían resistirlo.
La
crisis económica facilita la rebaja de sueldos a los oficiales de las FFAA, de
la Justicia y de la Administración pública y la precarización de esos cargos.
Quienes los ocupan viven al día y tan preocupados por sí y por sus familias que
no quieren arriesgar lo poco que les queda resistiendo al régimen.
Al
depreciarse la moneda y crearse un tipo de cambio oficial completamente irreal,
los ahorros de las personas mayores, generalmente más conservadoras, se
evaporan y su situación también se precariza disuadiéndolas de hacer cualquier
clase de oposición efectiva. Se limitan a refunfuñar, lo que no disminuye en
nada el poder de la tiranía.
La
crisis económica, además, le da al clero la excusa perfecta para dejar de lado
su deber de combatir el comunismo para dedicarse a una obra de filantropía que
alivia en algo la miseria, pero que no discute el dominio político de la
izquierda. Esa neutralidad de la casi totalidad del clero es un inestimable
apoyo para la tiranía.
*
* *
Este
país (la ex-Argentina) está bajando rápidamente por esa rampa que conduce a la
miseria y que ya existe en grandes sectores. Los más pobres y los más débiles,
que todavía no cayeron en la miseria, van rodando en dirección a ella y
mientras tanto, padecen los mil inconvenientes de un país miserable gobernado
por miserables.
La
delincuencia se cobra cada día varias víctimas, los servicios públicos
(policía, enseñanza, orden en las calles, transporte, hospitales, limpieza de
las ciudades, seguridad, justicia, moneda, electricidad, agua, cloacas,
política, impuestos, etc.) son cada día peores y causan cada vez más
sufrimiento.
La
roña lo invade todo. El cansancio de lidiar con la carencia de servicios y con
la prepotencia de los funcionarios va quebrando el espíritu de la gente y los
jóvenes, más resistentes a las incomodidades, sin embargo, se van haciendo cada
vez más cínicos y más inmorales. "Carpe diem" (aprovechemos cada día)
parece ser el lema de la juventud que trata de gozar cada día como si fuera el
único, sabiendo que el futuro es más que dudoso. Sus modelos son los
delincuentes exitosos y los ricos famosos, no los héroes ni los santos.
Esta
situación hace que los "ciudadanos" se desinteresen cada vez más por
una "patria" que no es ya una madre sino una madrastra perversa que
nos persigue y esquilma. Por eso es que no hay patriotismo a no ser para apoyar
al equipo de "foot-ball" nacional, que como fiel reflejo de lo que es
el país, cada día juega peor, aunque los jugadores argentinos sean estrellas en
el exterior.
Y
por eso los empecinados como yo que insisten en clamar por una reacción contra
la tiranía, son voces que claman en el desierto, donde nadie oye.
¿Hay
posibilidades de revertir este proceso siniestro? Creo que todavía las hay,
pero cada vez menos. De ahí que diga que quienes creen que la crisis económica
hará caer esta tiranía, se equivocan. Podrá irse la Sra. de Kirchner, pero el
sistema de poder montado por la secta marxista-leninista que gobierna desde las
sombras, ese seguirá con cualquier otro u otra hasta acabar con lo que queda de
la Argentina tradicional, si no reaccionamos a tiempo.
1 comentario:
Este artículo es exacto reflejo de la realidad. Hasta los términos novedosos (como ex-Argentina)tienen una precisión total. Una observación en particular: "si no reaccionamos a tiempo" es lo mismo decir "si no tomamos el tren de hoy a las 8 de la mañana", cuando ya es mediodía. El tiempo ya pasó, y hace mucho. Perdón el realismo. Y no es que el autor no lo sabe, solo que es respetuoso de la Esperanza.
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