La de Mauricio Macri a España no es una visita de Estado más. El presidente y la primera dama, Juliana Awada, inician este miércoles una estancia de cuatro días en Madrid con un intenso programa que incluye encuentros con el rey Felipe VI y el presidente Mariano Rajoy, reuniones con empresarios, y una conversación aparte con José María Aznar, que fue un mentor internacional del presidente Macri en los inicios de su carrera política.
Entre los objetivos del viaje, está el de persuadir a los inversores españoles de que regresen a Argentina, bajo la promesa de que encontrarán la seguridad jurídica y la ortodoxia política que los años del kirchnerismo minaron.
Que las reformas del presidente Macri se consoliden es en interés no solo de Argentina, sino de Iberoamérica y de España. La inercia agitadora del chavismo persiste en la región, y del éxito del señor Macri en Argentina dependen, en buena medida, la implosión definitiva de la dictadura venezolana y el desvanecimiento del fantasma de Podemos, la forma del peronismo chavista en España.
No por nada, los líderes de Podemos han anunciado que no asistirán a la cena de gala con el presidente Macri en el palacio del Pardo, y amenazan con boicotear también su discurso en el Congreso.
Axel Kicillof con Pablo Iglesias de Podemos España
Razón de más para que los demócratas españoles e hispanoamericanos estén con el presidente Macri y la primera dama Awada durante esta trascendental visita a España.
La relación especial de España y Argentina no necesita argumentarse. Sus fundamentos históricos son indelebles. Argentina ha sido refugio y hogar de miles de españoles que huyeron de la pobreza y la guerra en las etapas más difíciles de del siglo XX español. Fue segunda patria para Américo Castro, Claudio Sánchez-Albornoz, Rafael Alberti, Rosa Chacel, Maruja Mallo, Elena Fortún, Manuel de Falla, Niceto Alcalá-Zamora y tantos otros exiliados. Fue, además, uno de los pocos países que ayudaron a España con alimentos y financiación durante los años del aislamiento internacional bajo el régimen franquista.
No, no es una relación cualquiera ni una visita de Estado más. Bienvenido a España, presidente Macri.
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