miércoles, 11 de febrero de 2009

Corruptos frustrados


Muchos de los que dicen ser honestos ciudadanos sólo son corruptos frustrados, ya que si les ofrecieran algún privilegio no lo rechazarían.

Por José Mármol

Analizando las encuestas de opinión de los medios de comunicación, radiales, televisivos y gráficos, encuentro que los entrevistados, y aun algunos comunicadores, cuando critican a los políticos y a los asesores de éstos, por las altas retribuciones que perciben, o cuando lo hacen reprobando las jubilaciones de privilegio, que cobran quienes han cumplido alguna función pública, o no, terminan sus comentarios, invariablemente, expresando «ojalá uno tuviera esa posibilidad de cobrar todos los meses una suma así».

Esa expresión me lleva al convencimiento de que no se critica la corrupción, sino el no estar incluidos en esas nóminas.

Por lo tanto, convengamos, que muchos de los que dicen ser honestos ciudadanos sólo son corruptos frustrados, ya que si les ofrecieran algún privilegio no lo rechazarían.

La corrupción está incorporada en la mente de casi todos, porque como no hay sanciones ejemplares y el ciudadano ve que los corruptos son respetados, y hasta admirados por el resto de la sociedad, llega a la triste conclusión que de nada le sirve ser honesto.

Nuestra Argentina necesita recuperar los valores perdidos, y eso sólo se logrará con autoridad, y la autoridad se ejerce sólo con el ejemplo.

Cada pueblo tiene el gobierno que se le parece, que necesita y que merece, y si cada uno de nosotros, como ciudadanos, lucháramos en contra de la corrupción, dando a nuestros prójimos un ejemplo cabal, la sociedad poco a poco iría cambiando y con ella también la calidad de los gobernantes y, por ende, la imagen del país.

Luchemos contra la corrupción, pero antes debemos hacer un examen de conciencia y enfrentar esa lucha con la convicción de que no permitiremos que se nos contamine de ninguna manera, sólo así lograremos recuperar los valores que nos enseñaron nuestros mayores y mereceremos la patria que tenemos y la que ellos soñaron.

Contáctenos politicaydesarrollo@gmail.com

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