Es difícil decirle a un padre de una niñita asesinada que existen medios legales para hacer justicia, cuando en el medio que desarrolla su existencia diaria, lo legal y justo es algo lejano y que pertenece a otra clase social, a los acomodados económicamente y con "relaciones" en el poder que protegen sus intereses.
Por Alfredo E. Grimaldi (*)
Cuando por televisión, nos muestran imágenes de un padre, al que le acaban de asesinar a su hijita de 9 años y dice que él y los vecinos, en este caso del barrio Villa Fiorito, van a tirar abajo la casa donde vive el asesino, escuchamos en un programa periodístico al Sr. Alderete de la Corriente Clasista y Combativa contar como casi hace justicia por mano propia, al ir a buscar con un revolver al narcotraficante que provee o proveía de drogas a su hijo, pero que no lo encontró y entonces agradeció a Dios el hecho de no hallarlo, porque hoy podría estar tras las rejas por homicidio, cuando el mejor castigo a su parecer, es quemarle la casa con la ayuda de todos los vecinos ya que conocen donde vive; o asisto a una reunión, que se celebra semanalmente, donde concurren personajes de la política argentina, que ocupan o ocuparon y pretenden ocupar cargos públicos, legisladores, jueces, fiscales y hasta algún presidente y uno de ellos sin siquiera sonrojarse nos dice que en estos momentos la "insurrección" popular sería justificada por los hechos cotidianos; siento que estamos perdiendo el rumbo.
Es difícil decirle a un padre de una niñita asesinada que existen medios legales para hacer justicia, cuando en el medio que desarrolla su existencia diaria, lo legal y justo es algo lejano y que pertenece a otra clase social, a los acomodados económicamente y con "relaciones" en el poder que protegen sus intereses. ¿Como contradecir a un líder de una corriente cualquiera, si él mismo resuelve sus problemas organizando "linchamientos" y concientiza a sus seguidores, en contra de las instituciones, acusándolas de corruptas y cómplices del delito? ¿Que razonamiento lógico se puede utilizar cuando integrantes de esas supuestas "clases dirigentes" hablan de "insurrección popular", demostrando que no tienen ideas claras de como modificar el panorama social actual?
Los señores llamados "clase dirigente", tienen la obligación de defender la democracia republicana, por encima de sus intereses personales, conocer la realidad de las "bases" de nuestra sociedad, para acudir en su asistencia permanente, concretada en ayuda económica, salud, pero por sobre todo "educación". La instrucción es la herramienta "maestra" para que el hombre sea libre y no esclavo de intereses egoístas. Esos mismos intereses que no le avisaron, a ese padre hoy angustiado por el dolor, que conociendo la condición de "malviviente" y hasta con antecedentes de "tentativa de violación", del homicida, sería necesario alertar a las autoridades policiales de su presencia, para que estos, con intervención judicial, se mantengan en estado de alerta y alerten al individuo que conocen su existencia. Lógicamente, primero tendríamos que poner sobre el tapete de la discusión social el estado "pre-delictual", que muchas organizaciones de Derechos Humanos dicen que no existe. Esa "herramienta" seguramente hubiera salvado la vida de la niñita de 9 años, sin necesidad de demoler la casa del "asesino". Esos señores con intenciones políticas, podrían hablar con los dirigentes de base de las diferentes corrientes y explicarles la necesidad que tiene toda la sociedad en su conjunto, de encaminarnos hacia una vida segura y que es posible sin comportamientos típicos del "Far West", que si se tiene localizado e individualizado a un narcotraficante, se debe dar aviso de inmediato a los que están encargados de ese tema; la justicia y sus auxiliares, que de contar con la herramienta del "interrogatorio", dentro del marco legal, podrían desbaratar a toda la organización y no quemarle la casa a uno solo, para que se mude de barrio y siga envenenando a otros. Las organizaciones de Derechos Humanos, se oponen a que la policía "interrogue", porque aluden que esa práctica puede derivar en la tortura. O sea que si existe un policía "torturador" lo combatimos sacando el interrogatorio, sería mas efectivo detectar a los policías torturadores y colocarlos en manos de la justicia y no privar a los profesionales de una "herramienta" básica para el desarrollo de cualquier investigación. Lógicamente que estas propuestas en tiempos electorales, no son bien vistas por aquellos que consideran mas fácil, hablar de “insurrección”, claro que con tono distendido y coloquial, no sea cosa que los acusen de algo antidemocrático o ilegal, siempre hablan como quien quiere advertir que esto puede ocurrir, o para que no nos tome de sorpresa una actitud irracional de las "masas" cansadas de la inacción política, a la que ellos parecen estar inmunes, por el solo hecho de ser oposición.
La discusión de la "lista sábana" o la "boleta única", debe ser muy necesaria, no creo de todas maneras que la implementación de una, sustituya el "enganche" indiscriminado de nombres desconocidos detrás de alguna "cara" mas vista, pero el debate que reclama hoy la sociedad es "la seguridad". La delincuencia hace con el "ciudadano" "boleta única" y cada vez son mas las víctimas que se trasladan a la morgue, para ser cubiertas con una larga "lista de sábanas".
(*) Comisario (R) Policía Federal Argentina
Secretario de Seguridad Grupo Pampa Sur
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