viernes, 13 de febrero de 2009

Mientras Juan Carlos I recibe a la “Reina” y al "príncipe Moyano", el régimen afianza su decadencia

Durante la década de 1990, la de mayor inversión genuina de capitales extranjeros en los últimos setenta años, España hizo punta no sólo en su tecnología sino en sus capitales de riesgo.

Por Humberto Bonanata

La propia incapacidad argentina en los entes reguladores y de control junto con la caída estrepitosa al quinto subsuelo tras el golpe cívico-empresarial encabezado por el “padrino traicionado” Eduardo Duhalde provocaron la profunda desinversión tras las hipócrita contención tarifaria que comienza a supurar en nuestra economía hogareña tras la caída de la careta de los subsidios que el “gobierno nacional y popular” tomó como bandera gelbardiana.

Todo error se paga en vida y más aún si la política y la economía están en juego. El criterio expulsivo y expropiatorio de empresas antes privatizadas y las absurdas acusaciones para justificar un populismo trasnochado hicieron del régimen su bandera de victoria pírrica.

Pasaron meses, años y ya más de un lustro en los que el pueblo argentino comenzó a despertar tras el histórico cacerolazo del martes 25 de marzo de 2008 en lo que los ciudadanos comunes hicieron suya una justa lucha como la del campo. Ese mismo campo que no se cansó de votarlos a aquellos que hoy, como Agustín Rossi, no pueden caminar ni sus propios pueblos.

La comedia se había transformado en tragedia y marcado el punto de inflexión entre el kirchnerato y la sociedad. A partir de la valentía chacarera todo sector social se siente movilizado y autoconvocado a defender sus derechos.

Cuando un sistema, por más autoritario y despótico, como el que por poco tiempo más padeceremos pierde su rumbo, actúa cual perro rabioso en un villorio en defensa de su propia enfermedad. Pierde los instintos sociales y su propia supervivencia sólo depende del ataque a quien se le cruce en su póstuma enfermedad.

El resentimiento que enarbolaron desde el 25 de mayo de 2003 no puede esperar que la caída que sufrirán este 2009 sólo se produzca por actos moderados representados en el sufragio.

Pruebas al canto: a la presentación de la boleta única por parte del arco opositor que en octubre superará el 66% de los votos con la lógica ciudadana de simplificar la voluntad cívica y evitar las maniobras fraudulentas realizadas por los Kirchner en cada elección, sólo recibió la respuesta altisonante, desubicada e injustificable del “todólogo” multifuncionario Aníbal Fernández al compararla con una bandera de ceremonias.

Si no fuera tan ignorante debería saber el ex Duhalde-Menemista y futuro ex kirchnerista que en la vieja Europa el sistema electoral se sustenta en la boleta única como signo de transparencia representativa de la voluntad popular. Les resultará más difícil continuar con el voto cadena con las boletas ya marcadas aunque la desesperación por no perder - no ya el poder sino la libertad ambulatoria -los potenciará en el aprendizaje del fraude modelo siglo XXI.

Así las cosas el régimen se resquebraja día a día. La delegada marital de Néstor Kirchner no sabe o no quiere saber, aunque seguro Braga Menéndez no se animaría a decírselo, que cada aparición suya con anuncios públicos genera una crispación social sin retorno.

Desde la “vendedora de lavarropas, heladeras y condones” hasta la propaladora de la solución ante la falta de monedas –típica de economías inflacionarias donde el metal acuñado vale más que el valor numerario- esta pobre y vulnerada mujer sólo produce el enaltecimiento de la figura de María Estela Martínez de Perón.

Aquí el síntoma de la decadencia y la desesperación. Saben que el campo está en pie de lucha y comienza sus movilizaciones organizadas aunque inmanejables.

Ningún dirigente podrá frenar “la maldición kirchneriana” propalada por el tirano aún no prófugo el 17 de julio a las 04.30 AM luego de consagrarse el “Día de San Cleto”.

Desde entonces todo fue malaria, sequía, caída en sus productos exportables, desazón y abandono por parte del gobierno. Y el chacarero lo sabe porque lo siente en sus entrañas. Y ese hombre noble sabe de compromisos pero no se contamina con los juegos políticos. Pondrá el pecho a la vera de las rutas y de ser necesario hará del 11 de marzo de 2009 una fecha heroica; “su causa contra el régimen”.
Merced a la genuina lucha popular las dos oposiciones comienzan a blanquearse.

La U.C.R. junto con Carrió y el socialismo santafesino –única provincia donde el socialismo no resulta un melancólico recuerdo histórico- mas el lopezmurphysmo puro y toda agrupación libertaria que jure como plataforma defender los primeros 35 artículos de la carta magna alberdiana. Cobos ya es de la partida y la reunión familiar con sus viejos parientes mendocinos Ernesto Sanz y Roberto Iglesias suscribe el pacto no escrito.

Por otro lado, el peronismo no kirchnerista, desde los Rodríguez Sáa hasta Ramón Puerta con Solá y De Narváez deberán cerrar filas si es que verdaderamente pretenden recuperar un espacio arrasado por el montonerismo gobernante que luego de la batalla final se conformará con un avión rojo con destino a Caracas. Macri, neoperonista puro, los sigue mirando por TV y Reutemann, alfil del kirchnerismo mientras esto dure, continuarán precalentando hasta saber dónde ubicarse.

Si los opositores comprenden que ya son mayoría y saben representar a un pueblo cada vez más diezmado por políticas erráticas en épocas de vacas gordas, hoy moribundas y carcomidas por caranchos, la Argentina tendrá un renacer digno similar al que fuera aquella vieja y gloriosa Nación.

Si los liderazgos no se ejercen por quienes tienen la obligación de representarnos, los huevos rotos de Rossi serán cápsulas servidas de odio.

Poco falta para el final, poco falta para el intento de huída.

Debemos reconocer que los Kirchner, Kunkel, Ibarra, Bonasso, Conti, Fernández, de Vido, etc, etc, etc, no son paracaidistas polacos.

Son producto de nuestra cobardía de pueblo adolescente.

Son producto de “animémosnos y vayan” típicamente argentino.

De una buena vez, vayamos todos en defensa propia.

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