lunes, 13 de noviembre de 2017

¿DE QUIÉN ERA DE VIDO?




Ahora parece que nadie se hace cargo del ex superministro kirchnerista.

Por Ricardo Kirschbaum


Si José López y Ricardo Jaime, ambos presos por corrupción, eran “de Néstor Kirchner”, ¿de quién “era” Julio De Vido, que estuvo doce años en el gabinete nacional?

Esta distinción la hizo la esposa del ex ministro, una abogada que no tiene un pelo de ingenua y que meditó cada palabra en la entrevista que concedió.

Lo que quiso decir tácitamente Alessandra Minnicelli es que del esquema que había armado Néstor con la obra pública no participaba su marido. Hipótesis, en principio, difícil de probar y de creer.



De Vido era el superior jerárquico del ex secretario López (alguna vez calificado como “mi mano derecha” por el ex ministro preso) y del ex titular de Transporte. En segundo lugar, “si eran de Néstor”, ¿qué hacían? ¿Robaban en nombre del Presidente?

Siguiendo con ese razonamiento, ¿De Vido era de Cristina? Por las declaraciones de ella, no. No se animó a poner las manos en el fuego por él, una variable del Poncio Pilatos de la Argentina de la corrupción. No lo bancó.

Hasta Guillermo Moreno le aplicó el peronómetro a su ex jefa y le bajó dos puntos. Para hacer eso, no comprometerse con un ex subordinado, están los radicales, provocó. Solo conocen un lado de la reja, aclaró el ex secretario de Comercio recientemente condenado.

La abogada Minnicelli presenta a su esposo como un virtual “agente libre” en el kirchnerismo que “tiene muchas cosas para contar”.

De Vido sigue rumiando su furia no solo contra Cristina sino también contra los diputados peronistas que lo dejaron caer. Tanto sus cartas como las declaraciones de la esposa contienen amenazas explícitas de posibles revelaciones.

A Gioja le dijo “ortiva”, es decir delator, porque no se solidarizó con él cuando el bloque, por presunta indicación de la ex Presidenta, se ausentó del debate y lo desaforaron.

El ex gobernador de San Juan y presidente del PJ, luego de decir que la obra pública en su provincia fue auditada, ahora quiere calmar al ex ministro preso tirando aceite al mar embravecido. Promete visitarlo en Marcos Paz.

No está solo. Hay una larga fila, que encabeza el senador Miguel Pichetto, que se ha formado en las afueras de la cárcel. Hasta allí llegó ayer Aníbal Fernández a expresar su solidaridad.

Pero Gioja agregó otra perla y dijo: “Los trapos se lavan adentro”.

¿Adentro de qué? Lo que está en discusión no es la disciplina partidaria sino una investigación por corrupción.

Si esa es la ropa que hay que lavar dentro o si es otro asunto que no se conoce aún, mejor sería que el jefe formal del PJ lo aclarara rápido.

Hay otra cuestión que puede derivar en lo que dijo Minnicelli. ¿Qué es lo mucho que tiene De Vido para contar? Y si lo citan, ¿lo contará?

En principio, parece difícil que se autoincrimine para incriminar a otros, en venganza. Lo de De Vido también está dirigido a algunos gobernadores y ex gobernadores que lo han frecuentado cuando el ex ministro era un hombre fuerte del kirchnerismo.

Ahora parece que no era de nadie y con Néstor solo se saludaban protocolarmente cuando se cruzaban en la Casa Rosada.


Clarin


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