sábado, 14 de febrero de 2009

Miseria (III)

Cualquier alianza contra la miseria es buena. ¿Puede un mal gobierno luchar contra la miseria? No. Entonces hay que empezar por eso: tener un buen gobierno. Hay que instaurar un buen gobierno. Si el actual es malo se debe cambiar por uno bueno.

Por Nelson Maica C

¿Un gobierno corrupto puede luchar contra la miseria? No.
Averigüemos si este gobierno es corrupto. De serlo, como aparenta, porque todavía no se conoce castigo a los malversadores de los dineros públicos, como por ejemplo, los usados en las campañas para el nuevo partido del gobierno. Allí están las fotos, los videos publicados por los medios. No hay castigo ni devolución de los recursos al fisco. Los sobreprecios denunciados públicamente. Los contratos a dedo expuestos en los medios. Etc, etc. El cuento de las licitaciones y subastas pasó a mejor vida.

Luchar contra la miseria implica la adopción de políticas dirigidas contra la miseria y hacer inversiones que permitan la incorporación mancomunada del sector público y privado y aumentar la disponibilidad de recursos internos para financiar los proyectos que garanticen el desarrollo y acaben con la miseria.

¿Y si el gobierno, sin autorización del pueblo, regala a otros países esos recursos? ¿Y si el gobierno, sin autorización del pueblo, “presta” esos recursos a países que están muy mal económicamente? ¿Cuándo los recuperaremos? ¿Y mientras pasa el tiempo, con qué combatimos la miseria? Según los rojos, rojitos, con bla, bla, bla, y mas bla.

Por su parte, los países desarrollados se comprometen a actuar de manera que los países en desarrollo que adopten estrategias de desarrollo transparentes, fidedignas y adecuadamente valoradas reciban todo el apoyo que necesitan, en forma de más asistencia para el desarrollo, un sistema de comercio más orientado al desarrollo y la ampliación e intensificación del alivio de la deuda. Todo esto se ha prometido, pero no se ha cumplido. Ese incumplimiento se refleja en la nómina de muertes, a la cual todos los años se añaden millones de nombres.

Pero no hemos tocado el otro aspecto de la miseria, la miseria humana.
Para algunos los valores contrapuestos, para otros, la falta de valores, y para alguien más la corrupción de valores y no falta quien afirme la inexistencia de valores. No se trata de la carestía de alimentos, vestidos, medicinas, casas, trabajo, seguridad, etc., se trata del alma, del sentimiento, de la disposición humana hacia la cooperación, hacia la solución de problemas y situaciones comunes, aquellas que nos afectan a todos y que, por no se por cual razón y/o explicación, no solo no son consideradas y tomadas en cuenta, sino que son usadas como herramienta de dominación de unos sobre otros. Es el caso de querer, deliberadamente, imponer a los demás, por la fuerza, por cualquier medio la voluntad y la decisión de alguien o de algunos.

Es de esa miseria que no hemos tocado y que en algún momento lo haremos. Por ahora estamos presenciando, estamos viviendo en carne propia gran parte de este tipo de miseria en Venezuela y lo mas triste y repugnante observando como se trata de exportar a otros países y lo insólito es ver como algunos sectores lo aceptan tan de buena gana. ¡Absurdo!

“La pobreza no viene por la disminución de las riquezas, sino por la multiplicación de los deseos”
Platón (427 AC-347 AC) Filósofo griego.

Caracas, Venezuela

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