miércoles, 10 de abril de 2019

LA ENCRUCIJADA DE CFK

Cristina está en una encrucijada. Llegó la hora de la verdad. El momento de las definiciones donde Cristina no va a poder seguir jugando con el misterio, el silencio y la ambigüedad.

Por Alfredo Leuco

El 12 de junio, dentro de dos meses, nada más, vence el plazo para inscribir las alianzas electorales. Y diez días después hay que presentar la lista de candidatos. Se termina el verso y todos los argentinos vamos a saber si Cristina será candidata a presidenta y cuáles serán los peronistas que la acompañarán y cuales los que construirán su propio camino.

Cristina tiene buenas y malas noticias. Entre las informaciones alentadoras hay que computar que ella mantiene su voto duro que suma de alrededor de un tercio y que Mauricio Macri sigue cayendo en su imagen e intención de voto arrastrado por el fracaso de la economía.

Otra alegría para la arquitecta egipcia es que a medida que ella aumenta sus posibilidades de volver al poder, empieza a escasear el coraje en los tribunales y son muy pocos los magistrados que quieren sentarla en el banquillo de los acusados en un juicio oral.

Esta parte de la justicia da vergüenza ajena pero es así. Es lo que hay. Muchos jueces se pasan la papa caliente de mano en mano como si estuviesen jugando a la mancha venenosa.

Vamos a decirlo con todas las letras y sin eufemismos. Hay jueces que tienen puesta la camiseta de Cristina y la quieren blindar y proteger y otros que tienen miedo de avanzar y que luego sean perseguidos y hostigados, si ella vuelve a sentarse en el sillón de Rivadavia. Muchos ya fueron perseguidos y hostigados en su anterior mandato.

Conocen el odio que la convierte en una verduga implacable.

Ella lo dijo: “hay que tenerle miedo a Dios y un poquito a mí”. No digo que toda la justicia sea kirchnerista y corrupta o cobarde. Hay varios jueces y fiscales que son muy respetables y son los que lograron procesarla 11 veces, dictarle la prisión preventiva en 5 ocasiones y una de ellas tuvo incluso la confirmación de la Corte Suprema de Justicia.

Es insólito que con semejante prontuario, con la montaña de pruebas y testimonios que hay ella pueda aspirar con posibilidades a un tercer mandato como jefa del estado.

Creo que es el termómetro de la enfermedad que tiene nuestra sociedad y también nuestras instituciones. La democracia suele reflejar como un espejo lo mejor y lo peor que tenemos. Pero no son todas rosas en el camino hacia el 27 de octubre.

Las derrotas contundentes que sufrieron tanto en Neuquén como en Río Negro los candidatos de Cristina son una alerta roja. Fueron bien cristinistas, autoritarios y altaneros y perdieron ampliamente. Nadie puede olvidar esos datos preocupantes para el Frente para la Victoria. En Córdoba estuvieron obligados a bajar su candidato para evitar el papelón.

Pero Cristina tiene otro inconveniente: la ansiedad, casi desesperación, de los que quieren colgarse de sus polleras porque no tienen ni un voto partido por la mitad la presionan para que anuncie su decisión en forma urgente.

Pablo Moyano y su padre, por ejemplo, se juegan la libertad ambulatoria. Saben que los espera la cárcel por corruptos y mafiosos si Cristina no se presenta o pierde.

Pero apuestan a que un triunfo de la abogada exitosa que nunca ganó un juicio pero que lo perdió varias veces, los coloque de nuevo en la impunidad absoluta, potencie su poder y puedan comandar el ministerio de la venganza.

Es tan dañino para la Argentina este sindicalismo millonario, delincuente y primitivo que es capaz de frenar todo tipo de inversiones por el temor que generan y hundir o erosionar a las mejores y más modernas empresas argentinas que generan riquezas y miles de puestos de trabajo como Mercado Libre.

De hecho Moyano ya anticipó que van a dinamitar los acuerdos de reforma laboral que posibilitaron éxitos como Vaca Muerta o las empresas de aviación Low Cost.

Y el otro problema grave que tiene Cristina son sus hijos. Ella es la responsable de haberlos tirado al fuego de la mega corrupción de estado. Hizo publicar una solicitada firmada por sus amigos populistas de la región.

Lula que está preso, Rafael Correa que está exiliado en Europa porque no puede explicar los negociados que hizo para enriquecerse en Ecuador, Baltasar Garzón que es el desprestigio oportunista caminando entre otros. Ese texto fue titulado “Con los hijos y las hijas, no”.

Defienden a Florencia Kirchner que desobedeció la justicia y no se ajustó a derecho al no volver de Cuba. Según Cristina y sus amigos revolucionarios ella sufre “una persecución política, mediática y judicial” pero la verdad es que está procesada por lavado de dinero en dos causas: Hotesur y Los Sauces.

La solicitada dice que pretenden disciplinar a Cristina por sus posturas políticas y que “nuestros hijos no eligieron eso y deben estar exentos de cualquier maniobra persecutoria”.

Aquí, por fin coincido en algo con Cristina. Solo en algo. Porque no creo que sean perseguidos políticos. Pero es verdad que Florencia no eligió ese camino. Pero la que eligió ese camino para Florencia fue su propia madre, Cristina. Eso tal vez le haga sentir culpa. Pero esa es la verdad.

No fue Trump ni el grupo Clarín ni Macri los que pusieron a Florencia como gerente de la empresa “Los Sauces”. No fueron ellos los que pusieron casi 5 millones de dólares termosellados en su caja de seguridad en el Banco Galicia.

No fueron ellos los que le pagaban sueldos de esas sociedades pese a que nunca fue a trabajar.

Fue Cristina. Que lo sepa y lo asuma y deje de poner afuera su terrible culpa. Que se haga cargo. Fue Cristina la que ensució a Florencia con los dineros sucios de la corrupción.

Los Sauces y Hotesur son dos causas elevadas a juicio oral y Florencia no puede fugarse y debe comparecer. Como ya se fue y no da señales de vida, si regresa puede ser castigada con la prisión preventiva por el peligro de fuga que ella misma demostró.

Hasta el guardaespaldas de la fe, Juan Grabois con un tuit le aconsejó a la aspirante a cineasta que no cometiera la ingenuidad de presentarse ante la justicia.

El representante del Papa en la tierra argentina recomienda no cumplir con la ley y encima asegura que Cristina no robó un peso, que va a ganar por afano las elecciones y que los chorros son los que estaban antes al lado de ella y ella no sabía nada. Un verdadero delirio porque está incitando a Florencia que comentar otro delito más que es huir de la justicia.

Pero los dolores de cabeza de Cristina no son solo con Florencia. El contador histórico de la familia, Víctor Manzanares contó ante la justicia y bajo juramento que Florencia tuvo poco que ver en el sistema colosal de recaudación mediante coimas y enriquecimiento ilícito que fundaron Néstor y Cristina.

Pero dijo con toda claridad que fue Máximo el que tomó el timón de ese operativo repugnante y que siempre tomaba todas las decisiones en acuerdo con su madre. De tal palo tal astilla.

Todos los cheques están endosados por Máximo. Todos los plazos fijos con intereses muy por arriba del mercado fueron renovados por Máximo. Todos los balances llevan la rúbrica del muchacho que tiene fueros parlamentarios y que quiere renovarlos como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires.

Hay algunos intendentes que están hartos de las imposiciones de Cristina y su banda y quieren a uno de ellos como candidato a gobernador contra María Eugenia Vidal. No quieren a Axel Kicillof. Y prometen que si sus plegarias no son atendidas, van a promover el desafuero de Máximo para que pueda ir al calabozo de Ezeiza, tal como ocurrió con Julio de Vido.

Era tan grande la montaña de dólares y euros que le robaron al pueblo que Manzanares confirmó que Daniel Muñoz le dijo que llegaron a tener una pileta de natación llena de billetes y que Máximo como nunca trabajó en su vida y no le daba valor al dinero, solía perder los suculentos cheques de los retornos.

El otro frente abierto que tiene Cristina es que avanza la posibilidad de reabrir la causa por enriquecimiento ilícito en la que Norberto Oyarbide sobreseyó a la velocidad de la luz al matrimonio Kirchner. Manzanares aportó muchos datos y documentación en ese sentido.

Los terrenos espectaculares y muy valiosos en El Calafate comprados a precio vil, a 8 pesos el metro cuadrado, el misterioso hotel Waldorf que compraron, el equipamiento y los muebles carísimos de los hoteles donde no hay una sola factura legal y que en muchos casos fueron trasladados por los aviones oficiales, igual que como llevaban los diarios. Los Kirchner siempre se sintieron dueños del estado y no meros inquilinos.

Es inquietante la participación de Osvaldo “El Bochi” Sanfelice, al que Manzanares llamó “El Lopez Rega de Néstor”, y el rol de Javier Fernández operador judicial con el que se juntó en las oficinas de los servicios de inteligencia. Cuesta entender como Sanfelice está libre y Fernández no fue ni siquiera citado a tomar un café. Veremos.

Cristina, Máximo y Grabois deberán probar que Manzanares miente. O que falsificó los documentos que presentó y que entierran todas las excusas de los K. ¿O son capaces de decir que Macri o la CIA le escriben el guión a Manzanares?

Cristina y sus hijos están en una encrucijada. Avanzan pero sobre arenas movedizas. Mientras más se mueven, más se entierran. Están atrapados sin salida.

Todo el pueblo argentino sabe que aquí hubo una asociación ilícita para saquear al estado y enriquecerse como nunca nadie lo había hecho desde el estado. Eso no impide que ganen las elecciones como respuesta al desastre económico de Macri. La ideología es otra cosa. Y las elecciones también.



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