Moyano, D’Elía, Pérsico y Milagro Sala vs. Alderete, el sindicalismo combativo y la Mesa de Enlace. Los Kirchner están convencidos de que avanza un complot impulsado por Duhalde y la UIA.
Por C.T.
El gobierno está convencido de que los piqueteros anti-K y los sindicatos de base están preparando un plan para desestabilizar al gobierno en connivencia con la Mesa de Enlace, Eduardo Duhalde, sectores de la UIA y Clarín. Néstor Kirchner, propenso a ver conspiraciones, estaría decidido a abortar el supuesto complot. La denuncia penal presentada por el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández contra el líder de la Corriente Clasista y Combativa, Juan Carlos Alderete, es una de las reacciones oficiales. Alderete había anunciado que la semana que viene tomará el Ministerio de Desarrollo Social y que, si hay represión, “habrá muertos por ambos lados”. Desde el año pasado, la CCC y el Polo Obrero de Néstor Pitrola están conduciendo tanto el movimiento piquetero anti-K como los principales sindicatos de base, por ejemplo en los conflictos de Kraft y Metrovías, junto con el MTS y el PTS. La CCC responde al PCR, de larga tradición maoísta. Apoyaron a Isabel Perón en los 70 y en el 2002 pidieron por la libertad del coronel Mohamed Seineldín, condenado por la sublevación de diciembre del 90 contra Carlos Menem. Su enfrentamiento con el kirchnerismo arranca desde el 2003. En Jujuy, Carlos “Perro" Santillán dirige la CCC en una desigual lucha contra Tupac Amaru, que cuenta con el respaldo directo de los Kirchner a través del Ministerio de Desarrollo Social. El año pasado, las bandas de Milagro Sala atacaron a dos dirigentes de la CCC, Lucas Arias y Juan Maidana, fracturándole el cráneo al primero. En el Gran Buenos Aires, la lucha de la alianza CCC-Polo Obrero con el aparato oficialista no es menos dura. D’Elía calificó despectivamente a la crisis de Kraft como un conflicto menor e hizo cuanto estuvo a su alcance para boicotear a los sindicalistas combativos.
Los 1500 millones desencadenaron la guerra
El botín de los 1500 millones del Plan Argentina Trabaja puso ahora en la vidriera el conflicto. Alderete le declara la guerra al gobierno con el argumento de que la CCC no tiene un solo inscripto en el plan pese a contar con 50.000 piqueteros. Disconformes con el marginamiento al que los somete Kirchner, Roberto Baigorria (Barrios de Pie) y Humberto Tumini (Libres del Sur) se van plegando a Alderete, pese a que su jefe político es Hugo Chávez. Lo mismo ocurre con el MTL, que se escindió del Partido Comunista, refugiado hoy en los despachos oficiales a través de Eduardo Sigal, Subsecretario de Relaciones Económicas de Cancillería, entre otros funcionarios. Hay grupos que van y vienen entre los polos piqueteros enfrentados, como la agrupación Aníbal Verón, liderada por Juan Cruz Daffunchio, y el siempre presente Quebracho. Sobre este último, algunos dirigentes de izquierda señalan que sigue estando sospechado de ser el caballo de Troya del gobierno y que Roberto Esteche y sus amigos estarían financiados por Aníbal Fernández. Los cortes de accesos a la Capital y la toma de oficinas públicas previstos para esta semana son el nuevo capítulo de la escalada.
La conspiración que ve Kirchner
Cuando se desencadenó el conflicto del campo el año pasado, la CCC y la Mesa de Enlace no sólo hicieron actos en común sino que establecieron un plan de apoyo mutuo. La foto conjunta de Eduardo Buzzi, Mario Llambías, Juan Carlos Alderete, Luciano Miguens y Francisco de Narváez es una imagen que obsesiona a Kirchner. Él cree firmemente que la actual ofensiva de piqueteros antiK y sindicatos combativos está creando las condiciones para que en la segunda semana de diciembre haya un estallido social, junto con una movilización nacional de la Federación Agraria. En Olivos piensan que la maniobra estaría destinada a debilitar al gobierno en el preciso momento en que perderá la mayoría en la Cámara de Diputados. También apuntan contra Héctor Méndez y la plana mayor de la UIA, que la semana anterior aplaudieron a Duhalde en el coloquio de IDEA cuando prometió liquidar el kirchnerismo.
¿Reprimir con qué?
El kirchnerismo sabe que afronta una situación límite: si cede y financia con el Plan Argentina Trabaja a los piqueteros anti-K no sólo fortalece a sus enemigos, sino que los alienta a avanzar. Si se planta y sólo le da plata a D'Elía, Pérsico y los incondicionales, debe prepararse a reprimir, porque la escalada de agitación puede volverse incontrolable. En este punto es donde Kirchner se encuentra desarmado. A la inversa de Chávez, aquél desmanteló a las fuerzas de seguridad y obligó a la justicia a lavarse las manos frente al desorden y el descontrol del espacio público. La solución kirchnerista es, por ahora, tratar de blindar el gobierno a través de los grupos de choque que provee la nueva alianza entre Hugo Moyano, Emilio Pérsico y Luis D’Elía. El respaldo público de CFK a los piqueteros y la reciente absolución de D’Elía en el juicio por cortar calles, deben interpretarse en ese sentido.
Si el polo formado por piqueteros anti-k y sindicalistas combativos quiere tomar la calle, los encargados de ponerles freno serían los camioneros y los piqueteros leales. Si el conflicto sigue escalando, la confrontación puede dejar de ser un juego de amenazas recíprocas
Informador Público
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