lunes, 25 de mayo de 2009

La política en tiempos de la dedocracia

Los Kirchner han puesto sobre la parrilla todo lo que tienen, lo que involucra cambiar hasta el carácter. Néstor se muestra ahora afable cuando antes se desenvolvió poseído y amenazante, y como su mujer, la otra Presidente, sigue preguntando dónde estuvieron los demás en tiempo de los militares.

Por Juan Salinas Bohil

Inyectada sin anestesia, como cualquiera de sus actitudes, Hugo Moyano, el cacique mayor de la CGT, blanqueó la elección de candidatos a cargos electivos manifestando que fueron elegidos a través de la dedocracia. Ningún político se horrorizó debido a que todos los partidos políticos hicieron lo mismo. El hecho es una herida abierta por donde sangra la democracia a borbotones. Y de ahí no se tiene retorno.

La publicidad oficial es abrumadora. Nunca se ha visto nada igual. De acuerdo a lo que manifiestan las pantallas de televisión y la propaganda radial, en los últimos quince días se construyeron cincuenta escuelas (de 650 a 700) y cincuenta mil viviendas (de 250 a 300 mil): un récord. Los Kirchner han puesto sobre la parrilla todo lo que tienen, lo que involucra cambiar hasta el carácter. Néstor se muestra ahora afable cuando antes se desenvolvió poseído y amenazante, y como su mujer, la otra Presidente, sigue preguntando dónde estuvieron los demás en tiempo de los militares. Es extraño que no diga dónde estuvieron ellos, aunque esa respuesta la han dado en infinidad de oportunidades los que defienden a los guerrilleros y hasta quienes tomaron las armas para derrocar a Perón.

Se supone que el escrutinio del 28 de junio será más veloz que otras veces. Para ello, el Gobierno ha remozado las oficinas del Correo en esta ciudad en donde se computarizan los votos. Ahí se comenta que para el control de estas elecciones se estarían por agregar mil empleados transitorios más a la plantilla estable, de los cuales podrían quedar en planta permanente después del 28 de junio unos trescientos. A ese lugar, ubicado en la calle Salmún Feijoo al 500 del barrio porteño de Barracas, llegó hace cuarenta y cinco años la fibra óptica de la empresa Telecom que corre a pocos metros bajo la vereda de la calle Brandsen. En la ocasión, veinte operarios trabajaron durante 24 horas ininterrumpidas para abrir la calle y setenta metros de vereda, y colocar 3 gruesos conductos por donde corre la fibra óptica. Sin embargo, a los quinces días nuevamente fue “zanjada” la obra para agregar un cuarto elemento. Extrañamente, hace diez días, abrieron otra vez calle y veredas para cambiar los conductos existentes por otros de mayor calibre.

Semejante ir y venir a cargo de los contribuyentes podría significar la preocupación del Gobierno por el resultado electoral que se avecina, en especial en la provincia de Buenos Aires donde se librará la madre de todas las batallas y la supervivencia del “modelo” gubernamental. Un modelo industrialista-devaluatorio-empresario-sindicalista en lugar del cambio de paradigma por otro de aumento de la productividad.

Cerrado el partido Justicialista con siete candados, el peronismo juega su interna con los Kirchner, de Narváez, Macri, Solá, Patti, Rico y los Rodríguez Saá; mientras, los radicales se han lanzado contra las candidatura testimoniales como si tuvieran alguna posibilidad de triunfar o como si el hecho les podría arrimar algún que otro voto. Una reforma sensata de la ley electoral permitiría que cualquier candidato pueda presentarse en el distrito que prefiera sin acreditar antigüedad en el domicilio y todas esas cuestiones a las que son tan afectos los abogados que después, como políticos, incumplen a como dé lugar. Esa reforma debería contar, necesariamente, con el voto optativo; la prohibición de que familiares sean nombrados en cargos electivos o en la administración pública mientras un pariente ejerza un cargo público o hasta un prudencial tiempo después que lo haya abandonado; la libre presentación de candidatos sin que sea obligatoria la creación de ser respaldado por un partido político que se forme a través del engaño, y la negativa a que voten los presos sin condena. Pero ganen o pierdan, los principales garrotes de los Kirchner han anticipado que la noche del domingo 28 irán a la Plaza a defender “el modelo” y, también, está clarísimo, a impedir que otros festejen.

El tedio de los votantes hacia los candidatos y la elección no concuerda con el entusiasmo de los políticos. Son dos mundos diferentes y distantes que parecen enfrentados entre sí. Es que los partidos políticos son abstracciones y los habitantes de Argentina caminan realidades. Una de ellas, la inseguridad, se acaba de cobrar otras dos nuevas víctimas a manos de asesinos que después de matar huyen. Entonces no son tan valientes. Mientras, un comunista uruguayo, fanático defensor del tirano Castro, escritor para más datos, una especie de Corín Tellado para sudacas “progresistas” de clase media, abandonó este mundo de lágrimas y sangre que ayudó a construir con su “revolución” para dolor de las lumbreras estatales que manejan las cámaras de los canales Siete y Encuentro (http://www.correodebuenosaires.com.ar/opinion.asp).

Muy publicitado resultó un episodio vergonzante que atrapó el interés de la semana cuando la Justicia ordenó el traslado por la fuerza pública de menores que estaban internados en uno de los hogares de la Fundación Felices los Niños que tutela el padre Grassi. El tratamiento que recibieron los menores fue aterrador y debería hacer pensar por qué no sucede lo mismo con otros niños, algunos de tres y cuatro años que piden limosna en los subterráneos y que circulan descalzos por vagones y estaciones o duermen en las principales avenidas de la capital de la República a la vista de quien quiera verlas. ¿O es que unos menores pueden ser maltratados y otros no? ¿Y por qué las madres, abuelas, hijos, nietos y demás familiares de los derechos humanos subsidiados no concurrieron a asistir a las víctimas? ¿O es que sólo asisten a los actos de la familia Kirchner y a contemplar los juicios populares contra los integrantes de las Fuerzas Armadas que derrotaron a los jóvenes que solían pensar distinto con una ametralladora en la mano?

Quizás, la frase más esclarecedora de lo que está sucediendo en el país la pronunció el hermano del padre Grassi cuando, palabras más, palabras menos, al referirse a los hechos de violencia que se produjeron en el hogar de la Fundación, dijo: “A estos niños se les puede zamarrear, pegar y arrastrar por el suelo, en cambio, a los que asesinan, violan, roban o secuestran los cuidan más”.

Correo de Buenos Aires

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