Esta joven “recuperada” es otra víctima de los defensores de los “derechos humanos”. Ella no tenía interés en verse envuelta en esta “cruzada justiciera” de “abuelas” y se negaba a presentarse en el juzgado, por lo que la magistrada se apersonó en su vivienda y le advirtió que si no se prestaba a la extracción sanguínea iba a allanar la casa para retirar su cepillo de dientes y ropa interior para lograr el ADN.
La presidenta de “abuelas” oficializó hoy la recuperación de una nueva nieta, quien es la hermana de su secretaria, y que fue sustraída en 1977 de una pareja de militantes montoneros.
“Estamos muy contentos y nos da alegría que la Presidenta reivindique esta lucha”, declaró.
La Carlotto dio a conocer el viernes que encontraron a la nieta recuperada número 97, hija de Antonio García y de Beatriz Recchia, hermana de Juliana García Recchia, que trabaja para la organización de “derechos humanos”.
La noticia de que el análisis de ADN había dado positivo en un 99,9 por ciento de certeza fue dada a conocer a la nieta recuperada por la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, quien condujo la investigación del caso desde la denuncia de “abuelas” en octubre de 2007.
Según fuentes confiables, la muestra de sangre para determinar la verdadera identidad de la nieta 97 fue tomada por la jueza en diciembre último, luego de citar en dos oportunidades a la persona.
Ante la inasistencia de la nieta recuperada, la magistrada se hizo presente en la vivienda y le advirtió que si no se prestaba a la extracción sanguínea iba a retirar del lugar el cepillo de dientes y ropa interior, elementos eficaces para lograr el ADN.
El resultado de la muestra de sangre lo entregó este jueves el Hospital Durand, tras lo cual la magistrada citó a la principal involucrada para darle a conocer que era hija de Antonio y de Beatriz, ambos militantes de Montoneros.
Juliana García Recchia criticó a algunos medios que dieron a conocer el supuesto nombre y apellido de la hermana ahora recuperada. Cuando se le preguntó si adoptaría el apellido de sus padres, Juliana respondió "todo eso se verá".
Tampoco quiso confirmar si su hermana vive en la ciudad de Buenos Aires. "Vive en algún lugar", contestó cortante.
Fuentes seguras dieron cuenta a Télam que el padre de crianza fue miembro del batallón 601 de inteligencia del Ejército y que en años posteriores perteneció a la oficina de cultura de la embajada argentina en Roma.
"No podemos tratar a los casos uno por uno, aquí hubo un genocidio. Hubo una generación, entre el ’75 y el ’80, cuya identidad está en duda", sintetizó Juliana al enmarcar el caso de su hermana y de otros cientos de bebés cuya identidad fue cambiada.
Carlotto explicó que "el apropiador es un delincuente. Aquí no hay más que eso".
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