Por Antonio Caponnetto
‒ Si los supuestos o reales indios cortan la ruta, se llama resistencia ancestral. Si los gendarmes restituyen la viabilidad del camino obstaculizado, se llama salvaje represión.
‒ Si a uno o varios gendarmes le fracturan los pómulos a pedradas, se llama rebeldía atávica. Si los gendarmes devuelven los cascotazos, es genocidio.
‒ Si diez adoquines son arrojados por un mapuche resulta autodefensa. Un guijarro lanzado por un gendarme es discriminación racial y violencia étnica.
‒ Si grupos de mapuches incendian iglesias y matan a los que están en ellas, es afirmación de la identidad originaria. Si los gendarmes corren a los agresores para capturarlos es invasión del espacio sagrado.
‒ Si los mapuches le gritan asesinos a los gendarmes, amenazándolos con que los van a ir a buscar adónde vayan, es manifestación de telurismo. Si los gendarmes le dan la voz de alto a los depredadores es acoso verbal homicida.
‒ Si los mapuches van encapuchados, rompiendo todo a su paso, es costumbrismo añejo y sacro. Si los gendarmes llevan el casco reglamentario, se están ocultando y encubriéndose corporativamente.
‒ Si los mapuches atacan en malón, en organizadas guerrillas, viven en la clandestinidad y prometen matar a sus enemigos, es el reclamo sempiterno de las raíces contra los malvados huincas. Si los gendarmes detienen a los guerrilleros, sorprendidos in fraganti, es Terrorismo de Estado.
‒ Si los mapuches reclaman millones de hectáreas del territorio patrio, es el derecho originario. Si las fuerzas de seguridad les piden ‒y ¡por favor!‒ que dejen de saquear el microcentro, volvió “la dictadura”.
‒ Si se ocultan, evanescen, se volatilizan, se esfuman los integrantes de RAM, tras cometer todo tipo de tropelías, es táctica de intransigencia en pos de reclamos milenarios. Si todo el planeta político, jurídico, legal y militar se moviliza para encontrar a un anarquista filomapuche, es un caso evidente de desaparición forzada.
‒ Si mueren en cumplimiento de sus misiones contingentes enteros de gendarmes, a nadie se le ocurre pensar que detrás de cada uno de ellos hay una familia que los llora. Si le tocan una rastra a un nómade por propia decisión, Maldonado es mi hermano, mi hijo, mi nieto, mi chozno.
‒ Si the Benetton Group, nos roba la Patagonia, es capitalismo salvaje y penetración foránea; y es cierto. Si lo mismo hace The Mapuche Nation con sede en la británica Lodge Street, también lo es. Pero de eso no se habla. Y mucho menos de las explícitas, antiguas y remozadas pretensiones israelitas a nuestra soberanía patagónica. Esto ya es conspiracionismo nacionalista. Que nadie ose traspasar el umbral de lo políticamente correcto (…).
Conviene tomar nota y obrar en consecuencia. Esto no lo arreglan ni lo entienden los brujos de la tribu, sean liberales o marxistas, sino los Defensores de la Argentinidad.
1 comentario:
Lo lei en otro sitio hace poco y es totalmente acertado: El problema con los Mapuches tiene un gran paralelismo con el problema Checheno en Rusia. Rusia opto por molerlos a palos para que vuelvan a los cauces de la legalidad. Usa y la UE dijeron "Es asunto interno de Rusia y no tenemos porque meternos". Los palos sirvieron: Hoy en dia los Chechenos mayormente se integraron a la sociedad rusa. Me gustaria que Mapuches, Qom, Quechuas y todos los demas, se integren COMO ARGENTINOS, que tambien lo son....les guste o no les guste.
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