miércoles, 30 de marzo de 2011

Una moderna dictadura universal

Basta con recorrer el mapa argentino, para darnos cuenta del motivo de tantas inversiones extranjeras en regiones nuestras, ricas en hidrocarburos, minerales, fuentes acuíferas, glaciares, bellezas naturales para la expansión turística entre otras muchas.


Por Juan Lucio Ruiz de Galarreta

La humanidad toda, se encuentra sometida a una cruenta dictadura, la cual, no es producto de políticas ni de un determinado “hombre fuerte”, se trata de un sistema financiero especulativo que lejos de promover un desarrollo productivo solo sirve para usufructuar las necesidades económicas de naciones, bancos, empresas en crisis.

Se trata de un perverso sistema económico -producto de la globalización surgida de la pos guerra fría- que maneja discrecionalmente, millones de dólares virtuales en todo el mundo a través de los modernos sistemas de intercomunicación, durante todo el año y tiene como inicio el amanecer del oriente y que se extiende luego en los mercados financieros occidentales. No conoce de descanso ni de jornadas ociosas. Su finalidad es ocupar todos los espacios del mundo en donde sus inversiones usurarias les sirvan para acrecentar su potencial financiero en desmedro de las soberanías nacionales y la dignidad de los pueblos. Cuenta para ello con el ya indicado servicio de intercomunicación mundial, con el silencio cómplice de gobernantes corruptos ungidos como prohombres de las “democracias títeres” y con la ausencia de legislaciones represivas de estos delitos financieros.

Este diabólico proceso ya cuenta con lamentables ejemplos de su peligrosidad. En países de la Unión Europea son testimonios elocuentes, los quebrantos sucedidos en Grecia, Islandia, Portugal, España y hasta la altiva Inglaterra. Las quiebras producidas en importantes bancos norteamericanos con motivo del estallido de las famosas burbujas hipotecarias son muestras invalorables de lo que significa este accionar sin límites de este “capitalismo salvaje” tal como lo designó en su momento el Papa Juan Pablo II.

El sistema especulativo internacional, sobre la base de la usura y de la corrupción, apunta laboriosamente a promover inestabilidades institucionales en todos aquellos puntos mundiales estratégicos, en donde existan elementos naturales que puedan significar, dentro de algún tiempo, beneficios cuantiosos sin importarle si con ello pueden lesionar derechos elementales de la ciudadanía o, lo que es más frecuente, guerras intestinas entre compatriotas bajo las falsas consignas de defender las libertades individuales, los derechos humanos o la democracia. Pruebas de ello las visualizamos hoy en los sucesos de Egipto, Túnez y Libia, sin perder de vista las cruentas invasiones producidas en Irak y Afganistán.

Nuestro país está también en la mira de estos tiranos de las finanzas. Basta con recorrer el mapa argentino, para darnos cuenta del motivo de tantas inversiones extranjeras en regiones nuestras, ricas en hidrocarburos, minerales, fuentes acuíferas, glaciares, bellezas naturales para la expansión turística entre otras muchas.

Como quedó dicho este monstruo irracional al que llamamos ingenuamente “capitalismo financiero” cuenta con gobiernos dóciles o corruptos para continuar con sus tropelías, sin limitaciones éticos ni jurídicas preventivas, quedando solamente aquellos valores axiológicos nacidos de la propia naturaleza del hombre, como derecho natural, trasladada a todo el orbe por una cultura consustanciada en la defensa de la dignidad del ser humano y el respeto hacia las soberanías nacionales. Es tiempo de desactivar esta peligrosa bomba de tiempo, que manejan quienes viven detrás de oportunidades especulativas sin medir sus trágicas consecuencias. El mundo no quiere ni tiranías políticas ni tiranías financieras.-

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Contacto: politicaydesarrollo@gmail.com

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