jueves, 10 de noviembre de 2016

SOBRE EL TRIUNFO DE TRUMP






Por Carlos E. Viana




Falta de profesionalismo periodístico


La primera observación cuando se comenzaron a abrir las urnas, fue sobre gran parte del periodismo argentino que cubría la noticia. Sus opiniones no eran imparciales, sino sumamente agresiva contra Trump. Una corresponsal dijo que golpeaba a las mujeres, que era violento y otras cosas más. Otro corresponsal había sido sumamente agresivo contra Trump y hasta había dicho que el candidato republicano había sido acostado pro Hillary en un debate. Otro afirmó, cuando los resultados daban el probable triunfo de Trump, que estaba asustando al mundo.

Cuando el triunfo del candidato republicano comenzó a definirse, dejó de ser para la periodista agresivo, para otro se transformó en un líder carismático y así continuó la revalorización del neoyorkino. Es este cambio parte de la naturaleza humana, ante el triunfo, pero en estos casos una falta de profesionalismo. En Argentina, lo mismo se ha con respecto a los derechos humanos.

Reacción nacionalista


En segundo lugar y volviendo a la esencia de la victoria de Donald Trump, se ha aducido con razón que él encontró apoyo entre las clases más humildes de la sociedad estadounidense, afectadas por la globalización. Sin embargo, si bien esto es cierto, hay algo mucho más profundo que se encuentra detrás de esta causa y que adquiere connotación internacional. Lo observamos en el Brexit, en el resurgimiento de Le Pen en Francia, en la inmigración de un millón de alemanes debido a la invasión musulmana. Detrás de todas estas expresiones, existe una reacción nacionalista. Recordemos que “el sendero hacia el infierno esta empedrado con buenas intenciones”. “Prima facie”, aparece muy humanitario, pero si nos fijamos en la experiencia del Líbano, con una guerra civil permanente entre dos comunidades de los musulmanes y los cristianos y en el terrorismo fundamentalista con atentados terroristas en Europa, la experiencia nos dice que en segunda instancia la invasión ilimitada de culturas exógenas, muy diferentes a las locales, es trágica.

El electorado norteamericano menos intelectual, pero más instintivo, no razonó pero percibió esa amenaza, en la inmigración latinoamericana en los Estados Unidos. ¿Cómo reaccionaríamos nosotros si desembarcan en Argentina tres millones de estadounidenses?

La experiencia histórica nos dice que, hace más de 2.200 años atrás, la migración oriental hacia Roma, fue uno de los motivos que hicieron colapsar la República. Si los latinos votan en Estados Unidos igual que en sus naciones, la democracia norteamericana entrará en crisis, se latinoamericará, se volverá populista y ya conocemos en carne propia las consecuencias.

Las democracias en juego

Estados Unidos es la democracia en la principal potencia del mundo y nos guste o no, si colapsa en esta Nación también lo sufriremos, y dejará de existir el muro de defensa de la libertad. Estaremos a merced de Irán, el ISIS, Al Qaeda, los Maduros y los Castros, nos podrían agredir sin límites.

Han pasado más de dos mil años desde la caída del República Romana, pero la esencia de la naturaleza humana y las diferencias culturales siguen vigentes y deberíamos tomar conciencia, que la inmigración indiscriminada de pueblos limítrofes puede causar problemas en esta marcha hacia la democracia en Argentina, lo mismo que la recepción de miles de musulmanes, entre los que vienen indudablemente fundamentalistas. El comando que atentó contra la AMIA provino el refugio que tuvieron en la comunidad musulmana de Foz de Iguazú.

Comparando con nuestro caso


Yo los quiero mucho a los bolivianos, son más trabajadores que nosotros, pero si vienen a votar por un dictador como Evo Morales estamos creando un problema para el futuro de la democracia, es decir de la libertad. Reconozco y llevo en el corazón la deuda eterna, por los peruanos que fueron los únicos que ofrecieron su sangre, durante la guerra de Malvinas, pero algo debe hacerse para evitar la entrada indiscriminada de los terroristas de Sendero Luminoso y de Tupac Amaru, quienes han sido organizados militarmente por Milagros Sala. La inmigración debe ser abierta pero regulada legalmente y con una socialización que los integra a nuestra cultura.

La historia nos muestra que las culturas demoran en integrarse. La inmigración que tuvo Estados Unidos y Argentina, en la segunda mitad del Siglo XIX, fue de seres con una cultura similar a la de cada uno de estos países, por eso fue exitosa.

Un ousider

Otro aspecto de la victoria de Trump, es que no ha hecho “la carrera de los honores” dentro de uno de los dos partidos políticos dominantes. Es una de las sensaciones que vivimos cuando dijimos “que se vayan todos”. En Estados Unidos ha habido una reacción popular contra una clase política que ha hecho crecer la burocracia y privilegios de los políticos, aumentado los impuestos, es decir el estatismo.

La victoria de Trump, fue posible por la revolución de los medios de comunicación públicos, que limita el poder de las clases políticas. Este tema lo había advertido en 2.006 en mi libro “El Escenario Político Sobreiluminado”, donde citaba el fenómeno del candidato presidencial independiente, Ross Perot, en la campaña electoral de 1992.

La democracia se ha visto beneficiada por la televisión por cable, satelital e internet y uno de los resultados lo vemos en la victoria de Trump, contra la dirigencia republicana, la mayoría de los medios, la oposición de Wall Street, la banca, es decir lo más importante del capitalismo norteamericano. Otro fracaso de las pronósticos de Marx.

Trump, Globalización y Neoliberalismo

La izquierda, supuestamente argentina, está diciendo que el fracaso de la globalización es el del neoliberalismo. Debo recordarles a estos enemigos de la libertad, que contra todos sus pronósticos exagerados sobre que el imperialismo, supuestamente impulsó la globalización y el neoliberalismo, para dominar a los países subdesarrollados. Sin embargo, tanto la globalización como el neoliberalismo terminaron con las hambrunas en China, la India y muchas otras naciones. China dejó el fracaso socialista y terminó con la extrema indigencia del régimen maoísta, al que la izquierda admira. En India su vuelco al neoliberalismo de la globalización, terminó con las hambrunas, donde los muertos por inanición durante su gobiernos socialistas, eran retirado de la calle por camiones pala.

Sin embargo, el precio de la globalización la pagaron los obreros estadounidenses, ingleses, alemanes, cuyos capitales huyendo del exceso de reglamentaciones e impuestos, invirtieron en dichos países. Pero precisamente dejaron de ser neoliberales en el propio Estados Unidos, con altos impuestos, burocracia y gastos excesivos del Estado.

Con el triunfo de Trump la globalización da un paso atrás, por los motivos señalados, pero en sí misma es una tendencia imparable para el futuro, alimentada fundamentalmente por la universalización de los medios de comunicación, que es la de las culturas, cosa que no perdona la izquierda, porque estos hicieron caer el muro de Berlín y la cortina de hierro. Esta vez se equivocó Lenin.

La Señora Malcorra y la política exterior Argentina


Es incomprensible que una diplomática como la ingeniera Malcorra, haya apoyado abiertamente la candidatura de Hillary Clinton, es decir interferir públicamente en las elecciones de otra Nación soberana. Lo mismo había hecho el gobierno K, con el Frente Amplio de Uruguay o con Bachelet en Chile. También se equivocó haciendo viajar al Presidente Macri, para apoyar el tratado abortista con las FARC o no sabiendo manejar las relaciones con el Vaticano, o haber dicho que la guerra fría en Argentina fue asimétrica, cuando la asimetría estuvo en contra nuestra, Argentina v. la Unión Soviética. Creo que la Señora Malcorra debería dejar paso a la diplomacia y no a la ingeniería.

¿Qué es Trump?

Trump no es un liberal, pero tampoco un populista. Él ha salido a rescatar la tradición de los Estados Unidos, no atándose a una doctrina, en consecuencia su actitud es la de un conservador liberal. Respeta la libertad pero se fija en la experiencia y en la tradición. Es de esperar que detenga la crisis moral en Estados Unidos. La moral de los Estados Unidos es la base de la democracia. Creo que Trump es un pragmático, pero con un retorno de los valores tradicionales y esto puede hacer levantar a Estados Unidos. Sin este muro de la libertad estaríamos en peligro.

Prof. Dr. Carlos E. Viana
Politólogo

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